Ficha Indiana Jones en busca del arca perdida

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Críticas de Indiana Jones en busca del arca perdida (1)


mahotsukai

  • 3 Oct 2019

10



Emblemática y espectacular cinta de aventuras producida por Geore Lucas y dirigida por Steven Spielberg, e inicio de la Saga “Indiana Jones” (1981-2008).

El aventurero arquéologo estadounidense Indiana Jones es contactado por el Gobierno de los Estados Unidos para que ubique la legendaria Arca de la Alianza antes de lo que lo logre la Alemania Nazi, ya que el mítico artefacto podría otorgarle un poder ilimitado para conquistar el mundo. Sin embargo, Jones no sólo tendrá que luchar contra los nazis, sino también con un antiguo rival, el saqueador de tumbas francés René Belloq.

Los orígenes del reconocido e icónico arqueólogo Indiana Jones se encuentran en un escrito de George Lucas de 1973, sobre un profesor aventurero llamado Indiana Smith, inspirado en los seriales de los 30s y 40s. Lucas presentaría al guionista y director Phillip Kaufman su idea, quien introduciría el concepto del Arca de la Alianza, sin embargo, el proyecto quedaría estancado porque Kaufman se concentraría en el guión de “El fugitivo Josey Wales” (1976) de Clint Eastwood. Este hecho hizo que Lucas se concentrará, entonces, en una segunda idea, que se convertiría posteriormente en “Star Wars IV, A new hope (1977). Finalmente, en unas vacaciones en las que coincidirián, Lucas y Spielberg darían forma al proyecto sobre un arqueólogo aventurero en búsqueda del Arca de la Alianza.

A mediados de 1978, Lucas se reuniría con el guionista Lawrence Kasdan, el productor Frank Marshall y Steven Spielberg para terminar de configurar las ideas narrativas sobre el protagonista, en donde se optó porque el protagonista fuese un profesor y aventurero como Spielberg proponía en lugar de un playboy político al estilo James Bond como proponía Lucas, contextualizarlo en los años previos al estallido de la Segunda Guerra Mundial y el amenaza nazi, y descargar que hubiese elementos de ciencia ficción.

Una vez listo el guión final de Kasdan en abril de 1980, y tras el rechazo de varios estudios de rodar la película por ser hipotéticamente muy costosa, Lucas y Spielberg lograrían vender la idea a Paramount Pictures, en donde ambos directores optaron por filmar siguiendo el estilo de los seriales sabatinos estadounidenses, es decir, escenas rápidas y simples, sin desperdicio de tomas y metraje. Y aunque el contexto profesional era bastante distinto para Lucas y Spielberg, el primero tras el enorme éxito de “Star Wars V: Empire strikes back” (1980) y el segundo con el fracaso de “1941” (1979), los ánimos de ambos eran los mejores para dar el batacazo en la taquilla y devolverle todo su esplendor al olvidado cine de aventuras.

El éxito de “Raiders of the lost ark” (1981) radica en la enorme efectividad y dinámica del guión escrito por George Lucas y Lawrence Kasdan. Quizás el ejemplo primigenio de ello es el inicio del film, al mejor estilo de las películas de James Bond, con el protagónico involucrado en una aventura a punto de acabar, complicada y casi mortal, pero de la que sale finalmente airoso. En concreto, Indiana Jones apoyado de dos mercenarios tratando de hacerse con un ídolo inca en un templo maldito, quienes lo traicionan, el enfrentamiento con el antagonista directo, Belloq, y la huída dificultosa con un amargo sabor de boca. Bastará sólo con una pequeña escena en la universidad, posteriormente, dando clases, para que el espectador sepa quien es Indiana Jones. Efectividad narrativa pura.

Pero ése es sólo un ejemplo, porque a lo largo del film, el espectador podrá dar cuenta del talento de Kasdan para condensar y equilibrar de forma bastante notable una serie de géneros narrativos, que van desde la aventura, el romanticismo, el humor, la conspiración, la documentación histórica y hasta el esoterismo. Así, a través de ingeniosos momentos de acción, el guión da cuenta de una historia con ritmo increíblemente bien llevado y con un Spielberg muy seguro de dirigir pausa y acción sin altibajos mayores que en el preámbulo del epílogo.

No obstante, hay que señalar que el guión está tan lleno de clichés que hace que el espectador tenga que prescindir de ellos para simpatizar con la trama. Probablemente el ejemplo más contundente y que se repetirá en “Indiana Jones y la última cruzada” (1989) es la insistencia por caricaturizar a los nazis y otros villanos, de apariencia elegante pero poco brillantes y poco preparados a la astucia de un siempre empolvado y sucio Indiana Jones. Kasdan dibuja unos villanos que terminarían siendo arquetípicos en la saga de “Indiana Jones” (1981-2008) que son realmente malvados pero poco inteligentes, sucumbiendo ante Jones más que nada por su torpeza y/o ambición que por incidencia del famoso arqueólogo.

Pero una cosa es muy cierta: a la contundente secuencia inicial de Indiana Jones en la jungla sudamericana sorteando una enorme piedra aplastante, los cientos de dardos envenenados de los nativos del lugar y el robo del ídolo de oro por parte de Belloq, Spielberg va sumando más y más momentos memorables como el viaje del arqueólogo a Nepal para tratar de encontrar el medallón que indicará el lugar donde se esconde el Arca y la dinámica lucha contra los emisarios nazis que concluirá con el incendio del bar de Marion, ex amante de Jones; para luego pasar a la icónica secuencia de Jones sacando el Arca de la cripta faraónica y siendo encerrado en ella por Belloq con miles de serpientes venenosas; la persecución en camión con los nazis y los acólitos de Belloq que incluye imposibles acrobacias por debajo del camión; hasta llegar al clímax con la apertura del Arca y el desencadenamiento del poder de Dios ante la ambición y soberbia de Belloq y los oficiales nazis, por nombrar las más recordadas.

Todas estas escenas, de comentada espectacularidad y efecticismo visual que el público aún recuerda y que nunca han pasado de moda, fueron ideadas por el notable diseñador de producción británico, Norman Reynolds, responsable del diseño de la legendaria primera trilogía de George Lucas, “Star Wars IV, V, Vl” (1977-1983) con la cual ganaría el Oscar en su categoría, además de este mismo film. Reynolds propndría filmar en Inglaterra, Francia, Túnez, Hawai y California.

Por ejemplo, para las escenas de selva sudamericana al inicio, se filmó en Hawai y para construir la enorme piedra rodante, Reynolds pensó en fibra de vidrio y un diámetro de 4 metros, que Spielberg, fascinado, ordenó aumentar a 19.

En los Estudios Elstree, en Inglaterra, se recrearon el bar de Marion Ravenwood y el “Pozo de las Almas”. Para las increíbles escenas de ésta última, el equipo de producción necesitó de cientos de serpientes, que mezcladas con algunas de utilería, dieron la impresión de ser 10.000, y en donde sólo las cobras eran venenosas. En la famosa escena en la que Jones se enfrenta cara a cara con una cobra, se utilizó una placa de vidrio entre el actor y el ofidio, para evitar un accidente mortal.

En tanto, las escenas de Egipto fueron rodadas en Túnez, en donde Lucas había filmado las escenas de Tattoine para “Star Wars IV: A new hope” (1977), en concreto las escenas del campamento nazi y la lucha de Jones con los soldados nazis en la base aérea, en donde Harrison Ford resultaría lesionado de un ligamento al ser atropellado por la rueda de un avión. Para colmo, contraería disentería y prueba de su estado de salud es la recordada escena en la que enfrenta a un árabe armado con una enorme cimitarra, y en la que lo elimina de un balazo en lugar de ocupar su látigo.

Por otra parte, existe una considerable cantidad de escenas eliminadas por el efectivo montaje de Michael Kahn (“La lista de Schindler”, 1993; “Salvando al soldado Ryan”, 1999), ganador del Oscar al mejor montaje por este film y quien logra armar una historia fluida, coherente y muy dinámica, al reducir los casi 200 minutos de metraje a 130 en donde el intrépido arqueólogo aparece sumergiéndose colgado de su lazo del submarino y su amigo Sallah a punto de ser ejecutado por un soldado nazi.

John Williams, quién más, fue el encargado de componer uno de los scores más reconocibles y emblemáticos del cine y de los 80s, con su ya legendaria “Raiders’ March”, y en donde destacan también “Marion’s theme” para el encuentro romántico de la pareja y “The Miracle of the Ark”, melodía del epílogo cuando la fuerza sobrenatural de Dios se desencadena ante los nazis.

Hoy en día es difícil imaginarse a otro actor interpretando a Indiana Jones que no fuese Harrison Ford. Sin embargo, aunque Spielberg le había sugerido, Lucas no quería que Ford se convirtiera en una suerte de actor fetiche como Robert DeNiro para Martin Scorsese, por lo que también estuvieron en carpeta Tom Selleck (Serie “Magnum”, 1980-1988), Tim Matheson (“1941”, 1979) y Peter Coyote (“E.T.”, 1982; “Bitter moon”, 1992), en otros. Finalmente, Lucas se convenció que el indicado era Ford cuando los productores Frank Marshall y Kathleen Kennedy apoyaron la propuesta de Spielberg tras revisionar su cometido en “Star Wars V: Empire strikes back” (1980). Karen Allen (“Starman”, 1984), que ganó el Premio Saturn por este papel, fue contratada para personificar a Marion Ravenwood, interés amoroso de Indiana Jones e hija de su arqueólogo mentor Abner Ravenwood, un personaje femenino interesante por su carácter indomable pero al fin de cuentas dependiente de sus sentimientos por Jones. Para el papel, también audicionaron Sean Young y Debra Winger.

Por su parte, Paul Freeman (“The dogs of war”, 1980) encarnó al saqueador de tumbas y/o arqueólogo francés René Belloq. En la práctica, es su competencia en cada aspecto, no sólo porque añora quitarle a Jones cualquier pieza o tesoro que éste encuentre, sino que también se interesa por Marion. Belloq está secundado en la villanía por el oficial nazi Toht interpretado por Ronald Lacey (“Sahara”, 1983; “Red Sonja”, 1985) que se quema la mano al tratar de apoderarse del disco sagrado en el incendio del bar de Marion, y el también oficial nazi Dietrich, intrepretado por el alemán Wolf Kahler (“Firefox”, 1982; “Sherlock Holmes: a game of shadows”, 2011)

Completan el reparto John Rgys-Davies (“Indiana Jones y la última cruzada”, 1989; Saga “The Lord of the Rings”, 2001-2003) como Sallah, el amigo árabe de Jones; Denholm Elliott (“Los niños del Brasil”, 1978; “Una habitación con vistas”, 1986) como el Dr. Marcus Brody, propietario del museo que compra las antigüedades rescatadas por Indiana; y un joven Alfred Molina (“Spiderman 2”, 2004; “El Código Da Vinci”, 2006) como uno de los mercenarios que acompaña al arqueólogo a Perú y quiere traicionarlo.

“Raiders of the lost ark” (1981) fue nominada a 9 premios Oscar y ganó 5 (major dirección de arte, mejores efectos visuales, major edición de sonido, mejor sonido y reconocimiento especial); ganó 5 Saturn, incluyendo mejor película de fantasía, mejor director, mejor actor, mejor actriz y mejor banda sonora; un BAFTA al mejor diseño de producción; un Boston Society of Film Critics al mejor director; y dos nominaciones a la mejor película extranjera por los César y al Globo de Oro al mejor director.

En resumen, una película clásica que revitaliza de la mejor manera posible el género de aventura olvidado a inicios de los 80s, con la dupla Lucas-Spielberg dando clases de cómo hacer cine contundente de acción y la aparición de uno de los grandes icónos del cine de acción de la historia.

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