Alan Parker sabe hacer cine musical. The Wall y The Commitments son una buena prueba de ello. En Evita se recrea el musical de Andrew Loyd Weber y Tim Rice en escenarios naturales, despojándolo de su cualidad teatral. Un ejercicio riesgoso que requiere de una complicidad extra de parte del espectador, quien debe aceptar que en la película todos los diálogos serán cantados (la otra gran adaptación de una obra de Weber y Rice, Jesucristo Superestrella, delataba desde la primera secuencia su puesta en escena teatral). El proyecto cinematográfico de Evita se planeba desde hacía más de 10 años, originalmente sería dirigido por Oliver Stone (quien figura como guionista) y se barajaron los nombres de Michelle Pfeiffer y Meryl Streep para encarnar a la ex primera dama argentina.
Afortunadamente fue Alan Parker quien finalmente dirigió y optó por la siempre cuestionada Madonna para el rol principal. Madonna está magnífica en esta película, no sólo alcanzó cualidades volcales inéditas en su carrera musical, sino que además logró una compenetración tal con el papel que es capaz de covencer, encantar y conmover profundamente con su interpretación (incluso logró llevarse un Globo de Oro como mejor actriz, cosa que pocos pensaron que alguna vez fuera posible). Antonio Banderas sorprende cantando más que respetablemente y Jonathan Price se porta a la altura. La fotografía de Darius Konhdji es perfecta y en conjunto con el preciosismo con el que Alan Parker encuadra cada plano, otorgan a Evita una cualidad plástica notable.
Impecable superproducción que, unida a una obra musical de excepción, convierten a la película en un placer absoluto.
thirstyforblood
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Alan Parker sabe hacer cine musical. The Wall y The Commitments son una buena prueba de ello. En Evita se recrea el musical de Andrew Loyd Weber y Tim Rice en escenarios naturales, despojándolo de su cualidad teatral. Un ejercicio riesgoso que requiere de una complicidad extra de parte del espectador, quien debe aceptar que en la película todos los diálogos serán cantados (la otra gran adaptación de una obra de Weber y Rice, Jesucristo Superestrella, delataba desde la primera secuencia su puesta en escena teatral). El proyecto cinematográfico de Evita se planeba desde hacía más de 10 años, originalmente sería dirigido por Oliver Stone (quien figura como guionista) y se barajaron los nombres de Michelle Pfeiffer y Meryl Streep para encarnar a la ex primera dama argentina.
Afortunadamente fue Alan Parker quien finalmente dirigió y optó por la siempre cuestionada Madonna para el rol principal. Madonna está magnífica en esta película, no sólo alcanzó cualidades volcales inéditas en su carrera musical, sino que además logró una compenetración tal con el papel que es capaz de covencer, encantar y conmover profundamente con su interpretación (incluso logró llevarse un Globo de Oro como mejor actriz, cosa que pocos pensaron que alguna vez fuera posible). Antonio Banderas sorprende cantando más que respetablemente y Jonathan Price se porta a la altura. La fotografía de Darius Konhdji es perfecta y en conjunto con el preciosismo con el que Alan Parker encuadra cada plano, otorgan a Evita una cualidad plástica notable.
Impecable superproducción que, unida a una obra musical de excepción, convierten a la película en un placer absoluto.
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