Proyecto del inefable y siempre sorprendente productor, director y mago de los FX (de hecho, en los créditos aparece representado por un mago) George Pal. Tras brindarnos varias películas de ci-fi, ahora vuelve a sus raíces con una fantasía basada en los cuentos de los Grimm. dirigida para todos los públicos y repleta de intérpretes de categoría: el joven bailarín Russ Tamblyn (a sus 24 años ya un hombre de gran prestigio) como protagonista junto a intérpretes cómicos británicos del calibre de Alan Young (el mítico Wilbur de la serie “Mr. Ed”, voz del Tío Gilito en la muy recordada serie de dibujos “Patoaventuras” y habitual en pelis de Pal), la bella June Thonburn y los estelares e inolvidables Terry-Thomas y Peter Sellers (del que soy admirador radical). También destaca el actor de carácter Bernard Miles.

Tamblyn no es un gran actor, pero en su juventud tenía unas dotes gimnásticas que le hacían emular a Douglas Fairbanks, Gene Kelly o Burt Lancaster con gran facilidad. Sus bailes, saltos y acrobacias parecen más propios de una película de artes marciales de la Shaw Brothers que de una comedia musical. Da espectáculo, pero a nivel interpretativo está mucho mejor en “West Side Story” o la mítica serie “Twin Peaks”. Si buscamos buenas interpretaciones de verdad, hay que fijarse en Terry-Thomas y Peter Sellers, excelentes intérpretes, no solo en comedia. La expresividad de Terry-Thomas es tan explosiva y graciosa como siempre. Sellers está desaprovechado a pesar de hacer dos papeles y estar caracterizado de manera muy curiosa.

Como es habitual en las películas del magiar, el aspecto técnico es espectacular. No en vano se llevó el Oscar a los mejor FX.
Un festival de multiexposiciones y stop-motion (los personajes están muy bien diseñados, pero sin aquel toque abstracto que tenían los Puppetoons originales del artista húngaro-holandés-americano) de los con una bella fotografía en vivos colores. Las canciones son un muy cursis, pero la intérprete de casi todas ellas es la excelente cantante y compositora de jazz Peggy Lee (Pal era un sibarita de esta música: si el cine era su esposa, el jazz era su fulana). Los decorados son bellísimos.

Sin embargo, es de lo más flojo que le he visto a George Pal. Tanta canción me cansa (salvo cuando se arrancan con piezas de West Coast jazz), y le falta el espíritu de acción y aventura de sus otras pelis de la década (“La guerra de los mundos” por encima de todas). Recomendada para iniciados en la obra de Pal y gente que disfrute con musicales muy bien hechos y suficientemente entretenidos.

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