Original propuesta – para su tiempo - de thriller policíaco aparentemente basada en hechos históricos: A inicios de la 2ª G.M., una prostituta y espía nazi aparece brutalmente descuartizada, habiéndose recreado el asesino en su sexo. Parece que el culpable es un general alemán. El mayor Grau de la Abwehr (servicio de inteligencia) se pone entre ceja y ceja encontrarlo. Si lo hizo, no se sabe, porque la acción pasa a 1965 y el caso sigue abierto, investigado por el inspector Morand, de la Interpol.
Reparto muy a destacar que reúne a Peter O’Toole (fantástico: su general Tanz, sospechoso del crimen, es un psicópata 100 % nazi con estrés postraumático, sádico, astuto, narcicista, perfeccionista, hipocondríaco y alcohólico. Da verdadero miedo) y Omar Sharif (el ya nombrado mayor Grau, que cumple todos los requisitos del típico detective tocahuevos) tras “Lawrence de Arabia” junto a nombres del calibre de Donald Pleasance (uno de los sospechosos, el aparentemente honorable y muy humano general Kahlenberge), Tom Courtenay (muy bien como el amargado cabo Hartmann) Joanna Pettet (la rebelde hija del general Gabler, personaje muy decisivo para la trama), Juliette Gréco, Philippe Noiret (Morand, que pese a ser de la Resistencia tiene una excelente relación con Grau) o Charles Gray (otro sospechoso, el general Von Seilidz-Gabler, típico boche pragmático de orígen aristócratico que se ha forrado no dando golpe en su vida). Christopher Plummer hace un cameo como Erwin Rommel.
Basada en una novela de Hans Helmut Kirst, considerado un gran cronista de la vida diaria durante el III Reich y con elementos sugeridos por el escritor de thrillers James Hadley Chase, la adaptación corre a cargo del prestigioso novelista Joseph Kessel (“Belle de jour”) y el oscarizado experto en thrillers Paul Dehn. Desde los créditos iniciales, del injustamente olvidado Robert Brownjohn, se nos pone en situación y thriller, conseguidas escenas de acción bélica y drama se suceden alternativamente en una película de ritmo muy lento pero sin embargo atrapante. Dirige con mucho oficio el veterano Anatole Litvak al que se consideraba un gran cazatalentos.
Técnicamente lo que llama más la atención son las localizaciones: casi todo está fastuosa y coloridamente rodado en exteriores por Henri Decaë (El silencio de un hombre, El clan de los sicilianos, Los niños del Brasil…). Los escasos decorados se mueven entre lo funcional y lo francamente cutre (igual se les acabó el presupuesto). Es muy destacable el trabajo de caracterización de varios actores a los que vemos en sus años mozos cuando ocurre la acción y 23 años después cuando Morand pasa a interrogarlos (el detective polonés que avisó a Grau, el sargento ayudante de Kahlenberge, etc.). Por su parte, la banda sonora de Maurice Jarre es muy buena, parecida a las de John Barry en ese tiempo, si bien a veces es algo estridente.
Excelente película que se dio un inmerecido batacazo en taquilla. Pese a la lentitud de su desarrollo resulta en todo momento interesante gracias a sus tres tramas paralelas (investigación, guerra y drama personal de ciertos personajes) pero convergentes a la larga, y además es es artística y técnicamente (bueno, menos algunos sets) brillante. Canela fina, oigan.
Fantástico film repleto de actores de un nivel estelar que se centra en la investigación de un mayor alemán de unos asesinatos de un general en plena época de un complot contra Hiltler, dándole lo mismo que su caso sea insignificante dentro de lo que se planea.
Un film que tiene todos los condicionantes de los films alemanes de la época nazista, incluso con alguna que otra escena bélica aunque sea en un barrio de polonia y a escala menor.
Cada actor de renombre pone lo mejor de si mismo en un film completo en todos sus ámbitos y que tiene incluso por momentos guiños al cine de Hitchcock como es la escena de Peter O´Toole ante Van Gogh recordando a Vértigo. Film imprescindible.
Críticas: 3
Parnaso
8
Film infravalorado que bien podría ser más nombrada pues la historia sustancial que versa sobre un agente de la resistencia quiere hacer justicia dando con el asesinato de una muchacha en una habitación de hotel bajo el telón de la Segunda Guerra Mundial en que se gesta un boicot en contra de lo nazis intentando asesinar a Hitler. Pues el general, es un personajazo, de esos intratables obsesionado con la perfección, la pulcritud y manías varias, Omar Shariff está muy bien, dejando perlas como tales: Lo que a gran escala se admira como una hazaña, a escala reducida es, monstruosos, y así como se conceden medallas a los que matan en masa, la justicia tiene que castigar a los que matan al por menor. Luego aparece de forma efímera el enorme Chritopher Plummer(r.i.p.). La historia esta realmente bien hilada, cuenta con un guion sustancioso y lleva un ritmo intenso que la hace magnética.
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