Un grupo de hombres armados, cuyo líder es Don Porfírio (Juan Carlos Paz), intenta resistir la planeada invasión de la ciudad de Aquilea, una ciudad imaginaria, que es rodeada por un enemigo superior. Entre ellos se encuentran Irene (Olga Zubarry) y Herrera (Lautaro Murúa), quienes, a pesar de llevar años de relación, no sabían que trabajaban para la misma organización.

Película de espías con organizaciones secretas de resistencia, encuentros furtivos entre agentes, persecuciones, tiroteos, asesinatos, coches-bomba, infiltraciones, interrogatorios (con torturas sugeridas), emboscadas, etcétera.
Extenso thriller paranoico, de conspiraciones secretas y con muy pocos diálogos, donde el sonido más recurrente es el de los pasos durante el transcurso de la trama.
Hay una situación geopolítica definida, se desarrolla en una ciudad ficticia (Aquilea), con paisaje urbanos crudos o elegantes, con diferentes fronteras cardinales, pero obviamente hecha y pensando en Argentina o, específicamente, Buenos Aires, con el mismo mapa y límites de la capital federal y sus límites.
Dirigida de forma encomiable por Hugo Santiago (discípulo de Robert Bresson) y con Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares como co-guionistas. De allí los diálogos y personajes claramente ¨borgeanos¨ y el espíritu narrativo de Bioy Casares.

Luego de años sin verla, ahora ya restaurada, debo decir que mi opinión mejoró increíblemente, elevando a niveles elogiables la música, la fotografía en blanco y negro, las actuaciones, la historia de narrativa oscura, etc, y corroborando porque ¨Invasión¨ (1969), está incluida entre los primeros puestos de las mejores cien películas argentinas de la historia.

Película para espectadores con paciencia, pero que tiene suficiente acción. Recomendable e indispensable.

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