William Legrand, tras sufrir problemas económicos, se trasladó a la isla Sullivan, donde fijó su residencia. Se dedicaba a la caza y pesca. Salía a excursiones acompañado de su sirviente negro, Júpiter.
El narrador anónimo de la historia entabló amistad con Legrand. Una tarde lo visitó y se enteró que Legrand había encontrado un escarabajo de oro. No lo vio porque Legrand lo había entregado + a un teniente. Esa tarde los dos amigos tuvieron algunos malentendidos, así, el narrador se despidió y se fue a su casa.
Un mes después el narrador recibió la visita de Júpiter, quien le entregó una carta escrita por su amo. El narrador leyó y se enteró que Legrand quería verlo. En el acto partieron los dos. Legrand lo recibió con cortesía y le dijo que lo acompañara a una expedición por las colinas. El narrador no quiso, pero luego aceptó y así partieron Legrand, Júpiter, el narrador y el perro. Cuando llegaron a un árbol frondoso, Legrand le ordenó a Júpiter que subiera con el escarabajo pendido de una cuerda. Júpiter subió decidido y llegó hasta una calavera. Legrand le dijo que pasase el escarabajo por el ojo izquierdo de la calavera. Júpiter lo hizo. El escarabajo descendió a la tierra. Legrand marcó el punto donde había caído el escarabajo e hizo algunas mediciones. Luego empezaron a excavar en busca del tesoro. No lo encontraron. Legrand se irritó con Júpiter porque se había equivocado al determinar el ojo izquierdo de la calavera. Entonces empezaron con otra excavación. Después de unas horas encontraron el cofre ansiado. Todos se emocionaron de alegría. Ahora tenían el botín en las manos. Entonces Legrand le confesó al narrador la forma cómo había llegado a conocer la presencia del tesoro. Dijo que había encontrado el escarabajo de oro con un pergamino. El pergamino contenía un criptograma que Legrand había descifrado. El pergamino había pertenecido a un pirata que había enterrado su apreciado tesoro.
Sinopsis:
William Legrand, tras sufrir problemas económicos, se trasladó a la isla Sullivan, donde fijó su residencia. Se dedicaba a la caza y pesca. Salía a excursiones acompañado de su sirviente negro, Júpiter.
El narrador anónimo de la historia entabló amistad con Legrand. Una tarde lo visitó y se enteró que Legrand había encontrado un escarabajo de oro. No lo vio porque Legrand lo había entregado + a un teniente. Esa tarde los dos amigos tuvieron algunos malentendidos, así, el narrador se despidió y se fue a su casa.
Un mes después el narrador recibió la visita de Júpiter, quien le entregó una carta escrita por su amo. El narrador leyó y se enteró que Legrand quería verlo. En el acto partieron los dos. Legrand lo recibió con cortesía y le dijo que lo acompañara a una expedición por las colinas. El narrador no quiso, pero luego aceptó y así partieron Legrand, Júpiter, el narrador y el perro. Cuando llegaron a un árbol frondoso, Legrand le ordenó a Júpiter que subiera con el escarabajo pendido de una cuerda. Júpiter subió decidido y llegó hasta una calavera. Legrand le dijo que pasase el escarabajo por el ojo izquierdo de la calavera. Júpiter lo hizo. El escarabajo descendió a la tierra. Legrand marcó el punto donde había caído el escarabajo e hizo algunas mediciones. Luego empezaron a excavar en busca del tesoro. No lo encontraron. Legrand se irritó con Júpiter porque se había equivocado al determinar el ojo izquierdo de la calavera. Entonces empezaron con otra excavación. Después de unas horas encontraron el cofre ansiado. Todos se emocionaron de alegría. Ahora tenían el botín en las manos. Entonces Legrand le confesó al narrador la forma cómo había llegado a conocer la presencia del tesoro. Dijo que había encontrado el escarabajo de oro con un pergamino. El pergamino contenía un criptograma que Legrand había descifrado. El pergamino había pertenecido a un pirata que había enterrado su apreciado tesoro.
Obra a la que le sobran méritos y buenas palabras.
Su lectura es obligada para cualquier persona, ya sea amante de la literatura o no, para poder conocer en qué consiste la genialidad y originalidad con la que Poe compuso esta obra.
Hace que el lector se meta en la lectura como si fuese un personaje... (seguir leyendo)
romualdodedeu
Obra a la que le sobran méritos y buenas palabras.
Su lectura es obligada para cualquier persona, ya sea amante de la literatura o no, para poder conocer en qué consiste la genialidad y originalidad con la que Poe compuso esta obra.
Hace que el lector se meta en la lectura como si fuese un personaje... (seguir leyendo)