Chaplin, dolido pon el trato recibido por parte del gobierno americano, no duda en dar su respuesta bajo forma de película.
Con su omnipresente humor, que es la clave de que sus películas sean tremendamente divertidas, Chaplin nos hace un retrato satírico de la sociedad y política americanas, su cine y su música.
Impagable las escenas del niño con padres comunistas, hablando de la falta de libertad por mucho que se diga lo contrario, de la bomba atómica y de más cosas por el estilo, dejando al rey sin palabras para contestarle. Gran parte de la película gira en torno al niño, cuyos padres han sido encarcelados y se lo llevan preso a él para que confiese, en una clara crítica irónica hacia la persecución política que se hacía en la época, y que él propio Chaplin había sufrido.
No, no está entre sus obras maestras, pero es igualmente recomendable.
Críticas: 2
Parnaso
5
No terminó de embaucarme, percibí a Chaplin queriendo complacer a la gente introduciendo gags propios que se muestran tan insípidos y forzados que más que enriquecer la película la devaluan. El escenario tampoco es destacable, pues se advierte al instante que estamos ante un estudio y es inevitable pensar que estamos más bien ante un teatro, además, lo más importante, la historia, que es una crítica al capitalismo y EE. UU, está llevada de un modo que no fluie frescamente y se estanca en sus meditadas acciones. La veo más metódica que visceral.
En definitiva, que ni entretenida ni fresca es.
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