El a veces interesante Nico Mastorakis volvió a filmar en su isla preferida un relato de supuesta ciencia ficción con mucho cariño, pero como se aprovecharon las fiestas del pueblo, bien parece un documental o un paseo de semana santa Ortodoxa (creo) con auténticos extras que mínimo había que tener 40 años para salir. Keir Dullea tiene la misma mirada cautivadora y la boca para hablar lo justo, yendo de aquí para allá, de profundos y reflexivos diálogos con los nativos, junto con el niño (que trabaja genial!) y Adrienne Barbeau en un papel dramático simplista; no me extraña que se apuntara al rodaje con tal de darse unas vacaciones. Total, que por muy marciano que seas o vengas 2000 años del futuro no hay nada como unos paseos por la isla Helenica para convertirse al cristianismo, que no todo va a ser fiesta en Mykonos! Estrenada meses antes de «Starman».
ozzygimenez
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El a veces interesante Nico Mastorakis volvió a filmar en su isla preferida un relato de supuesta ciencia ficción con mucho cariño, pero como se aprovecharon las fiestas del pueblo, bien parece un documental o un paseo de semana santa Ortodoxa (creo) con auténticos extras que mínimo había que tener 40 años para salir. Keir Dullea tiene la misma mirada cautivadora y la boca para hablar lo justo, yendo de aquí para allá, de profundos y reflexivos diálogos con los nativos, junto con el niño (que trabaja genial!) y Adrienne Barbeau en un papel dramático simplista; no me extraña que se apuntara al rodaje con tal de darse unas vacaciones. Total, que por muy marciano que seas o vengas 2000 años del futuro no hay nada como unos paseos por la isla Helenica para convertirse al cristianismo, que no todo va a ser fiesta en Mykonos! Estrenada meses antes de «Starman».
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