Es una película de Ishiro Honda, uno de los grandes de la ci-fi de los 50 y 60, el emperador de los kaiju eiga. Qué menos nos cabe esperar: dirección de calidad, entretenimiento puro, monstruos a mansalva cortesía del eficiente equipo de FX de la Toho y mucho oficio tanto en los aspectos artísticos como técnico. Esta vez viene con una extraña mezcla del subgénero de masas devoradoras con toques fantasmagóricos y de zombies radiactivos, a los que se añade cierto ambientillo policíaco; incluso ligeramente “noir”. En suma, un exótico cóctel de celuloide servido por uno de los mejores bármanes de la época.
La protagonista es un nombre familiar a los que nos gusta el tokusatsu : La guapa y competente Yumi Shirakawa, acompañada de habituales de la franquicia Godzilla como Kenji Sahara o Akihiko Hirata, y claro, uno que no puede faltar: el legendario Haruo Nakajima, el monstruo por excelencia, el hombre dentro de Godzilla.
En el aspecto técnico, además de los muy buenos FX, destaca el nombre del músico-fetiche de Akira Kurosawa, el prolífico Masaru Sato, autor de muchas BSO a reivindicar. Aquí incluso se atreve con el jazz. La fotografía en color es muy buena, y se combina con una excelente dirección artística y decoración de interiores y elección de exteriores, creando un ambiente barriobajero de manera muy convincente (hay hasta una persecución de coches por las callejuelas del Tokyo más humilde).
Excelente y original producto que no hace más que confirmar a la Toho como una de las grandes productoras del cine fantástico de la época.
Todo un clásico de la época, un olvidado clásico...
A fines de los 50s, cuando la temática de moda era la mutación por radiación, surgió esta película que se asemejaba a ¨The Blob¨ (1958) , y trata de un barco que tras estar expuesto a la lluvia radioactiva, producida por una explosión de la bomba H, sus tripulantes se derriten y se transforman en una especie de ameba que repta por las paredes y consume todo humano que se le atraviesa.
La policía de Tokio se encontrará frente a frente con esta criatura tras un procedimiento policial.
La historia mezcla de cine de detectives y gansters, tan de moda por aquella época, y la ciencia-ficción. Como es habitual, y para hacer esta producción más comercial y distribuible por Columbia en el occidente, vemos un Tokio bastante norteamericanizado, con clubes nocturnos en donde chicas con bikinis se contornean al ritmo de chachachá.
Versiones posteriores de esta película, la editaron quitándole aproximadamente 40 minutos de metraje, lo cual eso casi imperceptibles ya que son del diálogo es que no conducen a nada.
Los efectos, es difícil verlos con ojos actuales, e imaginarse que en su época y realizaron a millones de espectadores, pero apelan a la nostalgia y a aquellas ¨Monsters movies¨ que tanto se extrañan por estos días.
Recomendable bizarrada del maestro Ishirô Honda, uno de los ¨monsters directors¨ más prolíficos de la época de los 50...
Críticas: 3
bob76
3
Me llegó a recordar y mucho a la ¨masa devoradora¨ en cuanto a la idea original,pero la verdad es que la película en su conjunto tuvo un ritmo demasiado lento que no se anima justamente hasta casi los últimos 20 minutos.
Las actuaciones correctas,los efectos para la época también fueron correctos,pero la trama principal está muy enfoncada al drama policiaco donde ¨los hombres líquidos¨ apenas aparecen durante la película y eso hace que la película baje muchísimos enteros.
Pese a todo,no deja de ser una de esas joyitas del cine de los años 50,pero con el añadido de ser oriental.
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