K. Kieslowski, del que a estas alturas no descubriremos nada si decimos que ha sido uno de los mejores directores polacos de la historia, quiso reflejar en una trilogia los valores que pregona la bandera francesa con sus colores.
En esta ocasion se trata del color blanco, simbolo de la igualdad.
A mi parecer la mejor de la trilogia, el director nos regala un ejemplo de cine de autor delicioso, cine de otras epocas, de elaborada manufactura, de historias profundas, humanas y que incitan a la reflexion, es decir, cine en mayusculas.
La historia desgraciada de Karol Karol, personaje perdedor, que causa compasion, enamorado de una mujer que debido a su impotencia pasajera, le aparta de su lado con gran escarnio.
El genero, drama, se destila de cada fotograma, en los gestos del protagonista, en los parajes asperos, la fotografia oscura, la musica estridente de solos instrumentales, los dialogos sombrios y quejosos de Karol, nos perturba con la implacable dureza de la vida para de forma impertinente, situarnos en las carnes de Karol y participar de sus desventuras.
La primera mitad del metraje, que es la caida a los infiernos del protagonista, llevandolo de vuelta a su pais natal, Polonia, contrasta con la segunda, la del resurgir del fenix, la de la voluntad ferrea de Karol de salir adelante y de su valentia al enfrentarse a un grupo de mafiosos en aquella epoca en la que todo era posible.
Cada minuto de la pelicula es soberbio, no sobra ni falta nada, nos situa casi fisicamente en aquellos contextos que ya han desaparecido para siempre, la vida en unos tiempos y lugares duros pero siempre llenos de sorpresas.
Magnifico el papel de Z. Zamachowski (Karol Karol), que aparecio tambien en las otras partes de la trilogia, de J. Delpy jovencisima y deliciosa en su papel de esposa que aun queriendo a su marido, decide castigarle de forma despiadada y finalmente el gran J. Gajos (Mikolaj), actor polaco de cara afable onmipresente en el cine de aquel pais, inolvidable en el papel del amigo de Karol, una amistad forjada al borde del abismo y por ello indestructible.
Conmovedoras la escena del intento de suicidio de Mikolaj cuando despues de recapacitar, se entrega junto a su nuevo amigo a un patinaje demente por un lago helado manifestando la alegria de la resurreccion, y como no, el final de la pelicula, una escena brutal que nos agita el espiritu cuando Karol observa, desde la distancia y con lagrimas en los ojos, los frutos de su venganza en el rostro de su mujer que gesticulando sola tras unas rejas, intenta encontrar una explicacion a lo que ha pasado.
Una pelicula desgarradora pero a la vez tan reconfortante, cine humano que nos pone frente a un espejo y nos llega a las entrañas, estilo y excelencia en fotogramas de una historia solida, muy bien elaborada y filmada, y que recomiendo ver al menos una vez en la vida.
Imperdible.

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Una maravilla del punto de vista técnico pero cruda de digerir desde lo narrativo. Segunda peli en la trilogía de los colores de la bandera francesa de Koswielski, ¨Blanco¨, viene a representar la igualdad.

Extrañamente, el director opta por trasladar su historia a tierras polacas y relegar casi completamente a las urbes francesas. Hablada mayoritariamente en polaco y con mayoría de elenco de ese país, vemos la desdichada historia de un chabón que tras divorciarse retorna a su Polonia natal a fin de reconstruir su vida.

¨Bleu¨ y ¨Rouge¨ se me hacen más normalitas pero Blanc tiene escenas flasherísimas, situaciones extrañas que vos decís: ¨para chabón, esto no podría pasar en la vida real¨. El mérito de Koswielski consiste entonces en mostrar algo anómalo con mundano y hacer que el triste drama del chabón parezca gracioso. No obstante, esto no basta para aplacar una buena cuota de tedio y aburrición así como también, no basta para evitar el choque que producen la anti-naturalidad de los actos y los personajes que los ejecutan.

Puntuación personal: 6/10 (Buena).

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