En aquellos momentos en que la fantasía pasó a ser un producto mayoritariamente de serie-B para abajo en EE.UU, fue de Europa de donde vinieron las propuestas más ambiciosas, y esta ¨A Vida o Muerte¨ fue una de las más importantes. De hecho de la considera como una de la mejores películas británicas de la historia (llegando incluso al 2º puesto en algún ranking, por detrás de Asesino Implacable, o Get Carter).
Se nos ofrece un drama bélico de tono más bien desenfadado, teñido de elementos fantásticos, con un muy buen reparto que para empezar subvierte el mito cinematográfico del Mago de Oz: aquí las escenas reales son en color y las del Otro Barrio en blanco y negro (lo que provoca alguna que otra grieta en la Cuarta Pared por parte de un personaje).
Con interpretaciones conmovedoras de David Niven y Kim Hunter, y con la presencia de secudarios de lujo como Richard Attenborough (jovencísmo, y solo dice una frase, pero son los inicios de una carrera brillante) y Raymond Massey, un Otro Mundo muy imaginativo (donde obviamente destaca la monumental escalera), FX excelentes, un sentido del humor muy tierno, y excelente fotografía (las transiciones de B/N a color están muy conseguidas), este clásico no tiene desperdicio alguno.
bigladiesman
9
En aquellos momentos en que la fantasía pasó a ser un producto mayoritariamente de serie-B para abajo en EE.UU, fue de Europa de donde vinieron las propuestas más ambiciosas, y esta ¨A Vida o Muerte¨ fue una de las más importantes. De hecho de la considera como una de la mejores películas británicas de la historia (llegando incluso al 2º puesto en algún ranking, por detrás de Asesino Implacable, o Get Carter).
Se nos ofrece un drama bélico de tono más bien desenfadado, teñido de elementos fantásticos, con un muy buen reparto que para empezar subvierte el mito cinematográfico del Mago de Oz: aquí las escenas reales son en color y las del Otro Barrio en blanco y negro (lo que provoca alguna que otra grieta en la Cuarta Pared por parte de un personaje).
Con interpretaciones conmovedoras de David Niven y Kim Hunter, y con la presencia de secudarios de lujo como Richard Attenborough (jovencísmo, y solo dice una frase, pero son los inicios de una carrera brillante) y Raymond Massey, un Otro Mundo muy imaginativo (donde obviamente destaca la monumental escalera), FX excelentes, un sentido del humor muy tierno, y excelente fotografía (las transiciones de B/N a color están muy conseguidas), este clásico no tiene desperdicio alguno.
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