En "Miedo", Deon Taylor se sumerge en la psique colectiva afectada por la pandemia, presentándonos un thriller que intenta ser un espejo de nuestras angustias contemporáneas. La película, que se desenvuelve entre el terror de contagio y los cuentos de casas embrujadas, prometía una fusión intrigante de miedos actuales con el horror clásico. Sin embargo, a pesar de su ambicioso enfoque y la estética cuidadosamente diseñada, "Miedo" tropieza en su ejecución, dejando una sensación de oportunidad perdida.
La trama nos lleva junto a Rom y Bianca, interpretados por Joseph Sikora y Annie Ilonzeh, a un retiro en el norte de California, buscando escapar del encierro pandémico. La elección del Strawberry Lodge como escenario prometía misterio y tensión, pero la historia se diluye en clichés y previsibilidad. La decisión de Taylor de abordar frontalmente el tema de la pandemia es valiente, pero la película no logra capitalizar el potencial de este contexto tan rico en ansiedad y miedo.
Visualmente, "Miedo" es un festín, con una cinematografía que captura la claustrofobia y el aislamiento de sus personajes. Sin embargo, este esfuerzo se ve socavado por un guion que intenta abarcar demasiado sin profundizar lo suficiente. La inclusión de elementos folclóricos y sobrenaturales, como las brujas y las pesadillas personalizadas, se siente forzada y desconectada, reduciendo el impacto de lo que podría haber sido una exploración más matizada del miedo.
Las actuaciones, especialmente la de Ilonzeh, ofrecen momentos de brillo en medio de personajes que, en su mayoría, carecen de desarrollo significativo. La película se esfuerza por construir una atmósfera de terror, pero falla en provocar verdadero miedo. Los sustos son predecibles y la tensión prometida por la premisa rara vez se materializa de manera efectiva.
UnLuciernaga
#1
No tiene mala premisa, le echaré un vis.
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