un thriller aceptable aunque con altibajos, los primeros pasos de los hermanos cohen tras las camaras, no esta mal aunque no se esperen nada del otro mundo, tiene un inicio algo soso, tarda en arrancar,,, recien se pone interesante en la ultima media hora aunque no esta mal para ver una tarde sin mas nada que hacer.
Realmente excelente! Son contadas las películas que llevo ya vistas de los Coen (¨Fargo¨, ¨Sin Lugar Para los Débiles¨ y ¨Sangre fácil¨) y tengo ganas de terminar de ver su filmografía ya que cada vez me gustan más.
La película tiene un guión muy sólido que no se cae ni se pincha en ningún momento. Y no sólido en cuanto a entretenimiento (que entretiene sin duda, por cierto) si no sólido en cuanto a estructura. Todo está por algo.
La historia en entreverada y enredada, pero no por eso difícil de entender. Lo que sucede es tan enroscado que roza el cinismo y la ironía.
Las actuaciones son todas excelentes. No hay ningún actor que esté mal y todos los personajes están muy bien definidos.
El soundtrack de la película es excelente! El tema del film es sumamente recordable! Es un tema gótico, de terror y suspenso que va perfecto para éste film y que está muy bien armado.
Tiene algunas escenas muy violentas típicas de los Coen. Ya desde sus inicios venían mostrando el estilo que perduró durante toda su carrera.
La fotografía es excelente. Llena de contrastes y sombras. Una fotografía lúgubre y sombría que ayuda a crear el clima denso que tiene la película.
En fin, sinceramente me encantó! Muy recomendable!
Gran debut de los hermanos Coen el que se marcan en esta obra, una historia intensa desde el principio, el ritmo es un poco lento y abundan los diálogos, aunque hay algunos que son innecesarios.
Aunque en un comienzo me costó ver por donde iría todo el embrollo, al finalizar la película quedé muy satisfecho con todo lo que había visto.
La película cobra mucha fuerza a partir de esa escena en la que el detective privado que contrata el marido para matar a la pareja le traiciona pegándola un tiro con la pistola de su mujer y el otro protagonista se encuentra el ¨cadáver¨. A partir de esa escena se pueden observar muchas imágenes violentas y la tensión es muy abundante de ahí hasta el final.
En general, cine negro, muy tenso, propio del estilo de los Coen, imprescindible para los fans de este género.
Digamos que la historia no es nada que no hayamos visto, pero la forma en que se cuenta, el humor negro que se le impregna y como se filma tiene mucho que ver. Para ser ópera prima resulta que es casi una obra maestra, desconocida hasta cierto punto. Quizá no de la misma calidad que obras posteriores de los Cohen, sin embargo su visionado es imprescindible para poder disfrutar de la reinvención del cine negro creado por estos señores. Recomendable a todas luces.
Pelicula de inquietante atmosfera. Un thriller perfecto que dio comienzo a una prometedora carrera para Joel Coen.
Cine negro 100x100, serio y muy violento. Pese a que Frances McDormand no me convencio mucho, debo decir que los ultimos minutos de la pelicula son de lucimiento para su actuacion.
Personajes extraños, cada uno distinto y sanguinario, pero todos con el mismo objetivo.
Una pelicula que trata de mostrar un tipo de cine complicado pero que sencillamente en el transcurso del largometraje todo va desvelandose de manera simple, original. Muy buena pelicula.
Casi casi una obra maestra - la verdad es que no se lo que le falta - del cine negro y de intriga.El argumento es muy bueno y el guión da un par de giros sorprendentes e inesperados.Muy bien dirigida y con sus justas dosis de violencia.Altamente recomendable.
bueno para ser la primera obra de los hermanos Cohen tampoco se les puede criticar mucho, que tienen otras mejores peliculas, pues para mi gusto sí, pero esta también esta bastante bien, con un interesante guión y desarrollo
Aunque la primera parte de esta película se me estaba haciendo bastante pesada, luego, después de una primera media hora aburrida, el tema empezó a animarse bastante y aunque estaba viendo una historia ya vista en muchas otras ocasiones en diferentes películas he de reconocer que consiguió atraparme. Contando con una excepcional actriz como Frances MacDormand y un clímax final acojonante la película se resuelve bastante bien, aunque es verdad que está a millones de años luz de la maestría de "Fargo", una de las mejores películas que he visto en mi vida.
Me apunto a una de las críticas aquí expuestas. Sin ser una película mala, me parece que los hermanos Cohen tienen joyas mucho más destacables -el caso de "Fargo" o la mismísima "El gran salto", co-protoganizada por Paul Newman". En fin, cuestiones de gustos....
Pues la verdad, viendo las faborables criticas que tiene aquí esta pelicula yo la verdad alucino. Para gustos los colores pero a mi esta pelicula la verdad es que me ha parecido muy aburrida, predecible, pesada e ingenua, vamos que ni para perder el tiempo recomiendo verla. El que quiera ver alguna de los coen que se vea "fargo", que esa sí que merece la pena.
Esplendoroso debut de los Coen.A pesar de ser la primera su estilo ya esta aqui muy desarrollado,combinando el ritmo pausado del cine negro,con contundentes descargas de violencia propias del cine contemporaneo.Una pelicula de culto solo superada por Fargo.
Obra maestra del cine negro moderno, quien no la haya visto, no se la puede perder.
La primera película de los Hermanos Coen, considerada como una de las obras maestras del thriller y el cine negro actual. Para muchos, una obra de culto.
Críticas: 15
Mad Warrior
9
¨El Mundo está lleno de quejicas. No importa que seas el Papa de Roma, el presidente de los EE.UU. o el hombre del año...siempre hay algo que puede salir mal. Y adelante, quéjate, cuéntale tus problemas al vecino, pídele ayuda, y verás como pasa de ti […] Por lo que yo sé, en Texas, tienes que valerte por ti mismo¨.
Con estas duras palabras, acompañadas de manera muy acertada por el vasto e inclemente desierto texano de fondo, se abre un inicio del todo memorable en la Historia del cine; en ese lugar, precisamente, comienza un turbio relato de amor y deseo que desencadenará su correspondiente caótica espiral de traiciones, venganzas, ambiciones, dinero, crueldad y violencia sin parangón en la que el fatal destino alcanzará a todos los implicados de forma inevitable, cambiando sus vidas para siempre, y sin posibilidad de volver atrás.
Dicha sucesión de acontecimientos gira en torno a una de las premisas más antiguas y recurrentes del género negro: una infidelidad; por tanto, y no sin razón, podremos escuchar casi siempre ¨Its the Same Old Song!¨ (¨es la misma vieja canción¨) de los Four Tops. Pero aunque la canción, efectivamente, ya nos la conozcamos, nos es muy difícil predecir el destino de los personajes, todos ellos conectados por repulsivas conspiraciones y condenados a verse inmersos en un clima moral sucio y desquiciado en el cual el Bien no encuentra el menor rincón donde germinar.
La década de los 80 está salpicada con una interminable colección de títulos que rescatan, cada uno a su modo, la esencia más pura del cine negro de antaño; los mejores ejemplos a nombrar podrían ser ¨Atracción Fatal¨, ¨Fuego en el Cuerpo¨, ¨Terciopelo Azul¨, ¨En la Cuerda Floja¨ o ¨Vestida para Matar¨. Y es en dicha lista donde también merecería figurar por méritos propios ¨Sangre Fácil¨, uno de los más brillantes debuts cinematográficos, de la mano de Joel y Ethan Coen, dos hermanos naturales de Minnesota que estarían destinados a convertirse en absolutos maestros del cine independiente americano.
Tras haber ejercido Joel de editor para Sam Raimi en su también debut ¨Posesión Infernal¨, los Coen decidieron emprender un proyecto, cuya financiación lograron de amigos y familiares, entrando por la puerta del cine negro, al que tanto deseaban a rendir tributo (el mismo título deriva de un término mencionado en la novela de Dashiell Hammett ¨Red Harvest¨). Una apertura que evoca esa América profunda (a la que los cineastas recurrirán no pocas veces) en la que la violencia y la fatalidad son inherentes al territorio y su historia, da paso a una secuencia que nos pondrá en aviso sobre la premisa del argumento.
Un tipo sin muchas luces, Ray, comienza un idilio con la joven y aparentemente inocente Abby, quien está casada con Marty, el desagradable dueño de un bar donde trabaja el primero (de la forma más concisa se nos hace partícipes de un amor clandestino que puede acarrear peligrosas consecuencias); un detective privado sin escrúpulos contratado por el marido sigue a los amantes furtivamente. Con gran habilidad narrativa y un estilo visual arriesgado, casi experimental, los hermanos despliegan las claves y pistas de lo que será una sombría intriga ¨noir¨ en su más clásica forma donde el rojo (de la sangre), el blanco (de los faros de los coches) y el negro (de la noche) perfilarán su sinfonía.
En ella los imprevistos, los giros del destino, irán tomando por sorpresa al espectador del mismo modo que a los personajes, sumergidos en una desquiciante salsa de mezquindades, engaños y manipulaciones. Por obra y gracia de los Coen, su tributo al ¨noir¨, que mantiene claros homenajes al cine de Hitchcock, DePalma o Welles y a la implacable atmósfera de escritores como Thompson, logra de algún modo u otro pervertir al mismo, tergiversarlo, degenerarlo de tal forma que adquiere su propio camino, emparentándose, si acaso, con el imaginario retorcido que bañaba de amargura, cinismo y nihilismo las obras de Huston y Peckinpah (como ocurría en las de éste, los elementos de la historia son la violencia, el alcohol, las moscas, el dinero, el sexo y el polvo del desierto).
Así el valiente galán, interpretado por un interesante John Getz, terminará convertido en un iluso y un repugnante asesino; el malvado villano, al que da vida un genial Dan Hedaya, será un pobre tipo zarandeado desde todos los puntos y rebajado a un nivel de patetismo vergonzoso (sin mencionar el hecho de que, a pesar de su papel, no mata a nadie); el detective, encarnado por el gran M. Emmet Walsh, desatará una gran confusión a causa de su irrefrenable codicia; y la chica asustada, con Frances McDormand debutando de manera brillante, tomará las riendas hacia el final aunque no tenga ni idea de lo que está pasando (en realidad nadie sabe nunca qué coño pasa...un acierto).
No hay buenos ni malos, aquí nada ni nadie es lo que parece y no se deja lugar a la inocencia, sólo quedan perdedores acechados por un incesable tormento (manifestado en el insomnio de Ray o en la pesadilla de Abby) y precipitados a un final desastroso. Esta crudeza y extrañeza que pulula por la trama, atravesada a su vez por un humor negro tan árido como el paisaje donde se desarrolla, está reforzada por la minimalista música de Carter Burwell, la excelente fotografía de Barry Sonnenfeld y una puesta en escena absorbente, tenebrosa, llena de sombras, donde la luz apenas tiene tiempo de penetrar.
¨Sangre Fácil¨, pese a establecer las características, discursos e inconfundibles sellos que serían una constante en posteriores obras de los Coen, se revela como la más cruda, bruta, descarnada y áspera de toda su filmografía, únicamente alcanzada, quizás, por ¨No es País para Viejos¨.
Impresionante ópera prima, pilar del cine independiente estadounidense y, sin duda, una joya dentro del ¨thriller¨ de los 80, ahí es nada. Quién pudiera debutar así.
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Mediante avanza el metraje, la intriga de ¨Sangre Fácil¨ va adquiriendo crudeza, su brutalidad se acrecienta a medida que las desafortunadas vueltas del destino ahogan a los personajes, pudriéndoles paulatinamente, del mismo modo que el pescado de Marty (una metáfora perfecta) se pudre sin remedio en su despacho, a la vista de todos.
A eso de los tres cuartos de hora, los códigos más viejos del ¨noir¨ parece que empiezan a retorcerse de un modo que jamás podríamos haber imaginado. El detective se ha cargado a Marty (el supuesto villano), le ha engañado acerca de su trabajo y decide quedarse con el dinero del otro; Ray, movido por los hilos del karma, aterrizará en el bar con la misma intención de Visser: robar. Pero se dará de narices con la verdad cuando encuentre la pistola de Abby en el suelo y a su marido sin vida, del que tendrá que deshacerse rápidamente.
El punto clave de la ruptura con los tradicionalismos del género negro es sin duda esa larga y poderosa secuencia en la que Ray conduce por una carretera sin retorno para detenerse en algún lugar donde arrojar el cuerpo de Marty; una voz en la radio le avisará de un hecho terrible que está por llegar, como un mal presagio (¨será algo de ámbito universal, con unas consecuencias increíbles, inimaginables...¨). El signo de la amenaza hostigará así a todos los personajes, y a partir de aquí el caos, el horror y la destrucción predominarán hasta el final.
Ray sale del coche, asustado, sin creerse aún lo que está sucediendo, pero cuando vuelve al auto su sorpresa es mayor: Marty sigue vivo y se arrastra por la carretera con la vaga esperanza de conseguir una ayuda que, sin embargo, jamás acudirá. La escena se inscribe como una de las más descorazonadoras y siniestras que han rodado los Coen en toda su carrera; el pobre Marty vuelve a vomitar, agarra del pie a Ray, que se ha acercado arrastrando una pala por el suelo como si de un vulgar asesino en serie se tratase, y espera a su ejecución. Las inesperadas luces de un camión se aproximan, no dejando otra alternativa a Ray que levantar el cuerpo del otro y volver a llevarlo hasta el coche...todo se pone cada vez peor.
La conclusión sabemos cual es: Ray enterrará a Marty. Pero otra vuelta de tuerca nos confirma lo torcido del universo ¨coeniano¨; Marty será enterrado vivo como venganza de Ray por haberle apuntado con su arma, o simplemente por el hecho de que se ve incapaz de asesinarle. Aquí ya no hay ni rastro del humor negro ácido que hacía su extraña entrada de vez en cuando, aquí los Coen pasan de un plumazo al más puro horror, con un escalofriante momento: el alarido de Marty se pierde en el negro horizonte mientras su agitada respiración provoca que la masa de tierra que hay sobre él se mueva arriba y abajo.
Con la escena evocando al Hitchcock de ¨Cortina Rasgada¨ (se nos vuelve a presentar lo difícil que puede llegar a ser matar a un hombre) o al Sturges de ¨La Calle del Misterio¨, asistimos a la degradación completa del alma del ser humano y, por ende, a la demolición del personaje del galán-amante-héroe (o antihéroe) del género negro.
El Steve de ¨El Abrazo de la Muerte¨, el Guy de ¨Extraños en un Tren¨ o el Davy de ¨El Beso del Asesino¨ no serían capaces de cometer tal atrocidad por muy mal que se les pusieran las cosas. El héroe queda reducido a un asesino sin entrañas perseguido por la culpa y el film se torna por un breve periodo de tiempo en un terrorífico ¨psychothriller¨ que bien podría pertenecer al cine de Hooper o Craven.
Magistral y desolador momento en la Historia del cine y en la obra de los Coen.
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