¨...Iru!¨ es claramente una de esas joyas que no salieron de Japón. Es un juego que lleva a atrapar completamente gracias a su atmósfera, y que de alguna forma termina convenciéndonos de que sigamos con él, a pesar de que no entendamos el idioma. La sorpresa viene cuando descubrimos, que pese a no entender un carajo de lo que dicen los personajes, el argumento es fácil de entender, y la expresividad de dichos personajes es lo suficiente buena como para saber que es lo que más o menos tratan de decir al protagonista. Es más, podríamos incluso decir, que el hecho de no entender un carajo de lo que están diciendo y el desconcierto de no tener ni puñetera idea de lo que esta ocurriendo ayuda a que sea aun más aterrador y perturbador de lo que podría resultar ser a ojos de un japonés, por lo menos en los primeros momentos.
Nada más empezar, nos encontraremos en una habitación donde se nos dará la oportunidad de adaptarnos a los controles del juego. Pese a que en un primer momento no sabemos a quien estamos manejando, y su aspecto, podremos tener la oportunidad de verlo en los espejos de los lababos. En teoría manejamos a un estudiante emo de secundaria. Los lavabos son los lugares que menor importancia tiene, salvo por alguna escena (creo que solo hay dos), de la que hay que destacar la memorable primera muerte, que será el pistoletazo para que empiece el verdadero terror. Los espejos de los lavabos también nos harán tener una idea de como cojones se mueve nuestro personaje. Lo gracioso es agacharse estando delante de uno de dichos espejos. A decir verdad, da la impresión de que el personaje, en vez de agacharse, se adentra en el suelo, lo que resulta ser bastante gracioso. Ni que decir si hacemos que se mueva delante de dichos espejos.
En cualquier caso, lo normal será ir hablando con todos los personajes para ver si sucede algo, además de explorar las habitaciones para ver si hay algo. El juego, tiene poco puzzle, más que nada porque la cantidad de objetos a coger es completamente escasa. Lo más puzzle que tiene es tratar de averiguar que papel que habia tirado por el suelo hay que leer para hacer que los demonios desaparezcan y derrotar al jefazo final. Coger los papeles en esta ocasión será muy importante, y deberemos cogerlos todos para que cuando llegue el momento leamos los que tienen más pinta de ser un rito Lovecraftiano para luego usar esa bolita azul que nos encontramos por ahí para que el hechizo tenga efecto. Claramente, al no saber japonés, esto será una cosa que acabaremos descubriendo buscando por youtube uno de esos walktrought.
El juego, más que dar miedo, te pone de los nervios. El no saber lo que esta pasando exactamente al no entender el idioma, la aterradora ambientación del instituto, la música esa que no para de taladrarnos la cabeza y el ser testigos de la muerte de nuestros compañeros hacen que de verdad deseemos terminar con esta pesadilla, una pesadilla que no durará mucho porque el juego en verdad es muy corto. Es más, apostaría a que no llegó a pasar de las fronteras japonesas por dicha razón.
Los personajes acaban siendo memorables, pese a agrupar a los típicos estudiantes. Tenemos a ese par de amigas cotillas, a la chica timida, al intelectual del que nos acabaremos por preguntar cuando acabará por morir de verdad, al gordaco, al matón, a la profesora que trata de proteger a sus alumnos debido a que ese es su deber, al curioso, y a esa chica guapa del instituto a la que tendremos que rescatar. Luego estará el impotente director de la escuela, y ese hombre que no para de darte sustos de forma involuntaria y que no sabes que coño pinta ahí. Luego tenemos a los enemigos, que al final, gracias a un pequeño cameo del Necronomicón, sabremos que estan inspirados en los monstruos de Lovecraft. De todos ellos destacaría al Lagarto Guancho, que siempre estará ahí para tocarnos las pelotas.
Del juego hay que destacar todas las muertes, bien diseñadas y que terminan siendo grotescas y sangrientas, al igual que la gran variedad de situaciones que llegan a tener lugar en cada sala. A partir de aquí hay que mencionar que este juego consigue algo que ningún juego haya logrado conseguir: El no querer volver a entrar en alguna de las habitaciones donde ha ocurrido alguna de las desgracias, en especial, las habitaciones donde se encuentra los cadáveres de nuestros compañeros. A decir verdad, se trata de un juego que nos hace sentir la angustia que siente el personaje.
Otra cosa a destacar es que dependiendo de nuestra rapidez a la hora de coger los objetos para avanzar en nuestra aventura, y el orden en que lo hagamos, puede o no salirnos ciertos videos. Esto conllevará a que la identidad del que se encuentre tras los hechos cambié. Que yo sepa, hay 2, siendo uno el típico pringao que te ponen que siempre va de malo, y luego alguien del que no te esperarás que sea quien haya cometido los crímenes, pero si nos ponemos a pensar, veremos que lo más lógico es que sea este. Si nos toca el pringado, el otro posible asesino morirá. Aun así, quien sea el asesino, no modificará demasiado el desenlace.
También el juego puede llevar a diferentes finales, la mayoria malos que se consiguen si dejamos que El Lagarto Guancho, los poseidos o los monstruos invocados nos maten, y los buenos y malos por cada asesino. Lamentablemente, tras una breve secuencia que no da una idea de si hemos logrado el final bueno o malo, nos vendrán que el que pasa después te lo meten en texto japonés, lo que llega a joder un poco.
Lo malo de este juego es que termina por perder un poco de fuelle y terror cuando lleguemos a parar a una zona que hay debajo de la escuela, que se encuentra muy cerca del final.
Por lo demás, una de esas joyas japonesas de las que no hay que dejar pasar, y del que el no saber el idioma es una mala excusa para no jugarlo.
Jack el Destripador
8
¨...Iru!¨ es claramente una de esas joyas que no salieron de Japón. Es un juego que lleva a atrapar completamente gracias a su atmósfera, y que de alguna forma termina convenciéndonos de que sigamos con él, a pesar de que no entendamos el idioma. La sorpresa viene cuando descubrimos, que pese a no entender un carajo de lo que dicen los personajes, el argumento es fácil de entender, y la expresividad de dichos personajes es lo suficiente buena como para saber que es lo que más o menos tratan de decir al protagonista. Es más, podríamos incluso decir, que el hecho de no entender un carajo de lo que están diciendo y el desconcierto de no tener ni puñetera idea de lo que esta ocurriendo ayuda a que sea aun más aterrador y perturbador de lo que podría resultar ser a ojos de un japonés, por lo menos en los primeros momentos.
Nada más empezar, nos encontraremos en una habitación donde se nos dará la oportunidad de adaptarnos a los controles del juego. Pese a que en un primer momento no sabemos a quien estamos manejando, y su aspecto, podremos tener la oportunidad de verlo en los espejos de los lababos. En teoría manejamos a un estudiante emo de secundaria. Los lavabos son los lugares que menor importancia tiene, salvo por alguna escena (creo que solo hay dos), de la que hay que destacar la memorable primera muerte, que será el pistoletazo para que empiece el verdadero terror. Los espejos de los lavabos también nos harán tener una idea de como cojones se mueve nuestro personaje. Lo gracioso es agacharse estando delante de uno de dichos espejos. A decir verdad, da la impresión de que el personaje, en vez de agacharse, se adentra en el suelo, lo que resulta ser bastante gracioso. Ni que decir si hacemos que se mueva delante de dichos espejos.
En cualquier caso, lo normal será ir hablando con todos los personajes para ver si sucede algo, además de explorar las habitaciones para ver si hay algo. El juego, tiene poco puzzle, más que nada porque la cantidad de objetos a coger es completamente escasa. Lo más puzzle que tiene es tratar de averiguar que papel que habia tirado por el suelo hay que leer para hacer que los demonios desaparezcan y derrotar al jefazo final. Coger los papeles en esta ocasión será muy importante, y deberemos cogerlos todos para que cuando llegue el momento leamos los que tienen más pinta de ser un rito Lovecraftiano para luego usar esa bolita azul que nos encontramos por ahí para que el hechizo tenga efecto. Claramente, al no saber japonés, esto será una cosa que acabaremos descubriendo buscando por youtube uno de esos walktrought.
El juego, más que dar miedo, te pone de los nervios. El no saber lo que esta pasando exactamente al no entender el idioma, la aterradora ambientación del instituto, la música esa que no para de taladrarnos la cabeza y el ser testigos de la muerte de nuestros compañeros hacen que de verdad deseemos terminar con esta pesadilla, una pesadilla que no durará mucho porque el juego en verdad es muy corto. Es más, apostaría a que no llegó a pasar de las fronteras japonesas por dicha razón.
Los personajes acaban siendo memorables, pese a agrupar a los típicos estudiantes. Tenemos a ese par de amigas cotillas, a la chica timida, al intelectual del que nos acabaremos por preguntar cuando acabará por morir de verdad, al gordaco, al matón, a la profesora que trata de proteger a sus alumnos debido a que ese es su deber, al curioso, y a esa chica guapa del instituto a la que tendremos que rescatar. Luego estará el impotente director de la escuela, y ese hombre que no para de darte sustos de forma involuntaria y que no sabes que coño pinta ahí. Luego tenemos a los enemigos, que al final, gracias a un pequeño cameo del Necronomicón, sabremos que estan inspirados en los monstruos de Lovecraft. De todos ellos destacaría al Lagarto Guancho, que siempre estará ahí para tocarnos las pelotas.
Del juego hay que destacar todas las muertes, bien diseñadas y que terminan siendo grotescas y sangrientas, al igual que la gran variedad de situaciones que llegan a tener lugar en cada sala. A partir de aquí hay que mencionar que este juego consigue algo que ningún juego haya logrado conseguir: El no querer volver a entrar en alguna de las habitaciones donde ha ocurrido alguna de las desgracias, en especial, las habitaciones donde se encuentra los cadáveres de nuestros compañeros. A decir verdad, se trata de un juego que nos hace sentir la angustia que siente el personaje.
Otra cosa a destacar es que dependiendo de nuestra rapidez a la hora de coger los objetos para avanzar en nuestra aventura, y el orden en que lo hagamos, puede o no salirnos ciertos videos. Esto conllevará a que la identidad del que se encuentre tras los hechos cambié. Que yo sepa, hay 2, siendo uno el típico pringao que te ponen que siempre va de malo, y luego alguien del que no te esperarás que sea quien haya cometido los crímenes, pero si nos ponemos a pensar, veremos que lo más lógico es que sea este. Si nos toca el pringado, el otro posible asesino morirá. Aun así, quien sea el asesino, no modificará demasiado el desenlace.
También el juego puede llevar a diferentes finales, la mayoria malos que se consiguen si dejamos que El Lagarto Guancho, los poseidos o los monstruos invocados nos maten, y los buenos y malos por cada asesino. Lamentablemente, tras una breve secuencia que no da una idea de si hemos logrado el final bueno o malo, nos vendrán que el que pasa después te lo meten en texto japonés, lo que llega a joder un poco.
Lo malo de este juego es que termina por perder un poco de fuelle y terror cuando lleguemos a parar a una zona que hay debajo de la escuela, que se encuentra muy cerca del final.
Por lo demás, una de esas joyas japonesas de las que no hay que dejar pasar, y del que el no saber el idioma es una mala excusa para no jugarlo.
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