Perdonad si ignoro la versión de Stallone, pero es que él no es la ley… Ahora es un mercenario.
Mega-City 1 es una de las cinco ciudades de la Costa Este de los Estados Unidos. En uno de los rascacielos de esta ciudad, Peach Trees, Ma-Ma dirige su imperio de la droga Slo-Mo, pero… en fin, qué te voy a contar; o ya has visto la película o al menos el tráiler. Al grano:
Se dice mucho por ahí que el argumento de la película está más que visto, que es igual que The Raid, que La Jungla de Cristal, que Asalto a la comisaria del distrito 13, que Rio Bravo (película en la que se basa Distrito 13 y que todo el mundo parece obviar), y un largo etc. Pues sí, el argumento no es nuevo, no es original… ni falta que hace. Aquí el argumento es el Juez Dredd. Un personaje estoico donde los haya, con mucha mala leche (yo diría que es el que más miedo da de todos los elementos que pululan por Peach Trees), muchas balas y una compañera vidente, la Juez Anderson, que le hace el contrapunto.
Su director, Pete Travis, ha sabido adaptar a buen juicio –nunca mejor dicho- el emblemático personaje del comic. Sí, tiene algunos cosillas que cambia. ¿Dónde va en imagen real un tío con las hombreras más grandes que su cabeza? Eso queda genial en un comic, como ocurre con el antifaz de Lobezno; en una película la cosa cambia. Pero el dibujo de las hombreras sigue siendo el mismo, pero más pequeño: cuida los detalles, aunque los adapta. También mantiene ese halo comiquero, ficticio, alejándose un poco de esa moda de realismo forzoso que ha impuesto el Batman de Nolan. También desprende ese toque ochentero. Hasta se mantienen fieles a la tradición de no quitarle el casco. Y bastantes guiños al comic. El humor de Dredd es menos ácido, pero ahí está. Anderson también está bien reflejada, pero como en toda película, hay que abreviar con su historia (aunque hagan mención de muchas cosas). Karl Urban se toma muy en serio su papel y ha demostrador ser merecedor de volver a ponerse el casco en futuras secuelas. No tiene la barbilla tosca del comic –hay actores que físicamente hubiesen sido perfectos-, pero Urban ha sabido llevar su interpretación más allá del físico y expresarse con tan sólo el tono de su voz y gestos en sus labios –sobre todo su voz, que se lo ha currado-. En el doblaje español esto no se aprecia, claro. Pero elegir al doblador que puso su voz a Rorschach (Watchmen) ha sido todo un acierto. El mérito de la interpretación de Olivia Thirlby como Anderson radica en la evolución de su personaje durante la película; de dudar a la hora de dictar sentencia a ejecutar sentenciados sin titubear. No digo más por no spoilear. Lena Headey (Ay, Ma-Ma ) yo la he visto un tanto acondicionada. Será que la tengo muy vista de reina Cercei, pero creo que se ha limitado a hacer el papel de tía mala colgada; aunque me inclino más a pensar que su personaje tampoco es que de para mucho más. Seamos justos (¡Válgame la redundancia!).
Como adaptación creo que está bastante lograda, y el reparto bastante bien escogido.
Ocurre que al ser de bajo presupuesto se han visto limitados. Subir pisos para llegar a Ma-Ma es sólo una escusa para acción y presentación del personaje principal; repartiendo estopa piso por piso e ir complicando cada vez más la situación (tanto a él como a los demás)… y menos mal que no se tropezó con Willis: lo hubiese encerrado por infligir la ley de no andar descalzo (quien no conozca bien a Dreed, es un personaje bastante, bastante totalitario). Eso sí, en sangre no han escatimado en gastos.
La B.S.O es casi otro personaje a tener en cuenta en la película. Aparece cuando debe, se queda lo justo para dejarte con ganas de más y vuelve de nuevo para compensar el subidón de adrenalina que parece faltarle al juez: tiene bastante autocontrol como para pensar en adrenalina ni tonterías.
Y para terminar diría que tiene unas cuantas cosas algo flojillas. Casi todas por culpa del Slo-Mo: Al pirincipio lo ves y dices: qué guay. Pero parece que el director se hizo adicto a esa mierda durante el rodaje y abusa de ella hasta el final. No sé si ya se habrá desintoxicado, pero esperemos que sí lo haga antes de la segunda parte.
Muy recomendable, pero eso sí, sabiendo qué es lo que vas a ver. Ya lo dijo Karl Urban en una entrevista: No es una película para niños, es para niños grandes.
Karras
7
Perdonad si ignoro la versión de Stallone, pero es que él no es la ley… Ahora es un mercenario.
Mega-City 1 es una de las cinco ciudades de la Costa Este de los Estados Unidos. En uno de los rascacielos de esta ciudad, Peach Trees, Ma-Ma dirige su imperio de la droga Slo-Mo, pero… en fin, qué te voy a contar; o ya has visto la película o al menos el tráiler. Al grano:
Se dice mucho por ahí que el argumento de la película está más que visto, que es igual que The Raid, que La Jungla de Cristal, que Asalto a la comisaria del distrito 13, que Rio Bravo (película en la que se basa Distrito 13 y que todo el mundo parece obviar), y un largo etc. Pues sí, el argumento no es nuevo, no es original… ni falta que hace. Aquí el argumento es el Juez Dredd. Un personaje estoico donde los haya, con mucha mala leche (yo diría que es el que más miedo da de todos los elementos que pululan por Peach Trees), muchas balas y una compañera vidente, la Juez Anderson, que le hace el contrapunto.
Su director, Pete Travis, ha sabido adaptar a buen juicio –nunca mejor dicho- el emblemático personaje del comic. Sí, tiene algunos cosillas que cambia. ¿Dónde va en imagen real un tío con las hombreras más grandes que su cabeza? Eso queda genial en un comic, como ocurre con el antifaz de Lobezno; en una película la cosa cambia. Pero el dibujo de las hombreras sigue siendo el mismo, pero más pequeño: cuida los detalles, aunque los adapta. También mantiene ese halo comiquero, ficticio, alejándose un poco de esa moda de realismo forzoso que ha impuesto el Batman de Nolan. También desprende ese toque ochentero. Hasta se mantienen fieles a la tradición de no quitarle el casco. Y bastantes guiños al comic. El humor de Dredd es menos ácido, pero ahí está. Anderson también está bien reflejada, pero como en toda película, hay que abreviar con su historia (aunque hagan mención de muchas cosas). Karl Urban se toma muy en serio su papel y ha demostrador ser merecedor de volver a ponerse el casco en futuras secuelas. No tiene la barbilla tosca del comic –hay actores que físicamente hubiesen sido perfectos-, pero Urban ha sabido llevar su interpretación más allá del físico y expresarse con tan sólo el tono de su voz y gestos en sus labios –sobre todo su voz, que se lo ha currado-. En el doblaje español esto no se aprecia, claro. Pero elegir al doblador que puso su voz a Rorschach (Watchmen) ha sido todo un acierto. El mérito de la interpretación de Olivia Thirlby como Anderson radica en la evolución de su personaje durante la película; de dudar a la hora de dictar sentencia a ejecutar sentenciados sin titubear. No digo más por no spoilear. Lena Headey (Ay, Ma-Ma ) yo la he visto un tanto acondicionada. Será que la tengo muy vista de reina Cercei, pero creo que se ha limitado a hacer el papel de tía mala colgada; aunque me inclino más a pensar que su personaje tampoco es que de para mucho más. Seamos justos (¡Válgame la redundancia!).
Como adaptación creo que está bastante lograda, y el reparto bastante bien escogido.
Ocurre que al ser de bajo presupuesto se han visto limitados. Subir pisos para llegar a Ma-Ma es sólo una escusa para acción y presentación del personaje principal; repartiendo estopa piso por piso e ir complicando cada vez más la situación (tanto a él como a los demás)… y menos mal que no se tropezó con Willis: lo hubiese encerrado por infligir la ley de no andar descalzo (quien no conozca bien a Dreed, es un personaje bastante, bastante totalitario). Eso sí, en sangre no han escatimado en gastos.
La B.S.O es casi otro personaje a tener en cuenta en la película. Aparece cuando debe, se queda lo justo para dejarte con ganas de más y vuelve de nuevo para compensar el subidón de adrenalina que parece faltarle al juez: tiene bastante autocontrol como para pensar en adrenalina ni tonterías.
Y para terminar diría que tiene unas cuantas cosas algo flojillas. Casi todas por culpa del Slo-Mo: Al pirincipio lo ves y dices: qué guay. Pero parece que el director se hizo adicto a esa mierda durante el rodaje y abusa de ella hasta el final. No sé si ya se habrá desintoxicado, pero esperemos que sí lo haga antes de la segunda parte.
Muy recomendable, pero eso sí, sabiendo qué es lo que vas a ver. Ya lo dijo Karl Urban en una entrevista: No es una película para niños, es para niños grandes.
Fin de la negociación.
Me gusta (2) Reportar