Ficha Atomic Train

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Críticas de Atomic Train (1)




Mad Warrior

  • 24 Apr 2019

3



Un tren que transporta productos químicos y una bomba nuclear de contrabando, nada menos, se dirige descontrolado hacia la ciudad de Denver, y si alcanzase su destino se desataría un desastre de enormes proporciones.
Ingredientes suficientes para construir un emocionante ¨thriller¨ de catástrofes, sabiendo aprovechar, eso sí, todo su potencial...

El problema es que el producto que nos ocupa no es uno de esos ejemplos, por desgracia. Por mi parte he decir que el volver a visionar ¨Atomic Train¨ después de tanto tiempo me ha producido sentimientos encontrados; hará ya casi diez años pero todavía recuerdo el entusiasmo al verla en Antena 3, en una época en la que había descubierto el cine de catástrofes (si la memoria no me falla, fue el tercer film de dicho género que cayó en mis ojos tras ¨Más Allá del Apocalipsis¨ y ¨Pánico en el Túnel¨). Estuve casi toda la tarde pegado al televisor (más de tres horas con anuncios, ya me contaréis) grabándola en VHS y después me la vería docenas de veces.
Todo esto sin importarme lo mediocre que pudiera ser en aspecto artístico y técnico, y mira que lo es esta película, o más bien miniserie, que se cascaron al alimón Dick Lowry y David Jackson, dos veteranos del universo televisivo, éste último teniendo experiencia en el tema (en 1.993 realizó ¨El Tren de la Muerte¨, con Pierce Brosnan), llamados a colaborar en una producción a gran escala para la NBC contando con algunas estrellas de cierta fama en el reparto (tampoco tantas, ¿eh?) como Rob Lowe, Mena Suvari, Kristin Davis y el genial Edward Herrmann encarnando al presidente.

La premisa es muy sencilla y previsible: un tren parte desde Utah dirección a Denver sin posibilidad de detenerse por un fallo en los frenos (qué fiables son las inspecciones de maquinaria en EE.UU.) transportando productos químicos e inflamables; el investigador de seguridad John Seger tendrá que subir a bordo del transporte para averiguar qué contiene e intentar detenerlo antes de que sea tarde, mientras desde la central se barajan varias posibilidades como descarrilarlo en las montañas o intentar un ataque aéreo sobre él. La situación empeora cuando se descubre que en el tren ha sido introducida una bomba atómica de fabricación rusa muy inestable...
¨Atomic Train¨ se dispone así en dos capítulos aunque su trama está dividida en tres arcos bien diferenciados con un prólogo que va directamente al meollo del asunto: varios trenes accidentados y otros que casi sufren la misma suerte nos avisan de la desgracia que está por venir. Los primeros 83 minutos, prácticamente la mitad de la miniserie, se centran en la persecución y detención del tren al tiempo que no son presentados, como en todo film de catástrofes que se precie, la larga lista de personajes (algunos del todo inútiles) que inundará la pantalla, así como sus situaciones personales.

Sí, nos encontraremos con actores muy lejos de ser naturales, diálogos a veces ridículos, unas ocurrencias inverosímiles de guión que llegan a rayar el sinsentido y, para rematar, una dirección mediocre llena de primeros planos, sobre todo al rostro de los personajes, que resulta de lo más desquiciante; pese a todo, Jackson y Lowry logran mantener un ritmo decente y casi entretenido. Mientras los tipos inteligentes planean ideas absurdas desde los despachos y en la ciudad cunde el (conveniente) pánico, el tren se aproxima a su descarrilamiento, que ocupará la segunda parte, más o menos unos tres cuartos de hora.
La tensión (la poca que hay) irá en aumento pues la explosión es inevitable, y eso pasa efectivamente después de que el negro se haga el héroe y entre con todas sus narices a desactivar la bomba, cuando ya sabemos de antemano lo que va a pasar. Tras el impactante desastre (no nos podemos quejar de los efectos especiales) la trama se desinfla por completo en los últimos y largos 40 minutos, donde vemos las consecuencias en la ciudad mientras el presidente manda los protocolarios mensajes de ánimo, haciendo hincapié en los terribles efectos del error humano y en el increíble poder para destruir que posee.

A estas alturas uno quiere que termine ya la cosa, pero todavía nos queda por ver la secuencia más innecesaria y absurda del film (cuando Noris se cae con la moto en el almacén y su hijo, así por las buenas, decide...¿qué?, ¿rescatarle?). En fin, un argumento a medida de sus directores y actores, donde no destaco a ninguno por encima de otros...todos son mediocres aunque se esfuerzen (atentos al grito de angustia que suelta Lowe cuando muere la reportera en sus brazos), incluso el bueno de Herrmann se contenta con mantener el tipo y poco más. Bueno, Esai Morales, Eric Johnson, Mena Suvari, Sean Smith y Zack Ward provocan una especial repulsión.
Ahora me pregunto cómo aguanté tanto tragándome de principio a fin ¨Atomic Train¨. Si su tediosa tercera parte no fuese tan extensa, porque mira que lo es, hasta podría ser un drama de catástrofes aceptable, pero como he dicho al principio este no es el caso, ya que desaprovecha prácticamente todo cuanto tiene...sin embargo no puedo dejar de pensar en el tan entretenido rato que me hizo pasar hace diez años.

Lo más curioso de ¨Atomic Train¨ es que parece un vaticinio del Incidente CSX-8888, sucedido en 2.001 (dos años depués de su estreno en televisión), cuando dicho tren, sin los frenos conectados y con dos tanques de fenol fundido acoplados, partió desde Ohio, recorriendo una distancia de más de 100 kilómetros a 82 km./h. totalmente descontrolado.



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