La Tumba de Ligeia (1964)

Sinopsis:

Visualmente estilizada, esta versión del cuento de Edgar Allan Poe nos muestra a un Vincent Price con anteojos tipo antiparras y fantásticos escenarios naturales de fondo (las cercanías de Stonehenge, en Inglaterra). Un hombre (Price) se ha despedido de su finada esposa Ligeia (Elizabeth Shepherd), quien ahora yace en una tumba situada en una abadía en ruinas. Pero la presencia de esta parece continuar + sobre su nueva pareja, Lady Rowena (también interpretada por Shepherd). El matrimonio rápidamente entra en crisis, y la única esperanza es la intervención de un amigo (John Westbrook). Con elementos que permiten destacarla por encima de las anteriores adaptaciones de Edgar Allan Poe, esta película hace agua en su trama, con un defecto muy similar al visto en THE PIT AND THE PENDULUM (1962): el personaje de Vincent Price debe lidiar con aspectos absurdos de la historia, y debe enloquecer demasiado rápido. La permanente acechanza contra Lady Rowena y una sesión de hipnosis a la que se somete, contribuye a crear un clima de intriga y misterio, que se desbarata con la reiterada aparición de un gato negro, a quien se nos intenta proponer como encarnación de Lady Ligeia. La sensación de insatisfacción final y gusto a poco, es reforzada con el climax final, en el que vemos (o mejor dicho, volvemos a ver) las escenas del incendio del techo de un galpón que tan bien quedaron en HOUSE OF USHER (La Pavorosa Casa de Usher-1960). Es una lástima, especialmente por los hallazgos de fotografía (sutiles y electrizantes tomas en cámara rápida, competente aprovechamiento de los monumentos naturales) y la actuación, tanto no solo de Price, sino también de la actriz principal.