Vampiros, ciencia ficción, criaturas imposibles y pesadillas muy ochenteras que siguen mereciendo una revisión.
La década de los 80 fue un terreno especialmente fértil para el cine fantástico y de terror. Con presupuestos ajustados, ideas desbordantes y una libertad creativa difícil de encontrar hoy, surgieron películas que mezclaban horror, ciencia ficción y un espíritu muy marcado por su tiempo. Muchas de ellas quedaron eclipsadas por los grandes títulos comerciales, pero con los años se han convertido en auténticas joyas de culto.
Estas son ocho de esas películas que ahora pueden verse en Prime Video.
Los Viajeros de la Noche (1987)
Dirigida por
Kathryn Bigelow, esta película propone una revisión radical del mito vampírico, trasladándolo a carreteras polvorientas y paisajes propios del western moderno. La historia sigue a un joven que se ve arrastrado a una familia de vampiros nómadas tras una noche que cambia su vida para siempre.
Lejos del romanticismo habitual, el filme apuesta por una visión sucia y violenta del vampirismo, marcada por personajes marginales y una atmósfera opresiva. Con el tiempo, se ha consolidado como uno de los títulos más influyentes del terror ochentero.
La Noche del Cometa (1984)
Una mezcla peculiar de ciencia ficción, terror y comedia negra ambientada en un mundo postapocalíptico inesperadamente cotidiano. Tras el paso de un cometa, la mayor parte de la humanidad desaparece o se transforma, dejando a unos pocos supervivientes vagando por ciudades vacías.
La película combina humor ácido con elementos de serie B y una estética muy marcada por la época. Bajo su apariencia ligera, plantea un escenario inquietante donde la normalidad se rompe de forma abrupta.
Llegan sin Avisar (1980)
Este thriller de ciencia ficción introduce una amenaza extraterrestre que llega a la Tierra de forma silenciosa y brutal. La trama gira en torno a un sheriff y un astrónomo que intentan comprender una serie de muertes inexplicables relacionadas con un objeto caído del cielo.
Con un enfoque directo y sin adornos, la película apuesta por la tensión y el misterio, apoyándose en efectos prácticos y en una amenaza casi invisible. Un ejemplo claro del terror alienígena de bajo presupuesto que caracterizó los primeros años de la década.
TerrorVision (1986)
Una comedia de terror desatada que mezcla criaturas interdimensionales, sátira familiar y una estética excesiva. La historia se centra en una familia que, sin saberlo, recibe a través de su antena parabólica a un monstruo procedente de otra dimensión.
El film juega constantemente con el absurdo y el exceso visual, convirtiéndose en una cápsula perfecta del espíritu más gamberro de los 80. Colores chillones, efectos artesanales y un humor muy particular definen esta propuesta.
Corre si Puedes (1987)
Un título menos conocido que combina elementos de thriller y terror con una narrativa de persecución constante. La historia arranca cuando una mujer se ve envuelta en una situación extrema que la obliga a huir para sobrevivir.
La película construye su tensión a partir del ritmo y la sensación de amenaza permanente, apoyándose más en la atmósfera que en el espectáculo. Un ejemplo de cine directo y funcional, típico de la producción de género de la época.
Solos en la Oscuridad (1982)
Este thriller psicológico con tintes de terror reúne a un grupo de pacientes psiquiátricos que escapan de un hospital con intenciones nada claras. Un médico y su familia se convierten en el objetivo de una amenaza imprevisible.
La película destaca por su reparto adulto y por un tono más serio de lo habitual en el género, apostando por la tensión psicológica y la violencia contenida. Un título que juega con el miedo a lo desconocido y a la mente humana.
Con la Bestia Dentro (1982)
Inspirada en el terror corporal y en el mito de la maldición heredada, esta película narra la transformación física y mental de un joven marcado por un oscuro secreto familiar. A medida que crece, algo monstruoso comienza a emerger en su interior.
El film apuesta por un desarrollo gradual del horror, apoyándose en efectos prácticos y en una atmósfera malsana. Una muestra clara del interés de los 80 por el body horror y las transformaciones extremas.
En Compañía de Lobos (1984)
Dirigida por
Neil Jordan, esta reinterpretación de los cuentos clásicos ofrece una visión oscura y simbólica del mito del hombre lobo. La historia se desarrolla como un relato onírico que mezcla fantasía, terror y sexualidad latente.
La película destaca por su cuidada puesta en escena y por su aproximación alegórica al folclore europeo. Más cercana a una pesadilla visual que a un relato convencional, se ha convertido en una obra de referencia dentro del fantástico de autor.
caztus
#1
Los Viajeros de la Noche brutal
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