Otra vuelta de tuerca más a la saga del hombre invisible. En esta ocasión, un nieto del hombre invisible original ofrece sus servicios a los Estados Unidos (después de haber sido extorsionado por los nazis) para investigar un plan malévolo de estos en la guerra.
La película empieza bastante bien e interesante, pero sobre la mitad de la película la cosa está más centrada en los jaleos de espías y demás y la verdad es que se pierde algo el interés volviéndose algo sosa.
Aún así, los efectos del hombre invisible moviéndose en su entorno siguen siendo tan buenos como siempre, y tiene algunas partes divertidas (sobre todo la cena).
El Monster Mash contra Hitler y el Tennō. Se van a enterar los boches y los charlies de lo que vale un peine invisible. El improbable nieto americano del maléfico hombre invisible original y poseedor de la fórmula de invisibilidad, incorruptible ante el soborno y la amenaza, es contactado por el Tío Sam para una labor de espionaje en Alemania.
A nivel técnico, en FX John P. Fulton demuestra de nuevos su maestría en los efectos de invisibilidad, sobretodo en la escena en que el agente invisible se hace ver lentamente usando una crema, aunque las escenas con maquetas son desiguales: algunas son más que pasables, otras se notan mucho. Y los hombres invisibles son cada vez más visibles: poco esfuerzo o vista acostumbrada?
Jon Hall, protagonista de muchas pelis de aventuras y único actor que ha hecho de hombre invisible dos veces (lo de Vincent Price fue un cameo, hombre!) tiene el perfil perfecto para el tono aventurero y de acción de la película, en combinación con la comedia y algún sustete suelto. Es ante todo una película graciosa que se toma a si misma muy poco en serio.
Ilona Massey marca el modelo de femme-fatale nazi cuyas ambiguas intenciones nos mantienen en vilo hasta el final.
Peter Lorre, siempre competente y con ganas de pasarlo bien (no en vano era miembro de la banda de cineastas más gamberros de Hollywood, los Bundy Drive Boys), se divierte, y está muy tétrico como el Barón Ikito. Incluso hace llaves de judo, el tío, pero no pasa como japonés: se nota su acento de la Europa del Este, sus gafas tipo Nobita de Doraemon no ocultan sus entrañables ojos de sapo, y su nombre es más propio de un malo de Mazinger Z que de un esbirro del imperialismo. Total, que parece un personaje de anime japonés de los 70, pero no un japonés de los de verdad de los 40. Falla la caracterización: dónde estaba Jack Pierce?
Sir Cedric Hardwicke repite como villano en la serie de los hombres invisibles y como siempre está competente.
El alemán Albert Bassermann, exiliado por estar casado con una mujer judía, se burla de sus compatriotas como un viejo partisano que ayuda al protagonista.
Keye Luke, un habitual de las pelis de esta base de datos como el Sr. Wing propietario de Gizmo, nuestro querido Mogwai, su aparición en ¨Estamos muertos... O qué?¨ y recordado por nuestros padres como el Maestro Po en la serie ¨Kung Fu¨, hace una breve aparición como cirujano.
Buen film de los años 40 , con variaciones de terror y acción . Con nazis , norteamericanos , japoneses , con imágenes de combates . Este film es excelente . Hay que rescatar la muy buena interpretación de Peter Lorre .
Críticas: 4
ragman
4
luego de el hombre invisible siguieron exprimiendo la idea, muchas veces con secuelas descaradas y poco originales, esta es original por entremezclar una trama de espionaje con la invisibilidad. pero de todas formas no salio como lo esperaba. le falta ritmo, pues decae mucho.
se deja ver, pero no es una digna continuacion.
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