Hiroshi Teshigahara y Kyoko Kishida tuvieron sus más y sus menos durante el rodaje: Teshigahara visualizaba a la Mujer como una perfecta Yamato Nadeshiko, la encarnación misma de la mujer japonesa y sus valores, y tenía que vestir y comportarse de manera acorde. Kishida, por su parte quería crear una figura universal que representara simplemente la feminidad y con la que las espectadoras y espectadores de todo el mundo se identificaran con facilidad.
Mad Warrior
Más allá de las formas tangenciales de los límites de la lucidez y la razón se erigen mundos desconocidos donde priman normas establecidas fuera de toda lógica que atrapan a los incautos que se aventuran a interpenetrar en ellos y el origen de su existencia se pierde entre laberintos de sombras incesantes que guardan enigmas anclados en otra era, los cuales no esperan ser descifrados con las respuestas de una sociedad donde lo real es... (seguir leyendo)