la primera vez que vi esta pelicula fue nada mas cuando ya era solo un crio en un pase que dio telecinco cuando daba peliculas de las buenas pues bien despues de unos 16 años la volvi a ver y siempre e tenido recuerdos buenos de esta cinta . ya siendo adulto eh de confersar que esta pelicula me encanto es de esas cintas de accion de principio de los 90 que ya no se ruedan . la pelicula es muy buena , buen argumento , buena banda sonora la actuacion de un joven denzel wasingthon que comenzaba su carrera me a gustado bastante una de las mejores de su carrera para mi , la pelicula no se hace para nada pesada y se hace super corta recomendable muy buena
Tras el éxito de las dos primeras “Arma Letal”, Joel Silver vuelve a probar suerte con una producción típica suya. Y como digna producción de Silver, encontraremos un apartado técnico destacable, con Steven E. De Souza, guionista de “La Jungla de Cristal” y Fred Dekker, guionista de “El Terror Llama a su Puerta”, al cargo del argumento.
Alan Silvestri dirige la banda sonora, y podemos apreciar una composición con mucha similitud a la que hizo para “Depredador”.
Por último, Russell Mulcahy fue el escogido para dirigir está película, dándole un voto de confianza pese a no haber obtenido éxito anteriormente con sus clásicas “Los Inmortales” (primera y segunda parte).
Con “Ricochet”, Mulcahy vivió su primer gran éxito en taquilla, y de nuevo convirtió una obra suya en una pieza de culto.
En parte gracias a un Denzel Washington que empezaba a despegar en su carrera, y realizando aquí una actuación más que notable, que posteriormente le serviría para protagonizar “Virtuosity”, otra pieza cinematográfico con aspectos similares aunque con elementos enlazados a la ciencia ficción.
John Lithgow es su Némesis, el encargado de darle vida a un psicópata movido por la venganza. Realizando una actuación espectacular, que también le sirvió para posteriormente convertirse en el villano de “Máximo Riesgo”, otro éxito del cine de acción.
Lo que tenemos aquí es un thriller policíaco, otro género que vivió sus grandes momentos a principios de la década de los noventa, en parte gracias a los thrillers eróticos y thrillers psicológicos que asolaron las carteleras norteamericanas.
Si bien es cierto que ambos tres géneros se complementan entre ellos, pero unos tienden más a un aspecto que a otro, en esté caso, el erotismo es prácticamente inexistente, salvo una espectacular escena interracial protagonizada por Linda Dona.
El aspecto psicológico es el que vive el personaje de Denzel, un fiscal del distrito que disfruta de su mejor momento tras enfrentarse a un criminal en una espectacular detención.
Esté criminal tiene que soportar cada día de su condena con el despegue exitoso del fiscal. La venganza es lo único que tiene en mente y tras huir de prisión, pretende hacerle pagar, torturándole de varias formas, una de ellas, acabar con su carrera públicamente después de separarle de su familia.
Personalmente me ha gustado, no es la típica película carga de acción, ni tampoco la típica de policías compañeros con sus incursiones humorísticas (como “Arma Letal” o “Tango y Cash”).
Tiene su estilo particular y es una pena que no fuese mejor valorada, su éxito tampoco fue tanto como parece, pues recaudo algo más de 20 millones en taquilla. Algo que no puede negársele es la pieza de culto en la que a día de hoy se convertido.
Correcto thriller policíaco donde destaca por encima de todo la actuación de John Litgow (el malo de Máximo Riesgo con Sly) encarnando a un asesino que se obsesiona con el poli que le metió entre rejas (un Denzel Washington primerizo, en un papel algo justito).
La trama es bastante buena, el plan que urde el tipo en la carcel para hundir la vida del poli es cojonudo, la critica a la manipulación de los medios de comunicación pese a ser superficial es efectiva.
Posee un par de escenas destacables, como la huida de la carcel o la pelea final en las torres, en pleno centro de L.A.
Un thriller más y de los primeros y repetitivos de Denzel Washington. No tiene una mala historia, y su dirección está bastante bien conseguida, pero la verdad es que todo lo demás está muy visto. Es predecible y algo americana.
Pero bueno, eso es lo de menos, lo único que me ha dado las ganas y la motivación para poner esta crítica es por el impresionante papel de John Lithgow. Flipo lo desapercibida que ha pasado esta peli con un villano así. Es impresionante, los insultos y diálogos macarras, violentos y con referencias a actos sexuales son impactantes y muy intimidantes. Los métodos que utiliza en toda la filmación para joder a la gente son ingeniosos e increiblemente perversos. A parte, de que su actuación es espléndida y su mirada intimidadora no tiene precio.
Por eso mismo, le subo la nota prevista que era un 5 a un 6, y sin nigún tipo de remordimiento. Recomendable solo para ver al acojonate Lithgow. Un 6.
correcto thriller no mas con denzel whasington,y el famoso rapero ice-t,basicamente esta pelicula no es imnovadora en muchas cosas,pues trata sobre la historia de una venganza,del malo contra el bueno(tipico)y es que el malo cuando es apresado por el bueno,(denzel washington) y esta esta en la carcel solamente tiene en la cabeza,una idea, mas bien una obsesion vengarse de washington,con un plan bien hurdido,hay es cuando aparece en escena,ice-t,amigo de barrio de denzel,y este siendo todo lo que detesta denzel(uno creo recordar que es fiscal,y el otro un buscavidas) tendra que pedirle ayuda,para salvar su vida su familia y su carrera a destacar la manera en que denzel atrapa a el malo(la secuencia de los calzoncillos)una pelicula entretenida pero que tampoco aporta nada nuevo que no hayamos visto ya
Thriller de acción que en su momento impactó ciertamente...pero que visto en retrospectiva la cosa no pasa de malo acosa a bueno y bueno lo ventila.
Tiene sus momentos y el que Russell Mulcahy firme el invento le da un plus al paquete. Para fans de villanos tópicos pero con gracia.
Impagable la pelea en la cárcel...
Buena película que cuenta con un jovencísimo Denzel Washington. La verdad es que el guión me gustó, y además me eché unas risas con el método tan ortodoxo que éste usa para detener al criminal en la feria, jeje. La peli en sí trata sobre la venganza de éste criminal que planea en la cárcel. Recomendable.
El australiano Russell Mulcahy contó con el respaldo de Joel Silver en la producción para rodar su película más destacable. Explosivo cruce del más aparatoso cine de acción propio de su productor y del tan de moda por entonces género del thriller con psicópata casi sobrenatural dispuesto a hacerle la vida imposible a el/los protagonista/s (recordemos La Mano que Mece la Cuna o El Cabo del Miedo), contó con un duo protagonista de excepción (Denzel Washington y John Lithgow), y con una brillante dirección de Mulcahy, quién bajo un pelín el listón en cuanto a los excesos estetícistas que lastraban parcialmente los aciertos de Los Inmortales (su otro trabajo más destacable). No obstante, la factura visual sigue siendo notablemente estilizada, aunque sin perderle la cara a la historia (en otras palabras, no existe una brecha entre lo narrado el cómo se narra), y el ritmo es trepidante. Para colmo, existen un par de escenas brillantísimas, de esas que elevan la nota media de cualquier película; el duelo de Lithgow con uno de los presos en la carcel, al estilo medieval (fundiéndose electrizantemente tradición y modernidad), y sobre todo, la fuga de la prisión, con los presos utilizando radiales y taladros para desaherse de los guardias (una escena absolutamente adrenalítica). Altamente recomendable.
Correctito thriller, entretenido y poco mas, de trama bastante inverosimil. Y cada vez lo es mas conforme avanza el metraje, eso es lo que le hace perder mas puntos. No obstante esta bien rodado y los actores lo hacen bien. Para entretenerse un rato.
magnifico i entretenido film policiaco que cuenta con unos actores sensacionales i no decae en ningun momento whasington y lihtgow se salen como de costrumbe
Críticas: 11
Mad Warrior
4
Cuando un policía se cruza en el camino de un psicópata éste hará de él su mayor obsesión hasta destruirle y no quedar nada salvo las cenizas.
Se puede afirmar que pocas veces presenciaremos una venganza de dicho psicópata tan retorcida y cruel posible como la presente en “Ricochet“...
De veras que un servidor estuvo gran parte de la película sufriendo por el pobre Denzel Washington, un hombre íntegro, bueno, dedicado a la justicia, al ver cómo iba pudriéndose en las garras de ese hijo de Satanás encarnado por el peor John Lithgow que pueda haber existido nunca. Lo que no imagino es a Harry Callahan como víctima de este imparable maltrato físico, emocional y psicológico...y es que el sr. Fred Dekker, guionista y director de culto obligado para los fans del terror, consideraba que la saga del célebre inspector de San Francisco había ido cuesta abajo desde su 2.ª entrega (en mi opinión “Impacto Súbito“ es la mejor después de la original...), así que imaginó una historia que viajara a las mismas raíces.
Lo curioso, teniendo en cuenta la terrible “La Lista Negra“, es que Eastwood rechazase el borrador por su violencia y carácter grotesco. También es irónico el nombre que quedó en el luego modificado guión, “Ricochet“, pues fue a parar a diversas manos gracias al “rebote casual“: de las de Dekker a las de Joel Silver, a las de Eastwood, de regreso a las de Silver y en último lugar a las de Russell Mulcahy, que había dirigido para él varios episodios de “Tales of the Crypt“ y, la verdad, estaba a falta de un milagro tras ese desastre de proporciones colosales que fue la secuela de “Los Inmortales“.
Aunque sinceramente no sé yo si este producto, me atreveré a decir “inclasificable“, sirve para redimir a nadie. Bueno, de primeras se enmarca en los límites de un rutinario “thriller“ policíaco, donde Styles es el clásico tipo afable, que sabe conquistar a las mujeres y dedicado a su labor, un héroe de sobremesa. Blake aparece de la nada, como el John Ryder de “Carretera al Infierno“; hay mucho de Rutger Hauer en su destructivo personaje aunque no sale del esquema de los villanos psicóticos que ha interpretado para DePalma...y sí, también hay mucho de DePalma en la película.
Esto aflora tras la primera de las infinitas vueltas de tuerca con las que mareará el no mejorado guión de Steven de Souza: Blake es detenido con uno de esos trucos que un agente jamás haría en la vida real, y a partir de entonces la trama hace algo no muchas veces tratado en el género: registrar el ascenso del héroe y a la vez la caída del villano. Mientras Styles se convierte en ayudante del fiscal también nos acercamos a la planificación de la venganza de Blake y su odio creciente; pero el maniático uso de las tremendas elipsis es un gran fallo, dando a entender que la caracterización dramática y realista no importa, sólo los instantes de tensión dados por los pasos del villano que le van acercando a su enemigo.
Uno de ellos es una lucha contra otro preso donde Mulcahy recuerda con mucha nostalgia y poca vergüenza los días de “Los Inmortales“. Hay muy poca vergüenza por aquí, la que en inversa proporción sufre el espectador al contemplar las acciones de un desatado Lithgow para llegar a Styles una vez logra fugarse de prisión. Gracias a las elipsis y los agujeros de guión se acerca cada vez más a él, ¡maldito De Souza!; entre tanto el australiano nos ha llevado al nivel más desapacible y perturbador del “psychothriller“, con su uso hiperestilizado de las atmósferas (realmente deudoras de DePalma y Mann) y ciertos instantes de violencia y extrañeza que lo acercan todo al horror.
Un “horror noir” más propio de mitad de los “80 que haría de “Ricochet“ el perfecto coetáneo de “Manhunter“, “En la Cuerda Floja“ o “Doble Cuerpo“. La trama desde su segunda mitad, una revisión de “El Cabo del Terror“ poco antes de realizar Scorsese el famoso “remake“, se basa en la opresión de Blake a Styles en su deseo por destruir su bien ganada carrera; si la lógica se aplicara un poco estaríamos ante un “thriller“ metódico, pero dicha trama se desvía por caminos tan alucinógenos que sólo nos queda una expresión de incredulidad imposible de cambiar.
¿Cómo reaccionar de otro modo ante la cantidad de locuras que De Souza y Mulcahy van acumulando en tan poco tiempo? Invasión del hogar, difamación, abuso sexual, acoso, drogadicción, corrupción, pedofilia, malversación, prostitución, ¿cuál es el límite de la manipulación de la verdad? Tantos encuentros y desencuentros, giros, muertes repentinas, el juego de tortura al que se somete al héroe (con un tramo de secuestro copiado de la secuela de “The French Connection“) no tiene parangón ni hay quien se crea el grado de disparate al que llega la sucesión de sorpresas (¡en comparación Robert DeNiro es un monaguillo en “El Cabo del Miedo“!).
Mientras se comenta sin pelos en la lengua el modo en que los altos cargos crean héroes del pueblo con la misma facilidad y rapidez con la que los destruyen, el riesgo formal y la puesta en escena ha llevado el suspense a terrenos malsanamente surrealistas. Washington se revuelve febril hasta quedar exhausto, igual que Lithgow, que se esfuerza mucho para que nos creamos su papel...pero no hacía falta llegar a estos extremos, y menos para deleitarnos con una última parte que vuelve al rutinario y previsible cine policíaco, combinando secuencias de acción impactantes con torpísimas conveniencias de guión (qué bien que el protagonista tenga tantos amigos “fuera de la ley“, ¿verdad?)
Poquísimas veces he contemplado una divagación tan excesiva, tan fuera de sí misma, en este tipo de “thrillers“, el viaje de sadismo y sombrío melodrama es tan absurdamente increíble (en la liga de Argento, señores, fíjense) que “Ricochet“ se merece un aplauso sólo por su inventiva.
Pero hubiera sido mejor elegir a un cineasta más contenido y especialista del género; un Mike Figgis, un John Dahl o un Curtis Hanson, por ejemplo. Nos habría quedado al menos un film decente.
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