Es de esas películas que empiezas a verla y te embriaga de absoluto place porque lleva una historia, una acción y una desenvoltura genial que te atrapa hasta que llega el comienzo del fin y aparecen escenas que se alargan demasiado abaladas por un ritmo adormilante. La escena donde arriesgan su vida para hacerse con las coronas y tienen que deslizarse por una tirolina a lo Mision imposible se hace muy tostón y hace que la peli pierda puntos desgraciadamente. El argumento de la historia está muy bien,comienza directamente con acción de la buena mostrando unos efectos y un ritmo fugaz, donde el protagonista entra en un templo para hacerse con una llave que habre unas coronas que guardan piedras poderosas que eliminan el mal del mundo. Una de ellas la tiene quien pretende hacerse con ellas y el resto, el jefe de una secta llamado Sr Jonas que adoctrina y doma a seres a su antojo y que vive en una fortaleza con mil guardias vigilando que los raptados no salgan de el.
Pues bien, los interpretes a mi gusto no lo hacen mal, aparecen por ahí Ana Obregón y Francisco Rabal que en un momento queda colgado como un chorizo, asimismo parece que hacen un pequeño homenaje a El equipo A y a Mcguiber. Los momentos de acción son rápidos y efectivos al igual que los efectos especiales que para ser de la época están muy bien, pena del final, porque la cinta iba de puñetera madre.

De esas películas que tienen mucho encanto y para nuestra desgracia terminan sin gracia.

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