Película para televisión de corta duración. En donde Anthony Perkins hace el.papel que más le caracteriza, un hombre agobiado al borde de la locura.
Tras un incendio en donde vio morir a au padre, la culpa hizo que se internaraven una institución mental. Pero al salir e ir a vivir con su hermana, las cosas se ponen raras al llegar un joven a alquilar una habitación.
La premisa del filme es buena, la idea de que no pueda ver con claridad y que la cámara se desenfoque cada vez que muestra al inquilino le otorga un aire misterioso muy efectivo.
Lo malo, en mi caso, es que a los 10 minutos elabore una teoría de quien podría ser el inquilino miaterioso, y adivine su final. Lo vi venor, aunque se supone que debería ser un gran giro.
Esconder tanto y tan intencionalmente una identidad, juega en contra al suponer que debería ser alguien impensado.
Buena, tomando en cuenta que era para tv y su corta duración.
Volvemos a encontrarnos con otra de esas joyas realizadas para la televisión en la década de los setenta, un periodo increíblemente fecundo para el cine fantástico y de terror en la pequeña pantalla, indudable reflejo de lo que también se podía ver en las carteleras cinematográficas de esos años.
Este film se encuadra plenamente dentro de lo que es el terror psicológico, y viene servido por un verdadero especialista en la materia como Curtis Harrington, quien ya tenía alguna excelente muestra dentro de la temática como ¨Juegos¨ (Games) 1967, y en la que volvería de nuevo a incidir con varios títulos a lo largo de los años 70. En esta ocasión Harrington tuvo también la suerte de contar con un estupendo guión de Henry Farrell basado en su propia novela. Conviene recordar que Farrell había demostrado ya su maestría para el cine de terror psicológico, ya que aparte de escribir el guión de ¨Canción de cuna para un cadáver¨ (1964), era también el autor de la novela ¨¿Qué fue de Baby Jane?¨, obra maestra del terror psicológico llevada a la pantalla, al igual que ¨Canción de cuna para un cadáver¨, por Robert Aldrich. Otra gran ventaja para Harrington fue poder contar en el reparto con tres actores que merecen un capítulo aparte y sin los cuales la película nunca habría alcanzado el nivel que tiene. Para empezar tenemos a Anthony Perkins en un papel hecho justo a su medida. Perkins siempre fue un buen actor, pero este tipo de personajes desquiciados y neuróticos los dominaba como pocos. Aquí da todo un recital y demuestra el porque siempre será asociado con este tipo de papeles. Aunque Perkins es la estrella de la película, no le anda a la zaga la siempre genial Julie Harris, quien le da una replica perfecta, con una actuación contenida y calida, a pesar de que su personaje es el más frío y distante del film. Sin embargo, la actuación que más me sorprendió la primera vez que vi este telefilm (le he visto tres veces en menos de seis años), y en esto coincido con el propio Harrington que también la considera la mejor, es la de Joan Hackett, una actriz que ya había visto en varias películas del género, pero que nunca, salvo en ¨Reflections of Murder¨ (magnífico remake de ¨Las diabólicas¨) me había llamado la atención. Su papel aquí es el más agradable y enternecedor de la historia, un personaje que a fuerza de ser bueno consigue que acabemos sospechando de él.
Con todos estos mimbres, Harrington consigue realizar un estupendo film, sobrio y sencillo, sin alardes ni efectismos de ninguna clase, basándose todo en el suspense y la intriga, con una atmósfera misteriosa que nos transmite el miedo y la inseguridad que siente el protagonista debido a su perdida de visión y al profundo shock que le produjo la muerte de su padre. Casi toda la cinta está rodada en interiores, y la casa de los Collins es el núcleo central de la historia, donde ocurrió la tragedia, y donde siguen rondando los fantasmas que los protagonistas llevan dentro. El escenario no resulta sombrío, ya que la película es muy luminosa y predominan los colores claros, pero sin embargo consigue transmitir una aura extraña e inquietante, haciéndonos sentir que algo malévolo ronda la casa. El título original de la película es por tanto muy acertado y significativo, y nada tiene que ver con el delirante y chapucero (que encima confundieron con el de otra película ¨The Night of the Juggler¨ que nada tiene que ver con ésta) que algún iluminado le puso en España para su edición en video: La noche del juglar.
Lógicamente, esta no es una película para los que hablan de aburrimiento cuando una conversación se prolonga mas de dos minutos, o para los que ven lentitud en todo lo que no tenga ritmo de vídeo clip, ni para los que menosprecian los telefilms al creer que todos son como los actuales. Pero el resto, los que saben apreciar y buscar las gemas escondidas y olvidadas del pasado, disfrutarán como yo con esta película
Aceptable e interesante telefilm, ideal para las trasnoches sabatinas. Quizás producto de su realización eminentemente televisiva, es perceptible el final y melodramático en demasía. Así y todo, es muchísimo más digno que cualesquiera de los productos de terror psicológico que circulan actualmente. Excelente Julie Harris. Anthony Perkins, bien... pero sufriendo el estigma ¨Norman Bates¨. Recomendable, pues pueden ofrecerse buenas producciones de televisión, con escasos recursos.
interesante pelicula de terror psicologico con mucha influencia hitchkock, pero solo eso ya que le falta mucho para ser buena, la idea basica esta muy bien pero le falto mucho, antony perkins en el papel de allan esta muy bien, incluso por momentos recuerda a norman bates.
lamentablemente el final es predecible ya que no hay muchas opciones por falta de personajes que te hagan desviar el camino.
recomendable pero sin muchas pretenciones
No esta mal... pero esperaba mucho más. La vi cuando pequeño, pero no recordaba casi nada de ella, y estaba loco por verla... pero la verdad es que no me ha parecido gran cosa...
Una magnifica muestra del talento de Curtis Harrington para el terror psicologico. Con un buen guion de Henry Farrel (¿Que fue de Baby Jane?) basado en su propia novela, y una sobria y eficaz puesta en escena. Harrington maneja con buena mano los elementos de misterio y suspense presentes a lo largo del film, apoyado en unas excelentes interpretaciones, no solo de Anthony Perkins y Julie Harris (a cual mejor), sino tambien de una maravillosa Joan Hackett. Esta pelicula es otra de esas preciadas joyas televisivas de los 70 que resultan imprescindibles para cualquier buen aficionado.
Críticas: 7
Gilles De Rais
4
Un telefilme de solo 69 minutos justos con un desenlace para mi gusto horrible. De verdad... por lo menos esperaba algo más de imaginación en dicho desenlace a tanto misterio, tanta paranoia de Alan (Anthony Perkins). Es un thriller psicológico bastante fácil de seguir (cosa esta no muy común en este subgénero). La historia va de dos hermanos que ven morir a su padre quemado en un incendio en la vivienda que habitan. Alan (Anthony Perkins) pasa tras este suceso 8 meses internado en una clínica psiquiátrica, con una ceguera parcial no orgánica (ve, pero muy borroso). Su hermana, tras el incendio, uno de los lados de su rostro queda totalmente desfigurado. Cuando Alan sale de la clínica, su hermana, que lleva una prótesis de plástico en el lado donde se desfiguró y así no se le nota nada, lo acoge de nuevo en casa. A partir de ahí, de manera gradual y escalonada, empezará el suspense y el misterio a entrar en acción hasta su mismo desenlace. Con el cual me llevé una decepción total. Aparte, que sin contar con esto, tampoco me estaba la peli gustando demasiado que digamos. Ya se sabe: sobre gustos colores.
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