He de reconocer que me esperaba otra cosa...creía que los tiros irían más por un film que aunque de bajo presupuesto, pudiera tener dosis de claustrofobia y terror psicológico...me esperaba algo más de interacción entre el trío protagonista encerrados en la fábrica de muñecos, que podía haber dado mucho juego.

Me he encontrado con un film de autor de escasa producción donde se nos narra un drama y diversas situaciones que aunque cotidianas, casi nunca se reflejan en una película...

Un lugar triste y solitario donde prácticamente no hay nada...un chico joven que vive con su madre, un mujer madura y poco agraciaa físicamente, compñera del joven y también solitaria que vive cuidando asu padre enfermo.

La relación entre ambos es extraña e inhabitual...y quizá la mujer estuviera obsesionada con la amistad del chico por lo que ocurre después (no lo voy a desvelar)...la chica nueva comparte con el joven, de entrada y de primeras, mucho más que la mujer madura...edad, juventud, el fumar....

Lo que la película muestra, quizá es la forma externa...lo cotidiano...donde toman café, donde desayuana, como viven...pero en esa cotidianidad, también se pueden fomar obsesiones internas...como un especie de droga que tememos que nos la quiten.

Destaco un poco dos momentos de la mujer madura...en la iglesia y en la cárcel...donde aparece como una especie de iluminación, tras un entorno oscuro...que pudiera reflejar signos de locura.

Recordemos a la mujer vendiendo anillos y joyas supuestamente robadas a la joven, tras el asesinato...la joven ladrona (que también robó al chico) es a la misma vez robada...

Nada más a destacar...simplemente una curiosidad, a la que la firma de Soderberg le da cierto crédito en interés...ya que es un director que siempre me ha interesado por su estilo ambíguo y desenfadado...

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