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Otra ¨pequeña¨ maravilla de Martin, pero que baja el nivel en cuanto a las entregas anteriores, principalmente porque se centra en personajes que, a excepción de Jaime, caen peor o tienen menos peso en la trama central (el resto los deja para la siguiente novela, en teoría). El estilo sigue las pautas marcadas a lo largo de toda la saga: escenas crudas y descriptivas frente al aura épica que abunda en la fantasía común, argumento en constante crecimiento y protagonistas increíblemente redondos. Una obra maestra.

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