“Alien: Planeta Tierra” episodio 7 (2025) final explicado y claves del penúltimo capítulo
Un penúltimo capítulo cargado de heridas
El episodio 7 de Alien: Planeta Tierra (Alien: Earth, 2025) sorprende con “Emergence”, una entrega marcada por la tensión emocional y la violencia. Tras la muerte de Tootles en el capítulo anterior, el vínculo entre Wendy y Joe se tambalea. El luto se entrelaza con la furia, y la narración recuerda por momentos a los estallidos de ira de personajes como Walter White en Breaking Bad.
La crudeza se siente desde los primeros minutos, cuando Arthur regresa solo para convertirse en incubadora de un Xenomorfo. Una muerte que homenajea de manera brutal al clásico de Ridley Scott.
La fractura entre Wendy y Joe
La discusión entre ambos tras la desaparición de Nibs rompe cualquier aparente alianza. Wendy grita contra Joe, acusándolo de arrebatarle a quien consideraba una hermana. Esta escena, breve pero intensa, condensa la fragilidad del proyecto de Prodigy y también la vulnerabilidad de los híbridos.
Aunque Wendy fue concebida a partir de los recuerdos de Marcy, demuestra aquí que no es una réplica. Es un ser con emociones propias, dominada por la rabia y la sensación de pérdida. En ese contraste late uno de los grandes temas de la serie: la identidad como campo de batalla.
Final explicado: el tablero cambia de manos
El desenlace del episodio sacude todos los cimientos. Wendy ordena al Xenomorfo que arrase a sus enemigos, transformando la isla en un matadero alienígena. Slightly y Smee trasladan el cuerpo de Arthur hasta Morrow, mientras los soldados de Weyland-Yutani caen en la trampa que les tiende Kirsh.
Arthur muere de manera definitiva, con un chestburster emergiendo de su cuerpo. Morrow es derrotado por el propio sintético, que demuestra no estar atado a Boy Kavalier tanto como parecía. La duda sobre sus lealtades deja un eco inquietante.
El ojo que recita pi: un nuevo experimento
Mientras tanto, Boy Kavalier se obsesiona con un extraño alienígena ocular, capaz de recitar decimales de pi como signo de inteligencia universal. Su conclusión es tan perversa como arrogante: sacar a la criatura del cuerpo ovino para implantarla en un humano.
Este plan, que él mismo define como “el siguiente paso”, recuerda a las ambiciones desmedidas de los creadores de Westworld. En ambos relatos, los genios se ciegan ante la posibilidad de crear un igual, alguien con quien conversar y que les supere intelectualmente. Pero la historia enseña que la hybris siempre reclama un precio.
El cementerio de identidades perdidas
Una de las secuencias más perturbadoras transcurre en un pequeño camposanto de Neverland. Allí, Wendy, Joe y Nibs encuentran tumbas con los nombres de los niños humanos que fueron transformados en híbridos. La revelación es devastadora: cada uno tiene una lápida, incluso Marcy.
Nibs se derrumba al ver su propio nombre grabado en piedra, mientras Joe llora frente a la tumba de su hermana. Este instante separa para siempre a Wendy de la memoria de Marcy. Ya no puede negar que es alguien diferente, un eco con autonomía, ni humana ni totalmente alienígena.
Consecuencias que anticipan el final de temporada
El episodio deja varios frentes abiertos:
- Kirsh gana terreno tras capturar a Morrow, aunque su plan sigue siendo un enigma.
- Boy Kavalier prepara su experimento con el “alien del ojo”.
- Wendy, devastada por la pérdida de Nibs, reafirma su poder al controlar a un Xenomorfo obediente como a un hijo.
La penúltima entrega establece el camino hacia el clímax final, donde se decidirá no solo la suerte de Prodigy, sino también la naturaleza del lazo entre humanidad y monstruo.
Cierre reflexivo
El séptimo capítulo de “Alien: Planeta Tierra” muestra cómo la muerte y la identidad se convierten en armas narrativas. Wendy ya no busca ser Marcy, sino alguien capaz de dirigir a un Xenomorfo contra los opresores.
La pregunta que flota es sencilla y brutal: ¿qué ocurrirá cuando el ojo alienígena vea el mundo desde un cuerpo humano? Como si Mary Shelley hubiera actualizado su Frankenstein con ADN de Xenomorfo, el relato avanza hacia un clímax donde la ciencia y la ambición desatan fuerzas imposibles de controlar.