En 1980, cuando aún estaban frescas las mordidas de "Tiburón", llegó una película que convirtió las alcantarillas en zona de guerra y nos hizo pensar dos veces antes de tirar algo por el váter: "La Bestia Bajo el Asfalto" (Alligator). Dirigida por Lewis Teague y con guion de John Sayles, esta joya del eco-horror ochentero mezcla monstruo gigante, crítica social y humor negro como pocas cintas de su especie.
Y sí, aunque a muchos les parezca solo otra peli de “bicho gigante mata gente”, Alligator tiene mucho más que ofrecer. De hecho, es una de las mejores y más conscientes cintas de monstruos de su época. Vamos a defenderla como se merece: con dientes grandes, sangre en el agua y una sonrisa sarcástica.
¿De qué va Alligator?
La historia arranca con una niña que compra un pequeño caimán en una atracción turística. Pero cuando el padre, un señor encantador donde los haya, lo tira por el inodoro… el animal acaba en las cloacas de Chicago. Años después, gracias a vertidos ilegales de una empresa farmacéutica, ese inocente reptil muta en una bestia prehistórica de más de 10 metros, hambrienta, letal y con ganas de pasearse por las calles de la ciudad.
El detective David Madison (Robert Forster) será el encargado de detenerlo, mientras lidia con políticos corruptos, un cazador ridículo y un sistema más peligroso que el propio cocodrilo. Ah, y sí: en medio hay una bióloga (Robin Riker) que —¡sorpresa!— resulta ser la niña del prólogo. Porque todo está conectado… y nadie está a salvo.
Un cocodrilo gigante… con mensaje
Alligator podría haber sido simplemente una exploitation más de Tiburón. Pero aquí el guion de John Sayles va más allá del susto fácil y la sangre: la película critica el clasismo, la negligencia corporativa, la corrupción política y el abandono institucional de los barrios más pobres. La bestia no sale del mar a atacar a los ricos: viene desde las tripas del sistema, alimentada por sus desechos.
Y eso, para una peli de monstruos con cabeza de goma y cuerpos desmembrados, no está nada mal.
Robert Forster: un héroe con entradas y mucha ironía
El detective Madison es uno de esos protagonistas que caen bien al instante. Robert Forster, que años después resucitaría de la mano de Tarantino en Jackie Brown, da vida a un tipo cansado, medio quemado y con sentido del humor muy seco. Tiene entradas, le hacen chistes sobre eso constantemente… y aún así es más carismático que muchos héroes de acción musculados.
Su química con Robin Riker funciona, sus diálogos son inteligentes y su evolución como personaje le da más alma a una historia que, en otras manos, habría sido solo “animal gigante come gente”.
Efectos prácticos y puro sabor a cine de videoclub
El cocodrilo de Alligator es una maravilla de la artesanía ochentera: una mezcla de animatronic, maquetas y trucos visuales que, pese a su evidente artificio, sigue funcionando gracias a una dirección que sabe cuándo mostrar y cuándo sugerir.
La escena en la boda al aire libre, con el bicho saliendo del suelo y sembrando el caos, es una de las más celebradas por los fans del género. Porque cuando Alligator se suelta, no se guarda nada: brazos arrancados, gritos, coches destrozados y una sensación constante de “esto se va de madre”… y lo disfrutamos muchísimo.
¿Por qué deberías (re)verla?
Porque es mucho más que una peli de cocodrilos. Es una película inteligente, autoconsciente, con un guion irónico que sabe jugar con el género y ridiculizar a los clichés sin dejar de ser entretenida. Porque mezcla acción, crítica social y gore con una soltura envidiable.
Y porque, sinceramente, no hay muchas pelis de terror donde un cocodrilo de 10 metros se coma a un político corrupto y tú aplaudas.
Conclusión: terror con escamas, cerebro y mala leche
La Bestia Bajo el Asfalto merece estar en lo alto del podio del terror animal. No solo por su criatura memorable, sino por su inteligencia narrativa y su tono sarcástico que aún hoy se siente fresco. Es una película que entretiene, se burla de lo que debe burlarse y demuestra que un monstruo bien escrito puede ser mucho más que una excusa para el body count.
Así que ya sabes: si alguna vez pensaste que tirar un caimán por el váter no tenía consecuencias… esta película te va a hacer cambiar de idea.
Ditesr dijo: Todas estas pelis en filmin. Menudo pedazo de catálogo que tiene esta plataforma si te gusta el cine ochentero. No hay color con ninguna otra.
De hecho, te diría que es la mejor plataforma de todas
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1214
Wurzum
#12
La peli era regulera pero guardo tan buenas sensaciones y recuerdos de cuando la vi...
La vi por primera vez hace menos de un año, y sí, es una buena película. De hecho, la prefiero a «Tiburón», aunque sea un sacrilegio decirlo. Muy recomendable. Un 7.
Durante una época tuve la tradición de ver en ciclo “Q, la serpiente voladora“, está y su continuación “Alligator 2“ muy malusca, por cierto. Qué recuerdos!
arrasia
#1
Que guapa, la vi mil veces sacándola del videoclub del barrio.
Reportar CitarYa no se hacen pelis así.