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Como parte de una comisión del gobierno de Gran Bretaña, Sherlock Holmes resguarda una joya llamada La Estrella de África en un viaje en que varios personajes tendrán interés oculto por ella.

Christopher Lee interpreta a Sherlock Holmes, que continua en el retiro con su actual planteamiento de que los años dorados pasaron, sin embargo el ser buscado le devuelve la confianza, al menos parcialmente, buena actuación.
Patrick Macnee es John Watson, que como es de esperarse se une a la misión aunque su apoyo mas bien sea casi anecdotico, buen rendimiento.
Jenny Seagrove es Lillie Langtry, una bella mujer de vacaciones y en busca de aventuras, curiosa por naturaleza, buena actuación.
John Indi es Khumalo, un trabajador del hotel muy misterioso, buena interpretación.
Steven Gurney como Gugliamo Marconi, un inventor italiano, culto, instruido en tecnologías de la comunicación, buen papel.
Claude Akins como Theodore Roosevelt, el excéntrico ex-presidente de Estados Unidos, buen rendimiento.

La música de Eric Allaman sirve para acompañar las escenas, nada más.

Bill Corcoran dirige siguiendo el estilo de su anterior parte (Misterio en la Ópera) con una velocidad narrativa media, bastante pausada, que de nueva cuenta sirve al dar una sensación de largometraje antiguo, como si hubiese sido filmado en la época que muestra. La ambientación es variada, con recintos elegantes, la naturaleza árida de África, hay un contraste de lugares de urbano a natural a medida que avanza.

Los personajes se diferencian entre sí pero puedes llegar a no recordar sus nombres y eso dificulta seguir la trama cuando son mencionados, la historia cumple con despistar sobre las verdaderas intenciones de los personajes aunque en ciertos momentos aburre por su larga duración.

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