Una película a la usanza de las comedias con monstruos de Abott y Costello, obviamente la diferencia de fama y origen de los cómicos que igual logran el cometido de hacer reír.
el ambiente operístico y musical no la hace soportable para los más impacientes pero es muy interesante por las buenas caracterizaciones de Frankenstein, el fantasma de la ópera, etcetera.
Críticas: 2
Gerpro
5
La historia de una pareja en luna de miel y sus amigos que intentan mantener su obra artística de opereta ante la oposición de los propietarios del teatro y una posible venta de la propiedad.
Los números de bailes y coreografías (hollywoodenses, caribeños, etc.) no son demasiados y eso hace llevadera la trama, que tiene como ¨horror¨ el ofrecimiento de un científico loco y artista del maquillaje de una ¨auténtica galería de célebres personajes, especialmente útiles para representaciones, fiestas y bailes¨.
A los monstruos presentados como inofensivos por Don Gaspar, ¨Artista del maquillaje¨, se le suma su obra maestra y quién aplica el terror sobre los escenarios: El Fantasma de la Opereta¨. Pero el actor principal (Alfredo Barbieri como Arnaldo) interpreta también al fantasma, que ya son dos, y los enredos se intensifican.
La ambientación, música y fotografía son más que aceptables.
En el laboratorio con tubos de ensayo con vapor, los ¨muñecos que parecen tener vida¨, según su creador, son los interminables Frankenstein, El Hombre Lobo, Drácula y el Hombre Invisible, todos con suficiente participación.
Está película de comedia musical y adaptación de un music-hall, con la aparición de monstruos clásicos del terror literario y cinematográfico, tiene un humor hoy imposible y molesto, aunque Alfredo Barbieri logra sacar algunas risas.
El final obvio y mil veces visto hecha por tierra la historia transcurrida.
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