El juez del distrito decide revisar el caso de Charles E. Reece, un maniático asesino que se introdujo en dos apartamentos de California con una pistola automática y lleva a cabo seis asesinatos con un macabro ritual: corta los cuerpos de sus victimas con un cuchillo de cocina para, seguidamente, introducir los órganos en bolsas de plástico y, más tarde, beber la sangre. El hombre conseguirá escapar y volver a cometer asesinatos.
Sinopsis:
El juez del distrito decide revisar el caso de Charles E. Reece, un maniático asesino que se introdujo en dos apartamentos de California con una pistola automática y lleva a cabo seis asesinatos con un macabro ritual: corta los cuerpos de sus victimas con un cuchillo de cocina para, seguidamente, introducir los órganos en bolsas de plástico y, más tarde, beber la sangre. El hombre conseguirá escapar y volver a cometer asesinatos.
Buen thriller a cargo de William Friedkin, quien nos ha demostrado varias veces su genial mano para ese género, en títulos del calíbre de ¨The french connection¨ o ¨A la caza¨. En esta ocasión tenemos a un desagradable asesino en serie, que descuartiza a sus víctimas, mujeres y niños, y suele beber su sangre. El tema sirve además para que Friedkin invite al espectador a reflexionar sobre la pena de muerte.
Miguel Arkangel
Buen thriller a cargo de William Friedkin, quien nos ha demostrado varias veces su genial mano para ese género, en títulos del calíbre de ¨The french connection¨ o ¨A la caza¨. En esta ocasión tenemos a un desagradable asesino en serie, que descuartiza a sus víctimas, mujeres y niños, y suele beber su sangre. El tema sirve además para que Friedkin invite al espectador a reflexionar sobre la pena de muerte.
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