En un orfelinato cerca de San Francisco, el padre Thomas, el sacerdote que lo dirige, conversa en el jardín con Cynthia -una antigua alumna que sigue colaborando en el hospicio- acerca de la llegada de los ominosos vientos de Santa Ana, un fenómeno meteorológico que suele venir acompañado de acontecimientos funestos.
Tras su paso, Yorga y sus vampiras salen de sus tumbas. Poco después, el conde hace + su aparición en una fiesta de disfraces y ataca a una joven. Tras ésto, Yorga rapta a Cynthia, mientras un médico trata inútilmente de convencer a la policía de la existencia de los vampiros.
Sinopsis:
En un orfelinato cerca de San Francisco, el padre Thomas, el sacerdote que lo dirige, conversa en el jardín con Cynthia -una antigua alumna que sigue colaborando en el hospicio- acerca de la llegada de los ominosos vientos de Santa Ana, un fenómeno meteorológico que suele venir acompañado de acontecimientos funestos.
Tras su paso, Yorga y sus vampiras salen de sus tumbas. Poco después, el conde hace + su aparición en una fiesta de disfraces y ataca a una joven. Tras ésto, Yorga rapta a Cynthia, mientras un médico trata inútilmente de convencer a la policía de la existencia de los vampiros.
Esta secuela indudablemente es algo mejor que su antecesora, pero a mí me ha gustado algo menos. La primera era más clásica. Y visto lo visto, podrían haberse inflado a hacer partes del Conde Yorga; ya que nada más empezar, él y su ayudante deforme, ambos muertos en la original, aquí estan vivitos y coleando desde el minuto 1 y sin explicación alguna. A mí en lo personal, estos detalles no me gustan nada. Y hasta este Conde búlgaro, malo malote... (seguir leyendo)
Gilles De Rais
Esta secuela indudablemente es algo mejor que su antecesora, pero a mí me ha gustado algo menos. La primera era más clásica. Y visto lo visto, podrían haberse inflado a hacer partes del Conde Yorga; ya que nada más empezar, él y su ayudante deforme, ambos muertos en la original, aquí estan vivitos y coleando desde el minuto 1 y sin explicación alguna. A mí en lo personal, estos detalles no me gustan nada. Y hasta este Conde búlgaro, malo malote... (seguir leyendo)