Septiembre de 1.944. Las tropas americanas se dejan los dientes contra los hombres de Hitler en territorio francés.
Sin embargo, al teniente Kelly y su pelotón de inadaptados, se la trae bien floja lo que haga la 35.ª División de Infantería, porque ellos tienen otros planes: hacerse asquerosamente ricos.

No fue la primera vez que en una película se hablaba de soldados inadaptados. Unos años antes se estrenó la legendaria ¨Doce del Patíbulo¨, de Robert Aldrich, y poco antes de que llegara a las pantallas la que nos ocupa, Robert Altman y su reparto de estrellas hacían rica a la 20th Century Fox gracias a la alocada ¨M.A.S.H.¨. Aquel mismo año, tal vez para hacerle la competencia a la de Altman, la MGM, que no atravesaba su mejor momento, sacó a la luz un proyecto similar el cual, curiosamente, se barajó mucho antes.
Lo que sucedía es que en el cine también se respaldaba el sentimiento antibelicista que provocaron la desafortunada guerra de Vietnam y los rebeldes años 60, que cambiaron la manera de ver los conflictos bélicos, sus verdaderas consecuencias y significado. Las masas empezaron a pensar libremente, y si algún norteamericano podía encontrar una película en las salas que, de algún modo, desvirtuara la guerra y ridiculizara el patriotismo del tío Sam, pues mejor que mejor.

No pudo llegar nadie mejor que Clint Eastwood, quien ya había participado en la desmitificación del que era el más glorioso género cinematográfico para EE.UU., el ¨western¨, protagonizando la Trilogía del Dólar, para cumplir ese cometido. La MGM acogió en su seno la historia del exitoso guionista británico Troy K. Martin y le dio la oportunidad de dirigirla a Brian G. Hutton, quien logró un buen resultado en taquilla al año anterior con la bélica ¨El Desafío de las Águilas¨, donde aparecía, asimismo, el sr. Eastwood.
¨Los Violentos de Kelly¨ combina, de un modo muy ingenioso, el humor y la aventura con la clásica película sobre la 2.ª Guerra Mundial, lo que pasa es que los soldados que aquí vemos no son los clásicos héroes que se dejan las tripas por su país en el campo de batalla, ni mucho menos. Tras haber capturado a un oficial del servicio de Inteligencia alemán en la ciudad de Nancy, donde se vive una caótica situación, el duro y despreocupado teniente Kelly descubre algo que le hace mandar a paseo todos los principios y deberes del buen soldado americano: la existencia de un banco en Clermont que alberga 14.000 lingotes de oro puro.

Sin pensarlo un momento, Kelly partirá, junto a sus aguerridos hombres y el estoico sargento Joe, a esa ciudad situada tras las líneas enemigas para hacerse con el botín, con la ayuda del extravagante sargento Oddball, cuyos tanques disparan munición de pintura y están provistos de altavoces para que suene música cuando entran en combate. ¿Es o no admirable el pelotón del teniente Kelly? Mientras los demás se matan por su bandera y caen por una causa perdida, ellos actúan por el propio interés, preocupados de su porvenir, y no del de su nación.
Hoy en día las películas de guerra son demasiado serias y una sátira del calibre de ¨Los Violentos de Kelly¨ no sería posible, pero en los 70 sí, era la década perfecta para reírse del patriotismo y despojar de toda grandilocuencia al bélico. El siempre eficiente Hutton consigue ofrecernos con este memorable film sobre el honor perdido una doble satisfacción: si quieres una tremenda película de guerra, la tienes; si quieres una comedia disparatada, pues también. Porque de acuerdo, esta es una película de guerra, pero si te dicen que la ha hecho Billy Wilder o Blake Edwards te lo crees...aunque a mí me recordó a la de Stanley Kramer, ¨El Mundo está Loco, Loco, Loco¨, sobre todo por el pitote que se arma aquí también para encontrar el tesoro. A pesar del extenso metraje (y es que el director se toma tiempo para recrearse bien en el género) es imposible aburrirse, pues el trepidante ritmo, los efectos especiales y las dosis de humor negro, a veces muy absurdo (se nota que el guionista es inglés), aseguran un gran entretenimiento de principio a fin.

Tras el papel que hizo en ¨Dos Mulas y una Mujer¨, Clint Eastwood volvió a demostrar que la comedia no se le daba nada mal encarnando a Kelly, secundado por Don Rickles, Stuart Margolin, Jeff Morris, el mítico Telly Savalas, ese magnífico Donald Sutherland en un papel similar al que interpretó en ¨M.A.S.H.¨, personificando como nadie el sentimiento ¨hippie¨ y antibelicista, y hasta a un jovencísimo Harry Dean Stanton.
Un reparto de lujo además de escenas impagables como el ataque de Oddball a los alemanes con ¨All for the Love of Sunshine¨ sonando en el altavoz, el avance de los tres soldados ante el tanque en plan parodia de ¨El Bueno, el Feo y el Malo¨, y ese memorable final donde los hombres se dirigen bajo la intensa luz del atardecer a comenzar su nueva vida tras mandar a la mierda al capitán Maitland y mientras ¨Burning Bridges¨ acompaña los créditos finales.

Todo esto hace que ¨Los Violentos de Kelly¨ pueda figurar para la posteridad como una de las más grandes y originales películas bélicas jamás realizadas.

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Excellente película bélica que no esla típica con poco argumento de soldados en la guerra. Lo que principalmente magusto de esta del género ademas de otras cosas fue que tiene una trama adentro de la película de guerra sobre un rbo de un banco y eso la hace mas interesante. La película se hace interesante a los 30 o 40 minutos y desde ahí pasan las 2 horas y 22 minutos que ni se notan. Excellente. Mi nota es un 10/10.

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