Como ya me esperaba cuando la vi, me gustó mucho. Se puede decir que tiene casi todas las virtudes de ¨Paranoiac¨ y ¨Nightmare¨, y aun faltándole algunos elementos de terror que si están presentes en las otras, consigue mantenerte intranquilo gracias a lo atrapante de su historia. Eso sí, el guión es algo tramposo y, como era de esperar en Sangster, con claras referencias a su película favorita. Sin que por ello deje de resultar tan apasionante como siempre.
Sin embargo, creo que hay también algunas variaciones muy interesantes, tanto a nivel de historia como de ambientación y escenarios. En lo primero se cambia la clásica mansión siniestra por un edificio moderno, sin que por ello el marco deje de resultar amenazante. En ese sentido me parece una gran idea el hecho de que la torre de apartamentos este vacía, algo que da muchas posibilidades a la trama, y más con el trastorno que padece el protagonista. También el motivo de la locura, tan recurrente en este subgénero, parece eliminarse (aunque no del todo) para dejar paso a otro desorden igualmente querido en este tipo de historias: la amnesia.
La dirección de Francis está a la altura de lo esperado en él, notable. Su elegancia visual, la atención a los pequeños detalles o su habilidad para utilizar el suspense, vuelven a demostrar su gran oficio y su condición de experto en el terror.
Los actores están muy correctos en lineas generales. El americano Robert Webber (¨No te vayas a dormir¨) da muy bien el tipo de extranjero taciturno y confuso. Jeniffer Jayne (¨Dr. Terror¨) haciendo de enfermera está encantadora, aunque me hubiera gustado que su personaje tuviera algo más de importancia. La otra norteamericana del reparto, Lelia Goldoni (¨La invasión de los ultracuerpos¨) tiene más protagonismo que la actriz inglesa y también resulta muy adecuada en su rol. Aunque quizás la mejor interpretación es la de Maurice Denham (¨A merced del odio¨) haciendo de un curioso detective privado.
La música jazzistica puede que no sea la más apropiada, pero era muy habitual en el cine de esos años y tampoco me parece que desentone demasiado.
La fotografía, en esta ocasión de John Wilcox, como suele ser habitual en las pelis de Freddie Francis está muy cuidada. Posiblemente esté supervisada por el propio director, un genio en ese campo como todo el mundo sabe.
En pocas palabras, una película imprescindible para cualquier aficionado al thriller de suspense clásico.

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Esra es una de las últimas películas de suspenso psicológico realizadas por la Hammer en la medianía de su fructífera carrera. Como siempre, el guión de Jimmy Sangster está lleno de guiños en crecendo, logrando un desenlace inesperado y lleno de sorpresas. Acá es un hombre que tiene vagos recuerdos de un accidente que el protagonizó y que se encuentra oculto en lo más recóndoto de si sibsconciente. La fotografía, en blanco y negro realza la puestra en excena y las actuaciones, como casi siempre sucede en las producciones inglesas, son de alto dramatismo. Extrañamente esta pequeña joya de la productora Hammer pasó casi desapercibida para el público no adicto a la productora. Merece verse y de sobra.
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