El polifacético director húngaro Ladislao Wajda se encontraba en su mejor momento creativo: había dado una vuelta de tuerca al western en “Carne de horca”, ambientándolo en la España del S.XVI, había conmovido a medio mundo con sus premiadas películas con Pablito Calvo – “Marcelino Pan y Vino” (sobretodo) y “Mi tío Jacinto” – y ahora se disponía a cerrar la trilogía con el joven actor con un proyecto más ambicioso que los otros: una película al más puro estilo Frank Capra en coproducción con Italia y con una estrella internacional encabezando el reparto junto a Calvo: Peter Ustinov. Alejándose del tono tragicómico de las dos películas anteriores, “Un ángel pasó por Brooklyn” es una modernización del espíritu del Cuento de Navidad de Dickens pasado por una perrera municipal. Esta vez es una comedia dramática menos dramática y más comedia.
En el reparto destacan la ya veterana Maria de Pomés , el dúo Tip y Top y Pepe Isbert (que no pasa por italoamericano no de broma, pero siempre es agradable verlo) y, claro está, Calígola, el perro italiano que tiene la difícil labor de interpretar a Peter Ustinov transformado (y lo hace requetebién). Un Peter Ustinov que a pesar de haber visto doblada la película se muestra como un perfecto picapleitos sociópata al que hay que parar los pies en nombre del bien de la Humanidad. Un Scrooge de la vida. Pablito Calvo está como siempre, tocando la fibra sensible, que no es poca cosa, aunque vista la película en su conjunto da la impresión de que hay aún otro actor que resulta ser el verdadero protagonista de la película: Aroldo Tieri actor cómico y uno de los ídolos de Roberto Benigni, que interpreta al sufrido ayudante de ese Scrooge del S.XX.
Los escenarios de Brooklyn en los estudios Chamartín están bien realizados, y no desentonan con las imágenes de archivo de Nueva York, pero la excusa de que “parece que no nos hayamos movido de Nápoles” para justificar el bloque de pisos de tipo europeo donde viven los protagonistas… De verdad, chirría un poco.
Solo lamento que no veamos más a Ustinov. Es un actorazo… Y que no le hagan algo peor que convertirlo en perro, pues gente como su personaje son los que nos han dejado en la situación socioeconómica actual.
Por lo que respecta a Wajda, esta película es el preludio a su obra maestra: “El Cebo”, de nuevo, una re-interpretación en clave personal de algo ya realizado: “M: El vampiro de Düsseldorf” (y que a su vez inspiró a Sean Penn para “El juramento”, con Jack Nicholson).
bigladiesman
7
El polifacético director húngaro Ladislao Wajda se encontraba en su mejor momento creativo: había dado una vuelta de tuerca al western en “Carne de horca”, ambientándolo en la España del S.XVI, había conmovido a medio mundo con sus premiadas películas con Pablito Calvo – “Marcelino Pan y Vino” (sobretodo) y “Mi tío Jacinto” – y ahora se disponía a cerrar la trilogía con el joven actor con un proyecto más ambicioso que los otros: una película al más puro estilo Frank Capra en coproducción con Italia y con una estrella internacional encabezando el reparto junto a Calvo: Peter Ustinov. Alejándose del tono tragicómico de las dos películas anteriores, “Un ángel pasó por Brooklyn” es una modernización del espíritu del Cuento de Navidad de Dickens pasado por una perrera municipal. Esta vez es una comedia dramática menos dramática y más comedia.
En el reparto destacan la ya veterana Maria de Pomés , el dúo Tip y Top y Pepe Isbert (que no pasa por italoamericano no de broma, pero siempre es agradable verlo) y, claro está, Calígola, el perro italiano que tiene la difícil labor de interpretar a Peter Ustinov transformado (y lo hace requetebién). Un Peter Ustinov que a pesar de haber visto doblada la película se muestra como un perfecto picapleitos sociópata al que hay que parar los pies en nombre del bien de la Humanidad. Un Scrooge de la vida. Pablito Calvo está como siempre, tocando la fibra sensible, que no es poca cosa, aunque vista la película en su conjunto da la impresión de que hay aún otro actor que resulta ser el verdadero protagonista de la película: Aroldo Tieri actor cómico y uno de los ídolos de Roberto Benigni, que interpreta al sufrido ayudante de ese Scrooge del S.XX.
Los escenarios de Brooklyn en los estudios Chamartín están bien realizados, y no desentonan con las imágenes de archivo de Nueva York, pero la excusa de que “parece que no nos hayamos movido de Nápoles” para justificar el bloque de pisos de tipo europeo donde viven los protagonistas… De verdad, chirría un poco.
Solo lamento que no veamos más a Ustinov. Es un actorazo… Y que no le hagan algo peor que convertirlo en perro, pues gente como su personaje son los que nos han dejado en la situación socioeconómica actual.
Por lo que respecta a Wajda, esta película es el preludio a su obra maestra: “El Cebo”, de nuevo, una re-interpretación en clave personal de algo ya realizado: “M: El vampiro de Düsseldorf” (y que a su vez inspiró a Sean Penn para “El juramento”, con Jack Nicholson).
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