Película protagonizada por una de las muchas promesas del cine de los 60 que se abrieron paso gracias a la serie B: Dennis Hopper. Trata de las sorpresas que pueden llegarnos cuando sube la marea y estamos en una película ci-fi. Se trata del largometraje de debut de Curtis Harrington, director de serie B y televisión.

Un sorprendente Dennis Hopper, a quien siempre hemos solido ver en papeles de tipo duro, es Johnny Drake, un marinerete pusilánime, buenazo y muy pagafantas que se enamora a primera vista de una esquiva, misteriosa y lacónica chica llamada tan solo Mora (Linda Lawson), que trabaja de sirena en un freakshow junto a su jefe, el capitán Sam Murdoch (Gavin Muir, yanqui criado en Inglaterra). La nieta del propietario de un tiovivo, además de casero de Mora, la amable Ellen Sands (la mítica Luana Anders, titánide de la serie B y compañera de juergas de Hopper y de Jack Nicholson en la vida real), también parece encapricharse de Drake. Pronto se hace evidente que una sirena, no se sabe, pero que Mora no es una mujer normal, eso fijo. Ni se sabe por qué la busca esa señora extraña... Ni tampoco ese detective... Y Drake empieza a investigar por su cuenta.

La trama se va desarrollando a velocidad de perezoso reumático (alguna que otra escena se hace excesivamente larga y Drake no entra en acción hasta la media hora larga de película) pero una vez establecida, logra mantener cierto interés. El mismo Curtis Harrington crea un thriller con suspense y tintes sobrenaturales fácil de seguir, y aunque los diálogos son francamente densos, hay que decir que las escenas climáticas con Hopper recorriendo furtivamente el bosque de vigas que forma la base del embarcadero del puerto de Santa Mónica, o paseándose nervioso por un parque de atracciones (una escena muy hitchcockiana toda ella) son genuinamente inquietantes.

Lo más reseñable de esta película es lo bien realizada que está para ser que costó solo 25.000 $. Es digna y está hecha con gran oficio, teniendo a varios nombres de la troupe Corman - no es extraño, pues la peli fue distribuida por los hermanos Corman - trabajando anónimamente en el equipo (el actor Bruno VeSota colaboró en el maquillaje y hace un cameo; el oscarizado Floyd Crosby ayudó en la fotografía). La banda sonora jazz, por otra parte, es del dos veces nominado al Oscar David Raksin, y es ejecutada hábilmente por un pequeño combo en lugar de una orquesta. La única escena con FX resulta bastante, ehh... ¨edwoodiana¨, pero visto el presupuesto, se puede perdonar.

No es una gran película en mi opinión (tiene una considerable legión de fans, cabe apuntar, lo que significa que algo bueno hay allí) pero teniendo el cuenta el magro presupuesto y que fue hecha, casi literalmente, por cuatro amiguetes, es un exitoso esfuerzo: es densa, puede incluso resultar aburrida a ratos, y quizá se tome demasiado en serio si misma, pero tiene magníficas escenas que no se suelen ver en este tipo de películas de serie Z, y esta realizada con profesionalidad. De algún modo es un adelanto de lo que sería ¨El carnaval de las almas¨, así que si habéis visto ésta y os gustó, ¨Night Tide¨ puede ser un apetitoso caramelo para vosotros.

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