Crítica de “Deadpool y Lobezno”: Un viaje entre carcajadas y garras afiladas

• 24 de Julio del 2024
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En "Deadpool y Lobezno", Ryan Reynolds y Hugh Jackman nos llevan de vuelta al mundo de los superhéroes con una mezcla de humor irreverente y acción desenfrenada. La película, dirigida por Shawn Levy, promete un festín de bromas y sangre, pero ¿cumple con las expectativas? La película logra entretener sin llegar a ser una obra maestra del género.

Desde el principio, "Deadpool y Lobezno" se presenta como una película consciente de sí misma, llena de metacomentarios y referencias pop. Reynolds retoma su papel de Wade Wilson, alias Deadpool, con la misma energía sarcástica y desvergonzada que lo ha hecho famoso. Esta vez, se une a Jackman, quien vuelve a encarnar a Logan, el mutante con garras de adamantium, en una alianza inesperada pero inevitablemente divertida.

La trama comienza cuando Deadpool, en un intento de encontrar un propósito, se ve envuelto en una misión para salvar su línea temporal, una premisa que lo lleva a cruzar caminos con diferentes versiones de Lobezno. Matthew Macfadyen interpreta a Mr. Paradox, un agente de la Autoridad de Variación del Tiempo (TVA) que introduce a Deadpool en el caos del multiverso. Aunque la historia puede parecer enrevesada, especialmente para aquellos que no están familiarizados con las complejidades del multiverso de Marvel, el guion consigue mantener el ritmo gracias a su enfoque en la química entre los protagonistas.



Hugh Jackman, en su regreso como Lobezno, aporta una gravedad emocional que contrasta perfectamente con el humor desenfadado de Deadpool. La dinámica entre ambos personajes es el corazón de la película, con Jackman ofreciendo una interpretación convincente de un Lobezno cansado y desgastado, mientras que Reynolds se deleita en su papel de mercenario bocazas. Las escenas de acción son intensas y bien coreografiadas, aunque a veces pueden sentirse repetitivas.

Uno de los puntos fuertes de la película es su habilidad para equilibrar el humor y la acción. Las bromas son rápidas y abundantes, muchas de ellas dirigidas directamente al público a través de la ruptura de la cuarta pared. Aunque algunas caen en el exceso, la mayoría logra arrancar una risa genuina. En particular, la autocrítica y los chistes sobre la propia franquicia de Marvel añaden un nivel de entretenimiento adicional para los fans de largo plazo.

Sin embargo, no todo es perfecto en "Deadpool y Lobezno". La narrativa puede volverse confusa, especialmente para aquellos que no están al día con las numerosas referencias y personajes del universo Marvel. Además, algunos personajes secundarios, como Cassandra Nova interpretada por Emma Corrin, no reciben el desarrollo que merecen, quedando como meros instrumentos para avanzar la trama.



A pesar de estos problemas, la película logra su objetivo principal: entretener. "Deadpool y Lobezno" es un homenaje lleno de cariño a las películas de superhéroes de las últimas décadas, utilizando el multiverso para traer de vuelta a personajes queridos y ofrecer un cierre satisfactorio a ciertos arcos narrativos. Los cameos y las referencias son un regalo para los fans, aunque pueden dejar perplejos a los espectadores más casuales.

En resumen, "Deadpool y Lobezno" es una montaña rusa de emociones que combina el humor crudo de Deadpool con la intensidad de Lobezno. Aunque la película tiene sus altibajos, la química entre Reynolds y Jackman, junto con la abundancia de referencias y chistes, la convierten en una experiencia entretenida y digna de verse. No es la película perfecta, pero para los fans de estos personajes, es una adición valiosa a sus aventuras cinematográficas.