Una de las historias más hermosas, dramáticas y terribles de El Silmarillion que se merecía un libro para ella sola. La verdad es que no me importa lo más mínimo que la novela la escribiera Tolkien en su totalidad o se la inventara su hijo para seguir publicando póstumamente libros de su padre.
Los Hijos de Húrin es una auténtica obra maestra, una historia llena de aventura, oscuridad y tragedia que a mí me recordó mucho a El anillo de los nibelungos. Básicamente nos cuentan la historia de Húrin, un caudillo humano que es apresado por Morgoth, el Señor Oscuro, tras una cruenta batalla, pero Húrin no se doblega antes las torturas de Morgoth y llega incluso a burlarse de él, por lo que Morgoth maldice a la estirpe de Húrin y lo obliga a mirar todo el mal que le va a suceder a su familia.
El libro se centra en la figura de Túrin Turambar, el hijo de Húrin, que es educado con los elfos hasta que asesina sin querer a uno de ellos, por lo que se ve obligado a unirse a un grupo de forajidos humanos, los cuales a partir de ese momento empiezan a asaltar orcos.
La novela es absolutamente trepidante, mucho más oscura que El Señor de los Anillos y con personajes mucho más complejos. Túrin es una versión de Aragorn mucho más amargada e incluso con tintes de locura. Beleg Cuthalion, el elfo amigo de Túrin, es también un buen personaje, así como Min, el enano traicionero que al final es quien traiciona a la banda de Túrin. Aunque sin lugar a dudas, uno de los mejores personajes es el dragón, el Gran Gusano, que podría rivalizar sin problemas con Smaug. Ese momento en el que el dragón moribundo le revela a Túrin y a su esposa que en verdad son hermanos es cruel y tremendamente doloroso.
El final de la novela, con Húrin siendo liberado tras haber tenido que contemplar la muerte de sus dos hijos, es tan hermoso como triste y la última escena, con su esposa muriendo de vieja entre sus brazos, me pareció preciosa, si bien es cierto que creo que debería haber añadido la escena en la que Húrin se venga del enano Min matándolo en las ruinas de la ciudadela élfica y luego desaparece sin que ningún mortal sepa jamás cuál fue el destino de Húrin.
Por lo que a mí respecta, una obra maestra a la altura de El Hobbit o El Señor de los Anillos.
Raúl Rubio Peñas
10
Una de las historias más hermosas, dramáticas y terribles de El Silmarillion que se merecía un libro para ella sola. La verdad es que no me importa lo más mínimo que la novela la escribiera Tolkien en su totalidad o se la inventara su hijo para seguir publicando póstumamente libros de su padre.
Los Hijos de Húrin es una auténtica obra maestra, una historia llena de aventura, oscuridad y tragedia que a mí me recordó mucho a El anillo de los nibelungos. Básicamente nos cuentan la historia de Húrin, un caudillo humano que es apresado por Morgoth, el Señor Oscuro, tras una cruenta batalla, pero Húrin no se doblega antes las torturas de Morgoth y llega incluso a burlarse de él, por lo que Morgoth maldice a la estirpe de Húrin y lo obliga a mirar todo el mal que le va a suceder a su familia.
El libro se centra en la figura de Túrin Turambar, el hijo de Húrin, que es educado con los elfos hasta que asesina sin querer a uno de ellos, por lo que se ve obligado a unirse a un grupo de forajidos humanos, los cuales a partir de ese momento empiezan a asaltar orcos.
La novela es absolutamente trepidante, mucho más oscura que El Señor de los Anillos y con personajes mucho más complejos. Túrin es una versión de Aragorn mucho más amargada e incluso con tintes de locura. Beleg Cuthalion, el elfo amigo de Túrin, es también un buen personaje, así como Min, el enano traicionero que al final es quien traiciona a la banda de Túrin. Aunque sin lugar a dudas, uno de los mejores personajes es el dragón, el Gran Gusano, que podría rivalizar sin problemas con Smaug. Ese momento en el que el dragón moribundo le revela a Túrin y a su esposa que en verdad son hermanos es cruel y tremendamente doloroso.
El final de la novela, con Húrin siendo liberado tras haber tenido que contemplar la muerte de sus dos hijos, es tan hermoso como triste y la última escena, con su esposa muriendo de vieja entre sus brazos, me pareció preciosa, si bien es cierto que creo que debería haber añadido la escena en la que Húrin se venga del enano Min matándolo en las ruinas de la ciudadela élfica y luego desaparece sin que ningún mortal sepa jamás cuál fue el destino de Húrin.
Por lo que a mí respecta, una obra maestra a la altura de El Hobbit o El Señor de los Anillos.
Reportar