Si hubiera una forma de definir esta serie sería la siguiente: Un crossover de Uncharted y Tomb Raider en el cual vemos a una Lara Croft inocentona haciendo equipo con un descarado Nathan Drake.
Dicho así, la idea no pintaba mal, juntando a dos personajes tan opuestos y añadiéndoles cierta tensión sexual mientras buscan toda clase de reliquias por el mundo. Sin embargo, la serie deja mucho que desear. Las subtramas de las reliquias son lamentables y recogen muy poco espíritu aventurero, con un tono muy lamentable y flojo que dista de lo que planteaban Uncharted, Tomb Raider o Indiana Jones. Aquí, lo importante son los chascarrillos y peleas entre los dos protagonistas, mientras que la trama episódica resulta flojísima.
Y resulta una auténtica pena, ya que había tramas realmente buenas, como la búsqueda de la Joya Cintamani, la ciudad de El Dorado, o la tumba de Alejandro Magno. Sobre los actores, tanto Michael Landes como Ophelia Lovibond lo hacen realmente bien y resultan simpáticos, aunque resulta difícil llegar a conectar con ellos, ya que son personajes muy planos y a ratos incluso absurdos. Los secundarios resultan de lo más anodinos, desde la sosa de Jane Seymour, hasta Jonathan Bailey en un papel tan tópico como previsible.
El único soplo de aire fresco llega con la introducción de un antagonista en los capítulos seis y siete, interpretado por Vincent Regan, pero su trama acaba de forma abrupta, desaprovechando por completo lo que podía haber sido un gran personaje.
Raúl Rubio Peñas
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Si hubiera una forma de definir esta serie sería la siguiente: Un crossover de Uncharted y Tomb Raider en el cual vemos a una Lara Croft inocentona haciendo equipo con un descarado Nathan Drake.
Dicho así, la idea no pintaba mal, juntando a dos personajes tan opuestos y añadiéndoles cierta tensión sexual mientras buscan toda clase de reliquias por el mundo. Sin embargo, la serie deja mucho que desear. Las subtramas de las reliquias son lamentables y recogen muy poco espíritu aventurero, con un tono muy lamentable y flojo que dista de lo que planteaban Uncharted, Tomb Raider o Indiana Jones. Aquí, lo importante son los chascarrillos y peleas entre los dos protagonistas, mientras que la trama episódica resulta flojísima.
Y resulta una auténtica pena, ya que había tramas realmente buenas, como la búsqueda de la Joya Cintamani, la ciudad de El Dorado, o la tumba de Alejandro Magno. Sobre los actores, tanto Michael Landes como Ophelia Lovibond lo hacen realmente bien y resultan simpáticos, aunque resulta difícil llegar a conectar con ellos, ya que son personajes muy planos y a ratos incluso absurdos. Los secundarios resultan de lo más anodinos, desde la sosa de Jane Seymour, hasta Jonathan Bailey en un papel tan tópico como previsible.
El único soplo de aire fresco llega con la introducción de un antagonista en los capítulos seis y siete, interpretado por Vincent Regan, pero su trama acaba de forma abrupta, desaprovechando por completo lo que podía haber sido un gran personaje.
Poco recomendable.
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