Una miniserie bastante lamentable que remakea la serie clásica de los años 60. Yo personalmente no he visto la serie original, por lo que no puedo opinar sobre ella, pero sí sobre esta, que deja mucho que desear.
El Prisionero es una mezcla entre La Isla de Michael Bay, la serie Perdidos, las películas de espías y Matrix, pero es una mezcla con lo peor de cada una de ellas. Básicamente esto trata sobre un tipo que aparece en mitad de un desierto y apenas recuerda pequeños pedazos de su vida pasada, pero es trasladado a un pueblo llamado La Villa, donde todos, incluido él, tienen un número como nombre.
La premisa dentro de lo que cabe no era mala, pero está fatalmente llevada a cabo. Todo es soporífero y aburrido y da la sensación de que los guionistas escribieron el guión bajo el consumo de estupefaccientes, ya que a medida que va avanzando la miniserie, se vuelve cada vez más surrealista y casi onírica a veces, acabando por convertirse en un bodrio total.
Lo peor de todo es que la miniserie tenía material suficiente para sacar un buen producto y sus actores eran bastante buenos. Ian Mckellen está inmenso como Número 2, el líder de la Villa, y la curvilínea y preciosa Hayley Atwell también esta francamente bien. No obstante, actorazos como Ruth Wilson y Lennie James interpretan personajes totalmente planos, a pesar de que tienen muchos minutos en pantalla. La peor actuación sin duda es la del protagonista, James Caviezel, que no cambia de expresión aunque esté magreando a una chica o viendo cómo muere su hermano. Lamentable.
En general, una auténtica pérdida de tiempo. Tan surrealista como ver a Gandalf metiéndose una granada en la boca.
Raúl Rubio Peñas
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Una miniserie bastante lamentable que remakea la serie clásica de los años 60. Yo personalmente no he visto la serie original, por lo que no puedo opinar sobre ella, pero sí sobre esta, que deja mucho que desear.
El Prisionero es una mezcla entre La Isla de Michael Bay, la serie Perdidos, las películas de espías y Matrix, pero es una mezcla con lo peor de cada una de ellas. Básicamente esto trata sobre un tipo que aparece en mitad de un desierto y apenas recuerda pequeños pedazos de su vida pasada, pero es trasladado a un pueblo llamado La Villa, donde todos, incluido él, tienen un número como nombre.
La premisa dentro de lo que cabe no era mala, pero está fatalmente llevada a cabo. Todo es soporífero y aburrido y da la sensación de que los guionistas escribieron el guión bajo el consumo de estupefaccientes, ya que a medida que va avanzando la miniserie, se vuelve cada vez más surrealista y casi onírica a veces, acabando por convertirse en un bodrio total.
Lo peor de todo es que la miniserie tenía material suficiente para sacar un buen producto y sus actores eran bastante buenos. Ian Mckellen está inmenso como Número 2, el líder de la Villa, y la curvilínea y preciosa Hayley Atwell también esta francamente bien. No obstante, actorazos como Ruth Wilson y Lennie James interpretan personajes totalmente planos, a pesar de que tienen muchos minutos en pantalla. La peor actuación sin duda es la del protagonista, James Caviezel, que no cambia de expresión aunque esté magreando a una chica o viendo cómo muere su hermano. Lamentable.
En general, una auténtica pérdida de tiempo. Tan surrealista como ver a Gandalf metiéndose una granada en la boca.
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