Ficha Brother

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Críticas de Brother (6)




Mad Warrior

  • 13 Oct 2022

8



Cualquier persona es capaz de dirigir su destino aunque eso suponga luchar contra todos los elementos habidos y por haber. El futuro puede cambiarse, para bien o para mal.
¿Pero puede un yakuza cuando su destino ya está escrito? No importa el escenario, su futuro está dictado por la sangre y el fuego, en cada bala, en cada golpe. Es un camino que hay que seguir recto y en silente resignación...

Algo que hemos descubierto poco a poco gracias a las enseñanzas de Hideo Gosha, Seijun Suzuki, Masaki Kobayashi, Yasuzo Masumura y, más ampliamente, de Kinji Fukasaku, Takashi Miike o Takeshi Kitano, cuyas filmografías se hallan adornadas casi por entero de perfectas muestras del conocido ¨camino del yakuza¨, el cual surge de la violencia, se nutre con la violencia y concluye por la violencia. Lo hemos visto miles de veces enfocado y explicado de mil maneras diferentes, desde la comedia o desde el drama, pero el final del camino siempre es el mismo.
Tras su amable y preciosa peripecia ¨El Verano de Kikujiro¨, con la que se estableció como uno de los realizadores más originales y audaces del momento, demostrando ante sus compatriotas que no era sólo un humorista dedicado al cine por afición, algo de lo que siempre le habían tachado (hay quienes piensan así hoy día...), el sr. Kitano entraría en el nuevo siglo con nuevos objetivos, concretamente el de lograr un éxito internacional aprovechando su consolidada fama, y por consejo de su agente se dispondría a rodar su primer y único film, hasta la fecha, fuera de su país. Así coge los bártulos y se va a EE.UU., donde cuenta con una base de seguidores considerable.

No hay preámbulos. Yamamoto, inmarchitable álter-ego del actor/director (no es sino una variación de sus habituales personajes), aparece en Los Ángeles como una marioneta a la que han movido de escenario; el resultado del viaje se adivina amargo, pues este extranjero con afán por el mutismo será objeto de hostilidades y burlas del anfitrión americano, lo que acaba en confrontación con un negro al que le rompe una botella de vino. Esta presentación, tan concisa, da paso a un ¨flashback¨ para revelar la identidad de este individuo misterioso como miembro de un clan yakuza.
Manipulación, vicio, muerte y un estricto código de honor. Con hierática aspereza Kitano nos introduce una vez más en el tétrico universo de la mafia japonesa, del cual Yamamoto debe desligarse si quiere sobrevivir; sin embargo este amargo yakuza se trasladará con su mundo y tradiciones del mismo modo que el director. Ni uno ni otro están por la labor de adaptarse a las posibilidades que les ofrece el entorno; Yamomoto se reencuentra con su extraviado hermano Ken y convertirá en amo y señor del territorio (el cual casi siempre observa desde las alturas, como un Dios), formando una comunidad de almas perdidas por el poder y la fuerza.

Una comunidad de diferentes lenguas, religiones y ascendencias que se une como una familia contra la adversidad. En este caso no importa el origen siempre que el sentimiento de lealtad y honor sea el mismo (contrariamente a cómo sucede, en un ejercicio de extraña ironía, en la familia yakuza a la que Harada se afilia); pero una comunidad, al fin y al cabo, basada en la ambición, el interés y la sangre, una comunidad de muerte que amenaza con desmembrarse a cada paso que da la trama.
La táctica es la misma por parte de Kitano: invade un terreno virgen con su hermético universo a cuestas sin permitir nutrirse de sus influencias como hiciera, por ejemplo, Win Wenders (o, en sentido contrario, Ridley Scott). En forma y en estilo, esta obra no es sino un ¨Sonatine¨ despojado de su arrebatadora poesía y parafernalia más irreal, lo que ofrecía un contraste hipnótico con la agria y dura violencia; ahora es esta violencia el motor de los hechos, de las relaciones humanas, lo que las impulsa y hace evolucionar. No hay muchas concesiones a la redención ni a la ternura. ¨Brother¨ es pura oscuridad y dolor hundida en un mutismo incómodo y una impertérrita frontalidad.

Los golpes duelen, y los disparos, y las lágrimas, y su efecto es mayor que el de las sonrisas y las miradas de compasión. Efecto intensificado cuando el cineasta decide arrastrarnos a un torbellino de venganza, sadismo y brutalidad en el que los miembros de los clanes se despedazan sin miramientos (prediciéndose así los juegos de masacre de ¨Outrage¨) antes de llegar a un tramo final de pura abstracción (más abajo). Será la relación entre Yamamoto y Denny la clave para hallar el único atisbo de humanidad redentora, relación nacida de la violencia, más fuerte que la mantenida con Ken y Kato, y que llevará al yakuza a encontrar a un auténtico hermano de sangre.
Kitano radicaliza hasta el paroxismo aquellos aspectos que hicieron reconocibles a sus personajes, siendo su Yamamoto el más inaccesible y no obstante el más previsible de todos ellos, comandando un elenco multirracial donde cabe destacar a los sorprendentes Omar Epps (ojo a su actuación en la última e inolvidable secuencia), Susumu Terajima y un reencontrado Claude Maki al que ya dirigió nueve años antes en ¨A Scene at the Sea¨, mientras vuelven a su lado los enormes Ren Osugi y Ryo Ishibashi. Todos ellos arropados en la buena fotografía de Katsumi Yanagijima, que realza los tonos más grises y sombríos, y la excelente música del maestro Joe Hisaishi.

¨Brother¨ remueve, derriba y renueva las claves del clásico cine de gángsters y yakuzas al tiempo que le brinda un homenaje en toda regla (la inclusión del veterano Tetsuya Watari es un buen ejemplo). Pocos estuvieron de acuerdo con la propuesta y la sepultaron bajo un aluvión de malas críticas.
Sí, dista mucho de ser una obra maestra, ni siquiera en la filmografía del nipón, pero posee una fuerza arrolladora y un espíritu tenaz, suficiente para que a la tercera revisión (no entra por los ojos, hay que admitirlo) el espectador se vea sumergido en su implacable atmósfera por voluntad propia.
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Como en toda aventura cinematográfica de Takeshi Kitano que se precie, ¨Brother¨ también cuenta con su ¨decisión de fuga¨ particular que encierra alguno de los mejores momentos del film.
Tal y como hacían los chicos del equipo de baseball en ¨Boiling Point¨, los yakuzas de ¨Sonatine¨ o el policía Nishi junto a su esposa en ¨Hana-bi¨ (incluso Kikujiro y Masao en ¨El Verano de Kikujiro¨, aunque en menor medida), Yamamoto y Denny se embarcan en un viaje de no retorno que les conducirá a su inevitable destino.

Ya hemos asistido como testigos mudos a la masacre del clan del primero, quien, dispuesto a actuar como el virus que invade a un cuerpo, no cae en la cuenta de que su amenaza no es tan grande como la de otro virus que ya invade el territorio: el de la mafia italiana. El enfrenamiento no deja títere con cabeza y la comunidad tan bien estructurada de Yamamoto se desmiembra; Ken huye y sólo quedan el anterior y Denny, que ha perdido a su familia. Las intrigas conducen a un necesario acto de venganza por parte de éstos, secuestrando a uno de los jefes de la mafia.
El paisaje americano, que Kitano ignora todo el tiempo, es por fin contemplado en su vasta y amplia naturaleza, despojado de encanto y haciéndose hincapié en sus más ásperas aristas; es el Oeste de Clint Eastwood y Sam Peckinpah, no de John Ford. Yamamoto y Denny atrapan al gángster en un juego de confusión cuando el primero insta al segundo a seguir su propio camino, pues bien sabe que el seguir sus pasos significa ir de cabeza al Infierno; un yakuza tiene un destino, pero afortunadamente Denny no lo es.

Se recuerda el accidente del ojo, ambos se ríen, se aceptan sin tener en cuenta su raza, lengua ni color de piel, ya sabiendo cada uno que cuenta con un hermano de sangre para toda la eternidad; Denny se marcha y Yamamoto se detiene en un local en mitad del desierto dejando libre al mafioso. A partir de aquí sólo lo inevitable está por llegar, es algo que se sabe sin saber. El yakuza puede mantener un coloquio por unos segundos con un compatriota que se compadece de la inescrutabilidad de los japoneses, a la que responde con una sonrisa de resignación. Aumenta la tensión, la serenidad del agreste paisaje anuncia una última carnicería.
Un ejército de gángsters se acomoda frente al local, Yamamoto paga por adelantado los destrozos y anda hasta la puerta de su destino; agria versión de ¨Dos Hombres y un Destino¨ sin la presencia de la otra mitad de la pareja. Disparos ensordecedores por doquier; no veremos el cuerpo del yakuza hasta el final, yaciendo sin vida sobre un charco de sangre.

Un coche dirigiéndose a la nada pasa a un plano-secuencia de casi dos minutos y medio que son la conclusión de esta historia de muerte, traiciones, amistad, miedo y honor. Omar Epps da excelentes muestras de su talento ofreciendo un abanico de emociones que trasciende la pantalla: del enfado a la tristeza, de la locura neurótica a la euforia por la sorpresa.
Denny tiene la carretera por delante y el dinero que Yamamoto, su hermano, le deja en herencia desde la otra vida. Hay que esperar, pero hay redención, hay esperanza incluso en una película tan turbia como ¨Brother¨. ¨¡Te quiero hermano, estés donde estés!¨ como sentencia final. Memorable.



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[email protected]

  • 8 Dec 2018

7


Entretenida película japonesa!!! La película tiene una historia que no es nada del otro mundo pero con los toques de humor logra hacerla más divertida y llevadera.
El protagonista, Takeshi Kitano quién también es el director de la cinta, es excelente tanto como actor como por su carisma.
El film tiene centenares de muertes y algunas escenas algo épicas pero están bien dentro del género.
Me gustó! Recomendable!



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billy_lum

  • 23 Jan 2015

5


La película empieza muy bien pero el nudo no hay por dónde cogerlo. Da la sensación de guión forzado, todo sucede tan deprisa dentro de la misma trama que no se entiende a los personajes, no se transmite su evolución, principalmente la de los pandilleros. Uno no se convierte en Yakuza en dos minutos de guión y eso lo acaba pagando en su credibilidad el resto del film.

En algún lugar leí que Kitano es la respuesta japonesa a Clint Eastwood y se nota que es puro marketing porque Kitano no le llega ni a la suela de los zapatos a Eastwood.

Ni como actor y como director mucho menos. Es una simple película de acción con demasiadas ínfulas, algo de humor negro y las dosis de violencia esperables, no tan diferente de las estado unidenses, por más que los incondicionales del japonés se empeñen en encumbrarla.



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trashenzo

  • 14 Aug 2008

2


Yo no estoy de acuerdo: me parece una historia típica con 0 originalidad y encima es aburridísima, que pasa que los japoneses no saben hacer películas de una hora y veinte minutos o que? Las actuaciones son regulares y la trama es 0 y de acción menos cinco por que no veas que aburrimiento. en fin un tordo.



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Black Metal

  • 29 May 2008

7


Una innovadora pelicula para este tipo de cine, donde comenzamos la pelicula con el protagonismo de Kitano, totalmente callado, muy misterioso.
A pesar de que el principio no es realmente violento u sangriento, si interesante para su desarrollo.

Una vez fuera de Japon y dado por muerto, Kitano llega a Nueva York en busca de su hermano; este se ha aliado con un grupo de Afroamericanos que se dedican a los trapicheos con la droga.
Kitano mata a los Mexicanos y se queda con sus terrenos; en ese momento llega un aliado de Kitano, su lugarteniente, Kato (Susumu Terajima).

La interpretacion de Susumu Terajima es para mi, la mejor de la pelicula; sus dialogos, sus movimientos, todos y cada uno de los detalles que podemos observar. Llega incluso a ser apreciado por el espectador. Sin dudas magnifico, un gran actor (al que podemos ver en muchas peliculas de este tipo de cine, "LoveDeath", "Izo", "Casshern", "Ichi The Killer" etc.)

Por otro lado los actores que interpretan a los Afroamericanos tambien son geniales, el punto de humor negro de la pelicula. Omar Epps el mejor, junto con Kitano, son los unicos que siempre estan despreocupados y jugando a cualquier cosa, y eso muestra cierto agrado al espectador, mientras el resto esta preocupado por el dinero o seguir conquistando terrenos.

La pelicula os aseguro que os encantara. Kitano tiene unos momentos de pura grandeza: - ¡De parte de un puto Japo!

Entre los destacables actores de esta obra de culto podremos encontrar a Masaya Kato ("Gozu", "Crying Freeman", "Fighter In The Wind") interpretando a Shirase y su aliado el famoso Ryo Ishibashi ("El Asesino", "Audition", "Big Bang A Love Juvenile").



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alfheim

  • 27 May 2008

7


Buena película de yakuzas en la que vemos al gran actor Takeshi Kitano haciendo de las suyas. Es entretenida y con alguna escena de violencia muy buena.



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Críticas: 6


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