Opera prima del actor René Mugica devenido en director, con una historia marcada por dos momentos diferentes muy marcados.
La primera mitad del filme muestra la realidad del fútbol y las costumbres populares en torno a éste, vitoreando a Garibaldi (Luis Medina Castro), un crack del balonpié amado por la gente y codiciado por los ¨chupasangres¨ acreedores.
Cuando en la segunda mitad del filme hace su aparición el todopoderoso Lupus, el surrealismo, lo fantástico y onírico, transforman la historia. Un ejemplo son los alegres pero terroríficos bufones enanos, un príncipe danés y una bailarina que no se cansa de danzar.
La bailarina enamora a Garibaldi, pero la pasión del futbolista hacia ella y la desesperante situación de encierro en aquella fortaleza, desembocan en un final dramático.
Una película surrealista que, si gozaría de los beneficios de la remasterizacón, sería más que recomendable para ver.
Críticas: 2
bigladiesman
8
Versión cinematográfica de la intrigante ¨farsátira¨ teatral de Ernesto Cuzzani sobre un futbolista enfrentado a un millonario psicótico. Realismo mágico, un poco de expresionismo y un humor negrísimo que carga contra la burguesía y canta a la Libertad del ser humano llenan la pantalla de buen inicio.
Protagonizada por dos actores de gran fama en Argentina, Luís Medina Castro, en una interpretación muy lograda como el héroe ¨Cacho¨ Garibaldi, delantero centro del modesto club rosarino - que me perdonen los compañeros argentinos si me equivoco, pero según he visto, Rosario se parodia por estar llena de italianos - Nahuel (evidente parodia del Newell¨s), un romántico que ama a su club y no se quiere ir ni a Italia ni al ¨grande¨ Rivera (parodia de River Plate, club que además colaboró en la realización de la película) y Raúl Rossi como el degenerado Sr. Enésimo Lupus, un tipo megamillonario que parece emperrado en destrozar su vida personal. Cuando Garibaldi conozca a Lupus, descubrirá que no lo quiere ni para el Rivera... Ni para jugar a fútbol...
El guion fue adaptado al cine por el mismo Ernesto Cuzzani. Es surreal, críptico, extravagante, está dotado de un humor crítico y canallesco, y cuenta con una galería de personajes a cada cual más excéntico. Además ilustra muy bien la mercantilización del fútbol, de la que tanto nos quejamos la friolera de 53 años después de esta película.
La simplicidad y el bajo presupuesto ayudan a dar mensaje a la película, que tiene un ambiente ominoso, amargo e inquietante, incluso abiertamente terrorífico.
Interesantísima película que se sobrepone a sus limitaciones presupuestarias gracias a la excelente dirección del actor René Mugica, que logró ser nominado a la Palma de Oro de Cannes en este, su debut como director. No bromeo si el terriblemente grotesco mundo que crean él y Cuzzani me recuerda a los de Tim Burton, o, cogiendo un referente más próximo a la época, a las comedias televisivas de terror que Chicho Ibáñez Serrador creaba de tanto en cuando como parte de sus ¨Historias para no dormir¨. Un producto visionario.
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