El mundo del cine fantástico despide hoy a uno de sus rostros más icónicos: Udo Kier ha fallecido a los 81 años, dejando tras de sí una carrera irrepetible marcada por su magnetismo, su presencia inquietante y su absoluta entrega al género.

Nacido en Alemania, Kier se convirtió en figura de culto durante los años 70 gracias a su colaboración con Andy Warhol y Paul Morrissey, protagonizando las transgresoras "Carne para Frankenstein" y "Sangre para Drácula". En ellas construyó personajes extremos y perturbadores que definieron su imagen pública: desde un barón necrófilo hasta un Drácula decadente y desesperado, muy alejado de la figura romántica tradicional del vampiro.

Su carrera continuó ligada al terror y lo inquietante, trabajando con grandes nombres del género. Bajo la dirección de Dario Argento participó en "Suspiria", uno de los pilares del giallo moderno, donde volvió a desplegar ese aire aristocrático y perturbador que se convirtió en su sello. También formó parte del universo Marvel en "Blade", interpretando a uno de los poderosos vampiros de sangre pura, y apareció en "La sombra del vampiro", dando vida al productor del mítico Nosferatu.

Lejos de acomodarse, Kier nunca rehuyó los papeles arriesgados. Participó en la serie The Kingdom de Lars Von Trier y en sus últimos años colaboró con cineastas como John Carpenter en "El fin del mundo en 35 mm" y Rob Zombie en títulos como "Halloween" y "The Lords of Salem".

Descanse en paz.