No soy un aficionado a las series, de hecho no veo ninguna (salvo esta y The walking dead).

Cuando leí su argumento tuve bastante claro que la vería, y aunque al principio (salvo las primeras imágenes del momento en que se produce el apagón y con las que la serie comienza) no me convenció demasiado el tratamiento que hace de su fascinante tema (que me recordó a la película ¨Futuro perdido¨), lo cierto es que con el paso de los capítulos, sin llegar a parecerme sobresaliente, terminó por gustarme, gracias a los giros de la historia, los flashback y ciertos momentos de gran tensión.

A pesar de caer en numerosas ocasiones en tópicos muy pesados (algunos diálogos, muertes previsibles), también tiene puntos a favor en su guión, como la muerte de Danny, algo que desde luego no me esperaba.

Sin embargo, no es sólo el interesantísimo asunto que trata su mayor fuerte. Cabe destacar el buen reparto (me quedo con la bellísima Tracy Spiridakos y con la no menos hermosa Elizabeth Mitchell en cuanto a los papeles femeninos, y destaco en el masculino, tanto por el actor, como por la actuación que este hace, para mi una de las mejores, y por su papel a Giancarlo Esposito) y los efectos especiales.

Aunque el último capítulo de la primera temporada no me pareció tan espectacular como esperaba, las sensaciones que me transmite esta serie son, en general, notables y positivas.

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