Unos pacíficos alienígenas de camino a la Tierra atraídos por la voz de un astronauta crooner tienen un mortal accidente. Al caer la “caja negra” en el mar, todo quisque se pelea por tener razón: ¿Contactar con ese planeta o dejarlo estar, no sea que tengan mala leche?
Mikhail Karzukhov, todo un especialista dirige un reparto no muy conocido, encabezado por la estrella georgiana Otar Koberidze.
El guion es el talón de Aquiles de esta película: que el argumento ya estuviera trillado en esa época no es el problema (¡La de grandes peliculones con 0 originalidad que se han hecho!) sino la ejecución: es pesado, muy confuso, con diálogos poco inspirados y un narrador omnisciente al que dan ganas de estrangular y al que se acude para hacer una elipsis narrativa tras otra, cuando no nos lo hacen con insulsas canciones operísticas cuya letra traducida es delirante (dice un crítico muy cachondo que hace que el señor del famoso vídeo del ¨Trololololo¨ sea Iggy Pop al lado de esto).
Como es habitual en la ci-fi cinematográfica de la URSS, la estética es muy colorista y estilizada, con imaginativos decorados propios de un cómic (pero pasados por el monumentalismo commie) y buenas ideas en general, si bien bastante limitadas por ese presupuesto más bien bajo, lejísimos de la épica de las producciones de la Mosfilm o la Soyuzfilm.
Floja película ci-fi soviética, lejos de la calidad que caracteriza el fantástico que se realizaba en la zona en esos tiempos: logra que sus 62 minutos de duración se hagan eternos. Está bien considerada en algunos círculos, pero si debo ser sincero, no me ha llegado.
bigladiesman
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Unos pacíficos alienígenas de camino a la Tierra atraídos por la voz de un astronauta crooner tienen un mortal accidente. Al caer la “caja negra” en el mar, todo quisque se pelea por tener razón: ¿Contactar con ese planeta o dejarlo estar, no sea que tengan mala leche?
Mikhail Karzukhov, todo un especialista dirige un reparto no muy conocido, encabezado por la estrella georgiana Otar Koberidze.
El guion es el talón de Aquiles de esta película: que el argumento ya estuviera trillado en esa época no es el problema (¡La de grandes peliculones con 0 originalidad que se han hecho!) sino la ejecución: es pesado, muy confuso, con diálogos poco inspirados y un narrador omnisciente al que dan ganas de estrangular y al que se acude para hacer una elipsis narrativa tras otra, cuando no nos lo hacen con insulsas canciones operísticas cuya letra traducida es delirante (dice un crítico muy cachondo que hace que el señor del famoso vídeo del ¨Trololololo¨ sea Iggy Pop al lado de esto).
Como es habitual en la ci-fi cinematográfica de la URSS, la estética es muy colorista y estilizada, con imaginativos decorados propios de un cómic (pero pasados por el monumentalismo commie) y buenas ideas en general, si bien bastante limitadas por ese presupuesto más bien bajo, lejísimos de la épica de las producciones de la Mosfilm o la Soyuzfilm.
Floja película ci-fi soviética, lejos de la calidad que caracteriza el fantástico que se realizaba en la zona en esos tiempos: logra que sus 62 minutos de duración se hagan eternos. Está bien considerada en algunos círculos, pero si debo ser sincero, no me ha llegado.
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