“Overdrive” (2017) es un thriller de acción franco-estadounidense dirigido por Antonio Negret y producido por Pierre Morel —responsable de “Venganza”—. La película combina el ritmo de un heist movie con persecuciones automovilísticas al más puro estilo Fast & Furious. Sus protagonistas, Scott Eastwood y Freddie Thorp, interpretan a dos medio hermanos expertos en robar coches de lujo que se ven atrapados en una red de mafiosos en el sur de Francia.
¿De qué trata “Overdrive”?
Andrew y Garret Foster son dos hermanos que operan como ladrones internacionales de coches. Su especialidad son los modelos clásicos de alto valor, y su último golpe consiste en sustraer un exclusivo Bugatti de 1937 en plena autopista. Sin embargo, el coche pertenecía al peligroso capo marsellés Jacomo Morier, quien captura a los hermanos antes de que puedan venderlo.
Para evitar ser ejecutados, Andrew y Garret le hacen una oferta a Morier: robar un coche aún más valioso, un Ferrari 250 GTO de 1962 valorado en 38 millones de dólares, propiedad de su rival, el multimillonario Max Klemp. Morier acepta el trato con una condición: el robo debe realizarse en menos de una semana.
Los hermanos reclutan a un equipo en Marsella, entre ellos la novia de Andrew, Stephanie (Ana de Armas), y la ladrona Devin (Gaia Weiss), amiga de Stephanie. Bajo la vigilancia del primo de Morier, Laurent, comienzan a preparar el golpe, mientras dos agentes de Interpol siguen sus pasos.
Final explicado de “Overdrive”
En los días previos al robo, Morier secuestra a Stephanie para asegurarse de que los Foster no le traicionen. Cuando llega el día del golpe, todo parece apuntar a que van a cumplir con su promesa: robar el Ferrari de Klemp. Sin embargo, mientras Stephanie logra escapar y activa las alarmas de la mansión de Morier, éste descubre que ha sido engañado. En realidad, todo era una distracción: Andrew y Garret están robando su propia colección de coches.
Se produce una espectacular persecución por las carreteras de la Costa Azul que culmina en los muelles de Marsella. Allí, Devin embiste con un autobús al Maserati de Morier, que cae al agua con él dentro. Durante la huida, Andrew le pide matrimonio a Stephanie, y ella acepta entre risas, en pleno caos de motores y explosiones.
El giro final
Cuando todo parece resuelto, se revela la verdadera jugada: los Foster no trabajaban para Morier, sino con su rival, Max Klemp. Le entregan todos los coches robados de la colección de Morier, cerrando así el círculo del engaño. Incluso los dos agentes de Interpol estaban en el plan y colaboraban con Klemp.
Pero el juego de engaños no termina ahí. Antes de marcharse, Devin roba el código del garaje de Klemp, donde guarda su codiciado Ferrari. Días después, Garret teme haber sido abandonado cuando ella no aparece a su cita... hasta que la ve llegar conduciendo el Ferrari robado. Andrew le entrega las llaves a su hermano, dando a entender que planea dejar el negocio. Sin embargo, Stephanie menciona que en Barcelona hay un coche único, “uno de solo nueve en el mundo”, y los tres se miran cómplices. La cámara se aleja mientras el equipo vuelve a planear su próximo golpe.
Reflexión final
“Overdrive” cierra con un tono ligero y aventurero, dejando claro que más allá de las persecuciones y traiciones, su esencia es la del cine de robos clásico: velocidad, estilo y complicidad entre los protagonistas. Aunque la trama no inventa nada nuevo, la película funciona como entretenimiento directo, una fantasía de motor, lujo y adrenalina. El último plano, con el equipo mirando hacia su próxima meta, sugiere que la vida de los Foster está condenada a seguir rodando… al límite.
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