Otra de las películas inglesas de serie B protagonizada por el cowboy Forrest Tucker; esta vez acompañado de la actriz francesa Gaby André (habitual en pelis italianas) y de Martin Benson, a quien los fans de Bond recordamos como el mafioso Napoleón Solo – sí, como Robert Vaughn en “El agente de CIPOL”- , víctima de una de las muertes más míticas del cine sesentero.

Es una película bien realizada y poco pretenciosa, que es muy entretenida pero cuyo argumento me ha parecido un tanto lioso. Hay momentos en que parece que mezcle de manera gratuita el thriller ci-fi y las monster movies, y las piezas no se juntan hasta avanzada la película, cuando de pronto estalla la acción y… Eh… Bueno… Pensándolo bien, quizá REALMENTE se haya hecho así exprofeso, como casi todas las pelis de la época, jejeje (no se lo digáis a nadie pero ahora mismo estoy dudando de mis capacidades como crítico. Espero que se me pase).

En el aspecto técnico, todo es bastante correcto, pero los monstruos (de los que veis un ejemplo en el cartel de la peli) son cutrones, aunque maniquíes y transparencias se aguantan con cierta dignidad (claro que a mí me dan mucho miedo la gran mayoría de insectos y las arañas, y mi opinión puede estar condicionada por ello. Para mí funcionan y punto. Cagao que he estado en algunos momentos).

Como me ha acojonado de veras, quizás le esté dando una puntuación superior a la que merece, pero las pelis de miedo están para eso: para explorar y explotar nuestros temores más profundos.

Añadir como colofón que en esta peli sale uno de los científicos más tontos de la historia del cine. Sale al principio, y lo he re-bautizado como el Dr. Chispazo Cerilla Telefunken, especialista en meter las manos donde no debe (y salir vivo de la experiencia). Nos da el toque de comedia involuntaria.

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