Sencilla producción típica de programa doble donde un correccional femenino es usado como almacén de “alimento” para una secta de inmortales.
Protagonizada por el prestigioso secundario Victor Jory como el villano, William Hudson (el futuro marido sociópata de Allison Hayes en “El ataque de la mujer de 50 pies”) como el héroe, la tan versátil como irregular Charlotte Austin (que igual aparecía en grandes superproducciones como trabajaba con Ed Wood) como la heroína, cuenta con un montón de secundarios que nos sonarán de otras películas ci-fi de la época.
Poco hay que comentar; es una película decente en todos los aspectos (destacar el uso del truco de transformación de “El hombre y el monstruo”. Segunda vez que se ve en una peli del 57), y entretiene lo justo. Así y todo, desde el punto de vista actual resulta más feo que pegarle a un padre con un calcetín sudao que Erik, el inmortal que se encarga de hacer el cafre rollo monstruo de Frankenstein sea, según se dice claramente, una persona afectada del Síndrome de Down (el personaje de William Hudson estudia su caso lo califica de “mongoloide”, término que se usaba en la época - y que ha derivado en un feo e injusto insulto – y de “borderline”así que lo dejan claro).
En resumen, un producto de su época para su consumo en drive-ins, con un título tan descriptivo que contar más sobre la peli sería un spoiler como una casa.
Críticas: 2
ragman
4
una especie de mad doctor encubierto en una trama extraña para su tiempo, impresionante como un poco de maquillaje hacia milagros en un filme en blanco y negro., me gusto aunque su visionado hoy por hoy se le nota el envejecimiento en todo sentido, no puedo pretender mas efectos, mas gore ni nada de detalles que gustan tanto que se trabajo mas a futuro.
toda una curiosidad, ideal para los amantes del cine del ayer y hoy, no llega a ser una joya pero si una curiosa propuesta.
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