España,
02 de Marzo de 1930 Falleció: 27 de Agosto de 2007 77 años Un poco de su vida:
Emma Penella nació en Madrid en 1930 en el seno de una familia conservadora y con antecedentes artísticos. Su padre fue diputado por Granada entre 1933 y 1935 en las filas del partido conservador católico Acción Popular. Su madre era hermana de la tiple cómica Teresita Silva e hija del compositor Manuel Penella, que había tenido un gran éxito con la ópera El gato montés (su hermana Elisa adopta...
+ "Montés" como apellido artístico).
En un principio la familia se opuso a que Emma se dedicase a la interpretación aunque al final lo consintió y, tras abandonar sus estudios de Bachillerato, se incorporó al Teatro María Guerrero como meritoria. En 1949 participó en la película La duquesa de Benamejí, de Luis Lucia, como doble de luces de Amparo Rivelles. Durante los primeros años cincuenta compaginó su trabajo en algunas funciones de teatro con varias películas en las que fue doblada, ya que los nódulos que tenía en la garganta le hacían tener una voz no acorde con los gustos de la época, razón por la cual sería operada varias veces a lo largo de su vida, aunque sin llegar a solucionar el problema, que por otro lado se convertiría en una de sus señas de identidad.
Con Los ojos dejan huellas (1952), de José Luis Sáenz de Heredia, le llega su primera gran oportunidad en el cine, a la que seguirían películas como Carne de horca, Cómicos (donde Juan Antonio Bardem utiliza por primera vez su voz real), Los peces rojos o Fedra, de Manuel Mur Oti, que fue un escándalo en la época por el erotismo mostrado por Penella, algo común a otras películas de esa primera etapa, como La cuarta ventana (1963), única que protagoniza junto a sus dos hermanas.
Ese mismo año Luis García Berlanga le brindó la oportunidad de aparecer en El verdugo, su papel cinematográfico más celebrado. La cinta se proyectó en el Festival de Cine de Venecia y los organizadores ordenaron que la actriz entrara al Lido por la puerta trasera debido a la desaprobación de la comunidad internacional hacia el Franquismo. Penella se negó y apareció por la puerta principal del recinto.
En 1967 participa en la película La busca, de Angelino Fons. Por esos años se casó con el productor Emiliano Piedra, lo que le permitió ofrecer papeles a actores sin empleo como Pilar Bardem. El matrimonio tendría tres hijas: Emma, Lola y Emiliana.
Desde 1969 Emma espació más sus intervenciones, participando en películas producidas por su marido, como Fortunata y Jacinta y La primera entrega, de Fons, y La Regenta, de Gonzalo Suárez, sus personajes más relevantes de esa época. Tras esta película se apartaría del mundo del cine durante más de una década.
Finalizada la Transición, apareció en varios papeles de reparto a las órdenes de Francisco Regueiro (Padre Nuestro) y Carlos Saura (El amor brujo) y protagonizó la película de Eloy de la Iglesia La estanquera de Vallecas, convirtiéndose en actriz fetiche de este director y quedando asociada a un cine de temática transgresora. También en la década de 1980 regresó al teatro para desarrollar una intensa actividad. En 1991 falleció su marido, Emiliano Piedra, para quien recogió un Goya de Honor póstumo en 1992. En 1993 se despidió de las tablas con El enfermo imaginario, de Molière.
Cuando disfrutaba de un retiro sólo interrumpido esporádicamente, como en la película Pídele cuentas al Rey, la directora de casting Elena Arnao la visitó en 2003 en su casa para interesarse por su estado de salud. En respuesta, Emma bailó una jota para ella y aceptó un papel en la serie de televisión Aquí no hay quien viva (Antena 3), obteniendo una gran popularidad interpretando a Concha, una pensionista malhumorada, rácana y cotilla. El personaje, que formaba el trío apodado como "Las Supernenas" junto a los de Mariví Bilbao y Gemma Cuervo, se hizo famoso por su frase "Váyase, señor Cuesta", que repetía constantemente al personaje interpretado por José Luis Gil y que parodiaba la frase "Váyase, señor González", que el expresidente del gobierno José María Aznar solía dirigir a su antecesor en el cargo Felipe González.
Descubierta así por el público más joven, en 2004 participa en el doblaje al español de la película de animación Los increíbles y al año siguiente, animada por su compañero José Luis Gil, lo hace en la española El sueño de una noche de San Juan.
En 2007 comenzó a trabajar en una nueva serie, La que se avecina (Telecinco), heredera directa de Aquí no hay quien viva. En ella interpretaba a Doña Charo de la Vega, una pensionista, farmacéutica aficionada, que guarda toda clase de medicamentos y que se muestra constantemente descontenta con la nueva vivienda que su yerno Enrique ha adquirido. Durante los últimos meses de rodaje la salud de la actriz se resintió, por lo que la productora decidió darle un descanso utilizando, para justificar la ausencia del personaje, el habitual recurso de "irse de vacaciones al pueblo".
La actriz falleció el 27 de agosto de 2007,[1] a la edad de 77 años, después de una insuficiencia renal y cardíaca, producida por una septicemia ocasionada por la diabetes que padecía desde años atrás. Fue enterrada en el Cementerio de la Almudena de Madrid al día siguiente, aniversario de la muerte de su marido. Ese mismo año, a título póstumo, recibió, en el marco del Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, el premio Ciudad de Huelva, que reunió en recuerdo suyo a su hermana Terele Pávez y a su hija Emiliana, además de amigos y compañeros de profesión.
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