Krimi de la Rialto, la mayor productora del subgénero, lo que es una garantía para los fans de los entretenidos relatos pulp de Edgar Wallace, autor popular que como comentan en la anterior crítica, ha sido como muchos de sus colegas históricamente injustamente maltratado por los hipsters de siempre (más dudoso encuentro que dicha crítica lo compare con dichos colegas). Dirige uno de los mayores expertos en krimis: Alfred Vohrer.
Protagoniza el reparto habitual de la casa, salvo por Karin Dor: Joachim Fuchsberger protagoniza con porte y carisma, Eddi Arent da la eficaz nota de humor como un testigo bastante chiflado (personalmente he acabado considerando a Arent como uno de los mejores cómicos europeos de la época) y Klaus Kinski aporta su gran talento para los personajes raros (esta vez como un matón francés de baja estofa) y esas pintas que solo una madre podría amar.
Siendo de la Rialto, el guion y el aspecto técnico van de la mano para mostrar todas las características de los krimis. El guion de Carl Lobb refleja una retorcida trama y está lleno de humor y de extravagantes personajes (un hombre-rana asesino al que llaman Tiburón, un regatista novato, el personaje de Klaus Kinski, que recuerda al Mr. Cairo de Peter Lorre en “El halcón maltés”...).
Técnicamente no falta nada de lo que esperar de la Rialto, aunque en comparación con otros krimis, esta película resulta más sobria: la lúgubre fotografía “en negro y blanco”, Hamburgo pasando por Londres, una ambientación casi expresionista; una banda sonora pop, los créditos en color, que llegaron a ser otra constante, la voz que se hace pasar por Edgar Wallace al principio... Lo más destacable son unas deliciosas escenas subacuáticas típicas de la serie B, que resultan mejor realizadas que las de muchas películas de alto presupuesto.
Otro buen krimi con el entretenimiento que suele llevar consigo este subgénero de sello alemán.
Película de misterio, aventura y emoción, basado en la novela Los Hombres de Goma (The India Rubber Men), del genial Edgar Wallace, indiscutible Rey del Misterio. Es uno de los mejores títulos de la Colección Edgar Wallace, ahora distribuida en castellano por Sherlock Films. Pese a las limitaciones propias de la serie B, y sin alardes elitistas, el ingenio y la imaginación de Wallace se dejan entrever lo suficiente como para que el espectador analítico perciba un tipo de placer más intelectual que los meros estremecimiento que podamos notar ante un salta-tejados como Bourne. De Ludlum o Ian Fleming a Wallace hay un abismo: calidad imaginativa. Si a los relatos de misterio de Wallace (a los mejores, como El Círculo Carmesí, La Pista del Alfiler, El Transformista, El Misterio de los Tres Robles, La Pista de la Vela Doblada o El Arquero Verde) se les hubiera dedicado la mitad del presupuesto que se asignó a las distintas versiones de su guión original de King Kong, el simio gigante sería ahora un tití comparado con el resto de la producción cinematográfica basada en el el Genio de Greenwich. A los estirados listillos que pululan por las aulas de Literatura Inglesa mirando por encima del hombro a un autor tan populista y popular, no estaría mal recordarles que entre sus lectores se encontraban James Joyce, Gertrude Stein, el compositor Delius o el pintor Miró.
Críticas: 3
TANO
7
Otro Krimi de la época, en donde repiten actores que ya te van sonando bastante de este tipo de producciones, y con esos pequeños detalles que hacían tan especial a este subgénero tan específico, donde destaca siempre el rollo macarra de lo que que ocurre y la chulería de los personajes, en un “supuesto“ Londres, siendo una película alemana con actores alemanes hablando alemán. Si, claro, el Támesis. Habrá que imaginarse que es verdad.
Tenemos, curiosamente, lo que se podría llamar una versión temprana de la idea que después veríamos repetida en “Amsterdamned“, un buzo asesino que se va cargando gente por alguna razón que se va descubriendo poco a poco.
Unos cuantos personajes que parecen metidos en algo chungo, un policía que no para de hacer pesquisas, una historia oculta que acabará saliendo a la luz... Otra obra del bueno de Edgar Wallace que tuvo su adaptación a pantalla y que se disfruta lo suyo.
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