Comedia de la American International, secuela de otra del año anterior, en que unos jóvenes rockabillies aficionados a las carreras y al tuning – El Hot-Rod Gang - se van a meter en líos con fantasmas. Destaca por ser la primera película que veo donde la juventud no baila canciones jazz que se quieren hacer pasar por rock, sino genuino rock n’ roll - edulcorado y blanco, eso sí – y además con participación de un par de jóvenes promesas que destacarían en el mundo de la música: Nick Venet (cantante de relativo éxito que se convertiría en un prestigioso productor musical) y Bruce Johnston, un chaval de solo 17 años que se uniría a los Beach Boys en 1965 (justo en el mejor momento de la banda), y aún es miembro del grupo (ha ganado un Grammy como compositor y ha trabajado con Elton John, Pink Floyd y Frank Sinatra. Amigo de los Beatles, se lo considera el hombre que provocó que grabaran el mejor disco de la historia: Sgt. Pepper’s…) Ronald Stein adapta su estilo al ritmo de la peli, creando una banda sonora west-coast jazz bastante agradable.
El reparto no tiene nombres a destacar: son intérpretes de carácter a los que hemos visto montones de veces en películas de esta base de datos, sobretodo en las producidas por Arkoff y Nocholson. El nombre más conocido es el del inefable técnico de FX Paul Blaisdell – esta vez solo como actor - en el pequeño papel de “Hombre disfrazado de monstruo” (Que se queja de que no lo cogieron para “Horrors of the Black Museum”.
En el equipo técnico, más allá de Stein, el editor no es otro que el que ganaría un Oscar por el montaje de la espectacular persecución de “Bullitt”: Frank P. Keller. Las persecuciones están en efecto, muy conseguidas. Al principio hay una en el mismo canal seco que sale en “Terminator 2”, por cierto. El responsble de sonido es Josef Von Stronheim, hijo de Erich, bastante prestigioso en su campo. También destacan nombres de la “Corman Troupe: Dan Haller y Harry Reif (decoración), Bart Carre (director de producción), Karl Brainard (atrezzo)…
¿Y todo esto para qué? Para una comedia sin gracia alguna. Los chistes malos se suceden uno tras otro y la película se hace eterna. Se puede decir más alto pero no mñas claro: he pasado uno de los peores ratos desde que empecé la aventura de ver todas las pelis posibles de esta base de datos.
Imaginaos que cuando cantaban, he dejado de mirar a la pantalla. Quería disfrutar de la buena música sin ver los jetos del más que mediocre reparto, que se carga las canciones.
Un buen aspecto técnico, pésimas actuaciones, horrendo guion.
No merece el aprobado ni de broma, y solo la buena música y el buen arranque con la persecución de coches la salvan del 0. Así que la dejo en un 1 porque soy un blandengue.
bigladiesman
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Comedia de la American International, secuela de otra del año anterior, en que unos jóvenes rockabillies aficionados a las carreras y al tuning – El Hot-Rod Gang - se van a meter en líos con fantasmas. Destaca por ser la primera película que veo donde la juventud no baila canciones jazz que se quieren hacer pasar por rock, sino genuino rock n’ roll - edulcorado y blanco, eso sí – y además con participación de un par de jóvenes promesas que destacarían en el mundo de la música: Nick Venet (cantante de relativo éxito que se convertiría en un prestigioso productor musical) y Bruce Johnston, un chaval de solo 17 años que se uniría a los Beach Boys en 1965 (justo en el mejor momento de la banda), y aún es miembro del grupo (ha ganado un Grammy como compositor y ha trabajado con Elton John, Pink Floyd y Frank Sinatra. Amigo de los Beatles, se lo considera el hombre que provocó que grabaran el mejor disco de la historia: Sgt. Pepper’s…) Ronald Stein adapta su estilo al ritmo de la peli, creando una banda sonora west-coast jazz bastante agradable.
El reparto no tiene nombres a destacar: son intérpretes de carácter a los que hemos visto montones de veces en películas de esta base de datos, sobretodo en las producidas por Arkoff y Nocholson. El nombre más conocido es el del inefable técnico de FX Paul Blaisdell – esta vez solo como actor - en el pequeño papel de “Hombre disfrazado de monstruo” (Que se queja de que no lo cogieron para “Horrors of the Black Museum”.
En el equipo técnico, más allá de Stein, el editor no es otro que el que ganaría un Oscar por el montaje de la espectacular persecución de “Bullitt”: Frank P. Keller. Las persecuciones están en efecto, muy conseguidas. Al principio hay una en el mismo canal seco que sale en “Terminator 2”, por cierto. El responsble de sonido es Josef Von Stronheim, hijo de Erich, bastante prestigioso en su campo. También destacan nombres de la “Corman Troupe: Dan Haller y Harry Reif (decoración), Bart Carre (director de producción), Karl Brainard (atrezzo)…
¿Y todo esto para qué? Para una comedia sin gracia alguna. Los chistes malos se suceden uno tras otro y la película se hace eterna. Se puede decir más alto pero no mñas claro: he pasado uno de los peores ratos desde que empecé la aventura de ver todas las pelis posibles de esta base de datos.
Imaginaos que cuando cantaban, he dejado de mirar a la pantalla. Quería disfrutar de la buena música sin ver los jetos del más que mediocre reparto, que se carga las canciones.
Un buen aspecto técnico, pésimas actuaciones, horrendo guion.
No merece el aprobado ni de broma, y solo la buena música y el buen arranque con la persecución de coches la salvan del 0. Así que la dejo en un 1 porque soy un blandengue.
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